Por Emilio Cárdenas (*) En su escenario doméstico, las cosas en Paraguay lucen razonablemente bien. No sólo porque hay un contagioso optimismo desde el descubrimiento
Por Emilio Cárdenas (*) En su escenario doméstico, las cosas en Paraguay lucen razonablemente bien. No sólo porque hay un contagioso optimismo desde el descubrimiento