Confirman la existencia del alma
Dos prestigiosos profesionales, que trabajan juntos desde hace más de 20 años rn una teoría cuántica de la conciencia afirman que el alma está contenida en una estructura de microtúbulos cerebrales y que no muere sino que regresa al universo
Se trata del Dr. Stuart Ameroff, médico anestesista de la Universidad de Arizona, EE.UU, y Sir Roger Penrose, físico matemático de la Universidad de Oxford del Reino Unido.Ellos desarrollaron la teoría que lleva por nombre hipótesis Penrose-Hameroff
Hameroff considera que hay que tomar en serio la posibilidad científica de la espiritualidad, considerando tres cosas; “La primera es la interconexión entre los seres vivos y el universo como un todo, y dije que esto podía ser posible debido al fenómeno del entrelazamiento cuántico, que se refiere a la habilidad de dos partículas para estar íntimamente conectadas, más allá de sus limitaciones normales de espacio y tiempo. La segunda fue un cierto tipo de guía divina o sabiduría cósmica que influye en nuestras elecciones, lo cual podría deberse a los valores Platónicos incorporados en la geometría espacio tiempo fundamental. Y finalmente, dije que había la posibilidad de que la conciencia permaneciera fuera del cuerpo después de la muerte.”
Y sobre este último punto añade; “Digamos que el corazón se detiene, la sangre deja de fluir, los microtúbulos pierden su estado cuántico, pero la información cuántica que existe en los mircotúbulos no es destruida, no puede ser destruida, sólo se distribuye en el universo entero, y si el paciente es resucitado, esta información cuántica puede regresar a los microtúbulos y el paciente puede creer que vio una luz blanca, un tunel, o flotó fuera de su cuerpo. Ahora bien, si no son revividos y el paciente muere, tal vez esta información cuántica pueda existir fuera del cuerpo, indefinidamente, como su alma (…) es concebible que la información cuántica pueda permanecer entrelazada en una suerte de estado de después de la vida, y tal vez la información pueda regresarse a una nueva criatura, un cigoto o embrión, en cuyo caso tendríamos algo como la reencarnación.”
Esencialmente, esta hipótesis afirma que algún nivel básico de conciencia está tejido en la trama del espacio-tiempo mismo, y que es la actividad cuántica coherente entre los microtúbulos en nuestro cerebro.
Así el alma y nuestra memoria podrían ser sistemas cuánticos; Holográficos, en el sentido de que cada partícula de este sistema, podría contener la totalidad de la información del mismo. Prestigiosos científicos han llamado a esa idea “Principio holográfico”. Y según Hameroff, el alma o la conciencia cuántica que habita un cuerpo al morir, regresa a este estado de entrelazamiento cuántico con todas las partículas del universo
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(N. de R. esta teoría ya fue expuesta en diferentes ocasiones en años anteriores a partir de 1996.)