“Todos mis hijos estudian y tengo un universitario”
“La buena producción mejoró nuestros ingresos y siempre priorizamos el estudio de nuestros hijos”, significaron Margarita y Albino Jara, padres de 4 hijos, todos estudiantes, el mayor cursando actualmente el segundo año de agronomía en la universidad.
Ellos son beneficiarios del Sembrando Oportunidades, del Programa Tenonderã, ejecutado a través de la Secretaría de Acción Social (SAS).
El estudio, como dice don Albino, “es una de las prioridades para nosotros. Tenemos cuatro hijos, tres varones y una nena, el mayor de edad tiene 19 años y está en segundo año de agronomía, otro tiene 15 años, está en el primero de la media, la más joven esta en séptimo grado y otro va a la escuela”, nos comenta Jara. “Todos mis hijos e hija estudian, es lo que le inculcamos todos los días, de ustedes depende les digo, vamos ayudarnos mutuamente, vamos a trabajar y alcanzar nuestras metas”, enfatiza orgulloso.
Margarita, compañera de vida de Albino nos cuenta que todo lo que producen lo comercializan en el seno de su comunidad, llamada Espajin, en la Feria que realizan en la Plaza Antequera y Castro, “Hoy, dice la participante tengo la tranquilidad de contar con una muy buena producción, produzco más vegetales y esto me permite llevar un gran stock de mercaderías a las ferias y representa un mayor ingreso económico para nosotros, que nos ayuda a mejorar la calidad de vida de nuestra familia”, puntualiza.
La producción de todas las verduras y hortalizas se ha triplicado y han podido introducir rubros alternativos para contar con mayor variedad, todo esto posible mediante la ampliación de la infraestructura y un nuevo sistema de riego, el que se materializó mediante la inyección de recursos recibida de Tenonderã. La inversión no reembolsable permitió dar un gran impulso al proyecto familiar el que se potenció además con los conocimientos financieros adquiridos a través de los Gestores de Negocios del Programa Social.
Aunque la mujer asegura que su punto fuerte es la venta, también está consciente que sin el aumento de su producción no podría obtener los márgenes de rentabilidad que hoy obtiene. Las habilidades financieras y todo lo que proporcionó el Programa obviamente ha sumado para fortalecer el emprendimiento familiar que hoy arroja una ganancia de más del millón y medio mensual.
Finalmente, Albino interviene en la entrevista para acotar que todo esto es resultado de la ayuda mutua, de un trabajo constante, y de la confianza que han depositado al Programa Social de la SAS, que llega a los campesinos a través del gobierno nacional, devolviéndoles la esperanza.
“El sistema de riego, más el dinero nos ayudó, representó una inversión importante para nosotros, porque si bien teníamos la infraestructura nos faltaba el resto, yo creo que tenemos que aprender a confiar y sobre todo no debemos dejar de trabajar”, expresa el hombre con la convicción de quien a pesar de las limitaciones busco el camino para lograr sus metas, que acepto el desafío de aprender e incorporar herramientas financieras que le darían un negocio más próspero, y quien no dudo en incorporar a toda su familia a un negocio familiar que hoy le da el orgullo.
Fuente: SAS