Paraguay: la madre soltera y su realidad

Decía un viajero suizo alemán a principios del siglo 20: “la mujer gobierna en el pueblo paraguayo de las capas bajas. Son todas amazonas que actúan con una libertad e inteligencias masculina. Sin el concurso de estas mujeres, los paraguayos seguirían siendo un pueblo bastante abandonado”. 

Una dama paraguaya en la Guerra Grande (1865/1870)

Y sigue: “El hombre no vale nada en la familia, nada en los negocios, la mujer sólo le permite actuar como ciudadano, discutiendo los asuntos del país, y la política es la única ocupación del paraguayo que lo vuelve impulsivo y apasionado. Incluso parece que estas mujeres no quieren otra cosa, prefieren que sus hombres sean algo cómodos e incluso bastante reservados frente al trabajo. Parece que ellas se sienten más seguras”.

Esta creencia era generalizada en aquella época, habida cuenta que no hacía mucho tiempo que había terminado la Guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay, contienda que casi aniquilo la población masculina. Lo que llevaría implícita que las mujeres serían, inevitablemente, las que fomentaban un incipiente machismo paraguayo y, con ello, la proliferación de madres solteras. Es decir, las que crían solas a sus hijos ya que no cuenta con la presencia de los padres y deben, además, manejar el hogar sin la compañía o apoyo de una pareja. 

Rostros felices por en reencuentro fugaz de una madre que vino del exterior para ver sus hijos,

El drama se inicia ante la certeza del embarazo. La primera y principal dificultad de la mujer soltera embarazada está en el rechazo y acusación que sufre por parte de su familia, que la considera culpable de un delito y que se desentiende de su situación económica y personal y de la de su futuro hijo. 

Curiosamente, las familias económicamente menos favorecidas apoyan más a la futura madre soltera, contrario a lo que se ve en familias de nivel económico más elevado, “en las que se antepone el honor familiar y el prestigio social”. 

Felizmente, en incontables casos, la madre soltera ha encontrado comprensión y ayuda en el entorno familiar para que su situación y la del hijo, sea más llevadera 

Paraguay y el drama de conseguir empleo cuando se tiene hijos chicos.

Hasta ahora, una gran proporción de la población femenina de nuestro país cría sola a sus hijos. Otras, sin embargo, optaron –optan- por emigrar para generar el sustento de sus hijos dejando a los mismos al cuidado de un familiar cercano, más de las veces en manos de los abuelos. 

Y, desde el exterior, envían religiosamente su aporte para la manutención de su progenie. 

Y con ello, seguir construyendo el Paraguay como lo han hecho las que levantaron a nuestro país después de las dos trágicas guerras.