Puente Internacional Pilar (Py)- Puerto Cano (Ar)
En relación con la construcción de un puente internacional entre Ñeembucú y Formosa, la corresponsal pilarense del diario abc.color escribió el siguiente artículo:
ANHELADA OBRA DE INTEGRACIÓN
Por Clide Noemí Martínez (*)
Para los sufridos habitantes del departamento de Ñeembucú la reunión de los presidentes Mauricio Macri y Horacio Cartes, que debía realizarse el viernes 11 de noviembre en Encarnación, representaba una oportunidad única para avanzar en la integración física, sueño de reivindicación tantas veces postergado.
En una zona estratégica para el desarrollo del país, por ser la única que permite la navegación de embarcaciones de gran calado y la más cercana en el territorio nacional al Océano Atlántico, los ñeembucuenses no han podido disfrutar de esta potencialidad.
En tiempos de la colonia y en las primeras décadas del Paraguay independiente el duodécimo departamento fue trascendente para el comercio y la defensa del país. Puertos como los de Humaitá y Pilar eran las ventanas al mundo exterior y en esos puntos se podía percibir el esfuerzo de una sociedad por crecer a pesar del freno que significaban su mediterraneidad y la belicosidad de los vecinos.
En los años trágicos para la sociedad paraguaya las familias del sur cedieron a sus hijos para resistir hasta el límite de sus fuerzas y morir por la causa en las épicas batallas de Tuyutí, Curupayty, Humaitá, Boquerón del Sauce y otras que jalonan el suelo departamental. Sepultadas por toneladas de balas de los cañones enemigos, las poblaciones de la zona fueron resurgiendo lentamente. Y, en medio del dolor de la orfandad, fueron las mujeres y los niños los que volvieron a instalar la esperanza, siendo sus ríos y arroyos la fuente de vida de los sobrevivientes de aquella guerra de exterminio. Los 150 años que transcurrieron lamentablemente fueron de olvido y marginación para los descendientes de los héroes.
La privilegiada posición que ocupaba el departamento en la visión de Francia y los López fue desechada por los posteriores gobernantes y la inversión del Estado fue dirigida a otros “rumbos”, condenando a los sureños del Ñeembucú a un castigo inmerecido.
Aislados y abandonados por sus propios compatriotas, los habitantes de la zona resistieron al amparo de las buenas relaciones con sus vecinos de la Argentina, que de verdugos pasaron a ser una suerte de benefactores, recibiendo a las familias que migraban en busca de trabajo y hasta hoy a los que van a los hospitales de la región compartida para aliviar sus problemas de salud.
Desde hace décadas y entendiendo que el futuro estaba ligado a la complementación con las provincias del nordeste, se han venido repitiendo las reuniones y declaraciones conjuntas, instando a los gobiernos nacionales a concretar la unión física a través de un puente internacional.
Pocas fueron las respuestas de los gobernantes, siendo una de las más resaltantes la que dieran los presidentes Carlos Menem y Andrés Rodríguez, inaugurando el servicio de balsas entre Pilar y Puerto Cano (Formosa) en 1991. Anunciaban que sería el punto de partida para la futura construcción de la anhelada pasarela. Desinterés, cambios de gobierno inesperados y privilegios para otras zonas más pobladas, y por ende con más votos, fueron postergando su concreción.
La programada reunión entre los mandatarios de Paraguay y Argentina es sin dudas un hito histórico para los habitantes del Ñeembucú. El momento cumbre para concretar el anhelo de toda una región de tener una unión física que transforme la vida de sus pobladores. A juzgar por las expresiones del canciller nacional, Eladio Loizaga, el próximo encuentro de Mauricio Macri y Horacio Cartes habilitaría la licitación del puente internacional, que ya tiene estudio de factibilidad y tendría financiamiento asegurado de Fonplata. En cualquiera de los emplazamientos posibles (Curupayty-Las Palmas, Chaco, o Pilar-Puerto Cano, Formosa), su concreción supondría un antes y un después en la historia departamental.
Pensemos positivamente y que la inesperada postergación del encuentro presidencial no cambie la agenda de esta trascendental reunión. Es la hora de reivindicar a un pueblo marginado que, potenciado por la unión física con la Argentina, regresará a la estratégica posición que ya ocupara en el Paraguay de los López.
(*) clide.martinez@abc.com.py