¡Chile vive!

Luego de 69 días de angustia a casi 700 metros de profundidad, Chile conmueve al mundo al iniciar con éxito el mayor rescate en la historia de la minería. ¡Fue posible! A las 00:12 horas salió Florencio Ávalos, el primero de los 33 mineros

La cápsula llegó a 622 metros de profundidad con el rescatista Manuel González, que activó la evacuación. Impactantes imágenes fueron captadas por cámara de video, manipulada por los propios trabajadores atrapados. En 19 minutos, el rescatista preparó el ascenso de Florencio Ávalos, elegido para encabezar la salida de los «33».

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Florencio Ávalos dio inicio al rescate de los 33

Tras un ascenso de 15 minutos a través de 622 metros de roca de la mina San José, el capataz del turno que quedó atrapado el 5 de agosto fue el testimonio vivo del triunfo de la esperanza.

«¡El viejo está en la jaula!».
Desde 622 metros de profundidad, este mensaje del rescatista Manuel González, de Codelco, fue la señal para que Florencio Ávalos iniciara el viaje con el que había soñado los últimos 69 días. Eran las 23:55 horas cuando la cápsula de rescate Fénix 2 se despegó del suelo e inició su recorrido hacia la superficie.
Para Ávalos era el comienzo del fin de una odisea que había comenzado el 5 de agosto, cuando un derrumbe lo sepultó en la mina San José con otros 32 colegas, incluido su hermano Renán. Para las más de dos mil personas que lo esperaban en el campamento Esperanza, entre familiares, autoridades, rescatistas, técnicos y periodistas, el fin de una jornada marcada por la expectación.
Un ambiente que se había encendido al mediodía, cuando el ministro de Minería, Laurence Golborne, mostró su optimismo respecto de los avances que estaban registrando los planes de la operación de rescate: «Esperamos concluir este día martes con al menos uno de nuestros mineros en la superficie».
A partir de entonces, un ritmo frenético se apoderó del lugar, que se convirtió en el centro de atención de todo el planeta, conectado a la mina San José a través de 230 medios de comunicación, de los cuales 180 son extranjeros.
Orgullo
El rescate finalmente se inició a las 23:19, cuando el rescatista González -un ex futbolista de O’Higgins en los años 80- se sumergió a bordo de la cápsula Fénix 2 oyendo los gritos de ánimo de sus compañeros. «¡¡Vamos, Manolo!!», fue, probablemente, lo último que escuchó al desaparecer por el ducto.
Su viaje a las profundidades alivió a quienes seguían cada detalle en las cinco pantallas que se ubicaron en el campamento Esperanza. Minutos antes, durante las pruebas que se hicieron con la cápsula vacía, las dudas sobre el éxito de la operación habían recorrido el lugar. Sobre todo cuando se mostró al rescatista Arturo Cofré dándole martillazos a la Fénix 2. Los comentarios fluían sin cesar. ¿Algo falló? ¿Está todo bien? ¿Se demora lo normal? «Prefiero esperar tranquilo, sin saber mucho, porque la tensión es muy alta», decía Andrés Bustos, uno de los familiares.
La tensión se liberó en aplausos y «ceacheís» cuando las imágenes mostraron la tricolor cápsula Fénix, con su bandera chilena impresa sobre su puerta, asomando lentamente por el agujero que daba al taller donde estaban «los 33». Gritos y rostros impresionados eran testigos de un momento histórico.
El minero subía ahora lentamente hacia la superficie, donde un silencio expectante y ojos atentoS lo esperaban.
Finalmente, luego de 15 minutos de ascenso, la Fénix 2 se asomó por el pozo generando un estallido de emoción. A las 00:12 de hoy, Ávalos se convertía en el testimonio de que la «Operación San Lorenzo» era un éxito.
«Bienvenido, nuevamente», fue la recepción que le dio el Presidente Piñera al primer rescatado de la jornada, seleccionado con pinzas por sus capacidades físicas, técnicas y psicológicas.
«Orgulloso de ser chileno», le dijo el trabajador.
Escuetas pero significativas, las palabras de Ávalos fueron interpretadas luego por el jefe de Estado como un símbolo de agradecimiento al país por una «hazaña» que «ojalá se mantenga en nuestra memoria y nos guíe en el futuro para siempre».
Mónica, la esposa de Florencio, y Bryan, su hijo menor, fueron los siguientes en abrazarlo y luego, en silencio, el primer minero rescatado se abría paso hacia la zona del control médico, bajo la mirada emocionada de todas las autoridades y rescatistas.
«Siento tranquilidad y satisfacción por un logro país. Lloré, claro que me emocioné», dría más tarde el ministro Golborne. Tras 69 días de tensión, el equipo de rescate se abrazaba y se preguntaba, bromeando, qué hacer ahora. El ministro, entre risas, sólo tuvo una frase: «Sacar a 32 más».
17
fueron los minutos que tardó la cápsula «Fénix» en viajar hasta el fondo de la mina San José para rescatar a Florencio Ávalos.
Ocho
son los años que lleva dedicado a la minería el primer rescatado. A la compañía San Esteban llegó hace cuatro, tras otros tantos en yacimientos de la Tercera Región.
622
metros recorrió la jaula de rescate hasta la superficie de la mina San José, donde Florencio Ávalos era esperado por su esposa Mónica y por su hijo Bryan, de ocho años.
Afuera, en el campamento, silencio y expectación. Hasta las 00:12. Cuando emergió la cápsula se desató la algarabía, y mientras todos celebraban, la carpa de la familia Ávalos se convirtió en un caos.

  • Los 69 días que han conmovido al mundo
    El Papa oró por ellos. Obama lo hizo por sus familias. Presidentes de todos los continentes preguntaron por su suerte. Pelé, David Villa y todo el Real Madrid les regalaron sus camisetas. Florentino Pérez los invitó al Santiago Bernabéu. La hazaña de los 33 mineros de Atacama se ganó un lugar como la gran noticia mundial de 2010. Así fue la historia que comenzó como una tragedia, pero que terminó como un ejemplo único de tesón

(www.mercurio.cl)