Desde una iglesia de Guarambaré, “vito” de billetes

Fieles lanzan dinero desde lo más alto del templo en agradecimiento a la Virgen de la Natividad, festividad que congrega a centenares de devotos en la plaza de Guarambaré.

El día de la Virgen o Natividad de María constituye una fiesta litúrgica en el santoral católico y se celebra el 8 de septiembre, nueve meses después de la solemnidad de su Inmaculada Concepción celebrada el 8 de diciembre.

El «vito» en el Paraguay, consiste en una «repartija» de dinero que lanzan al aire  donantes u organizadores del evento que, en este caso particular se realizó en la entrada de la Iglesia Católica de Guarambaré, ciudad ubicada a aproximadamente 30 Km. de Asunción, Paraguay.

Cientos de niños se congregaron ese día, para tomar alguno de los billetes que los devotos de la Virgen de la Natividad lanzaron este lunes desde el campanario.

En dicha festividad los fieles asistieron a misa  y posteriormente a la tradicional procesión antes de la principal atracción de la fiesta patronal: disputarse los billetes caídos del cielo.

El ‘vito de dinero’, como llaman a esta tradición en Paraguay, es celebrado por personas que agradecen a la Virgen de la Natividad por el buen año.

Años atrás, los adultos eran los que ocupaban los sitios de privilegio para atrapar los billetes, la mayoría de baja denominación, que se lanzaban en grandes cantidades desde lo alto del templo.

Sin embargo, el párroco del lugar, al ver que en muchos casos las disputas terminaban en riña, ordenó que solo los niños menores de 10 años ocuparan la plazoleta de la Iglesia dentro de un espacio vallado prohibido para los mayores. El cura dijo que no logra convencer a sus feligreses de terminar con esta práctica, que los lugareños afirman que data «de tiempo inmemorial».

El párroco recomendó incluso a los promeseros ofrecer un almuerzo a las familias pobres. «Algunos lo hacen, ofrecen tallarinadas o chocolatadas o reparten golosinas», afirma aunque no logra que dejen de lanzar dinero.

Para reducir el peligro de los empujones y aplastamientos ocasionales -que terminan muchas veces en contusión y llanto de las criaturas- la Policía de Paraguay incrementó cantidad de agentes.

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