No soportó verle sufrir más y le dio el regalo más preciado. El transplante duró 6 horas

Existen muchos tipos de amor: el de parejas, el de amigos, el de padres… pero uno de los más grandes es el amor que hay entre hermanos. Una muestra de este fraternal afecto se vivió el jueves en el Hospital Nacional de Itauguá.

Richard Brítez padecía de una enfermedad conocida como “poliquistosis renal” y necesitaba con suma urgencia un riñón. Hace tiempo, el hombre se deprimió y por ello hasta dejó de dializarse: abandonó su tratamiento.

Su hermana mayor, Mirian, quien residía en Argentina desde hace más de 10 años, no soportó verlo en esas condiciones y decidió dejar su trabajo y hasta su vida en el país vecino para venir a Paraguay.

Su objetivo: hacerse los análisis de compatibilidad para poder donarle el órgano. “Motivado por la noticia, él (por Richard) empezó a dializarse de nuevo. Por fortuna, mi hermana resultó ser compatible, según demostraron los estudios”, explicó Zuni, la hermana de ambos, quien justamente trabaja en el citado centro médico.

La compleja intervención quirúrgica se inició al mediodía y culminó a las 6:00 de la tarde. Fue todo un éxito. Ambos están todavía con reposo.

Este fue el primer trasplante de riñón del año con un donante vivo. Ahora, Richard podrá tener una vida normal gracias al amor de su hermana.

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