Brasil aprueba ingreso de Venezuela a Mercosur
El ingreso de Venezuela al Mercosur fue aprobado por el Senado brasileño, que ha dejado así la decisión definitiva en manos de Paraguay, que es el único de los países miembros que aún no ha refrendado el tratado de adhesión.
Por Eduardo Davis
Tras casi cinco horas de debates, que se sumaron a una jornada completa desarrollada la semana pasada, el pleno del Senado ratificó el tratado de adhesión de Venezuela al Mercosur con una diferencia de 35 votos a favor y 27 en contra.
El tratado, que los Gobiernos de Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay firmaron en Caracas el 4 de junio de 2006, hasta ahora sólo había sido aprobado por los Parlamentos argentino y uruguayo.
La oposición brasileña se mantuvo firme en su rechazo al ingreso de Venezuela al bloque y hoy gastó sus últimos cartuchos en duras y enconadas críticas contra el presidente venezolano, Hugo Chávez, a quien tildó de «tirano», «populista» y «totalitario», y comparó con los dictadores Adolfo Hitler, Benito Mussolini y José Stalin.
El socialdemócrata Arthur Virgilio, una de las voces cantantes contra la aceptación de Venezuela, afirmó que en ese país «se viola sistemáticamente la cláusula democrática del Mercosur», mientras que el derechista Heráclito Fortes vaticinó que Chávez «desintegrará» al bloque, pues contará incluso con poder de veto.
El senador José Agripino, otro porfiado opositor a acoger a Venezuela, recordó que el Mercosur ha firmado un tratado de libre comercio con Israel, país con el que Chávez ha roto relaciones.
«¿Qué pasará con Israel, qué pasará con la negociación comercial que el Mercosur se apresta a retomar con la Unión Europea (UE) si se acepta a alguien que, como Chávez, considera el libre comercio una forma de opresión capitalista?», planteó Agripino, del opositor partido Demócratas.
La defensa de Venezuela fue asumida en el último debate por el senador Aloisio Mercandante, jefe de la bancada del oficialista Partido de los Trabajadores (PT), quien afirmó que el asunto no era Chávez, a quien consideró «pasajero», sino un «verdadero proyecto de integración para Suramérica».
Mercadante citó incluso que el opositor alcalde mayor de Caracas, Antonio Ledezma, visitó el Senado brasileño este año para pedir que se acepte a Venezuela en el Mercosur, porque «el aislamiento sería aún peor para la sociedad venezolana».
Concluido el proceso parlamentario en Brasil, ahora la definición del asunto queda en manos del Parlamento de Paraguay, en el que la mayoría opositora al Gobierno de Fernando Lugo mantiene un firme rechazo, que incluso comparten algunos legisladores de la base oficialista.
A mediados de este año, ante ese clima adverso, el Gobierno paraguayo retiró el proyecto de la pauta parlamentaria, en la que ha quedado pendiente para el año próximo.
El ministro de Relaciones Exteriores paraguayo, Héctor Lacognata, aseguró la semana pasada que el ingreso de Venezuela al Mercosur está en «evaluación permanente», pero aún así no dio pistas sobre cuándo será posible iniciar el trámite.
No obstante, Lacognata consideró que si el Senado brasileño lo aprobaba, el debate en el Congreso paraguayo podría «acelerarse», pues se crearía «un nuevo escenario político», que «obligará a evaluar mejor» la situación.
También la semana pasada, durante una visita a Brasilia, el ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Nicolás Maduro, dijo que el Gobierno de Chávez sigue dispuesto a esperar «con paciencia y optimismo» la conclusión de los «pasos formales».
Según Maduro, «quien ve las relaciones políticas estrechas y de confianza que Venezuela tiene hoy con Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, o la relación económica profunda, de integración a través de proyectos concretos, no puede dudar» que su país «ya es parte del Mercosur».
El ministro venezolano sostuvo que la incorporación plena de su país al bloque «multiplicará el estímulo a las relaciones económicas y comerciales» y será un paso hacia «la construcción de una gran zona económica de desarrollo suramericano». EFE
Que pena que nuestros pueblos del sur de América, deban sufrir de la estrechez de alguno de nuestros propios representantes.
Dejen de pensar en pequeños negocios, en pretender recibir una dádiva de EEUU.
Abran el MERCOSUR a nuestros pueblos, que nos va a generar comercio virtuoso, trabajo fecundo, compustible para el progreso, salud y educación a nuestros hijos.
Solo ver en el exterior quién está en contra, para saber que útil es MERCOSUR.
Y también a Bolivia, la de los pueblos originarios no la de las companías peroleras.