El sacerdote Estanislao Arévalos fue enviado ayer a la cárcel de Tacumbú, tras ser condenado a seis años de pena privativa de libertad por abuso sexual a dos niños de 13 años, monaguillos en una Iglesia del barrio San Vicente de Asunción, en el 2013. El Tribunal pidió a la Fiscalía investigar al padre Vicente Soria, por mentir en juicio como testigo.

En  un fallo unánime, el Tribunal de Sentencia presidido por Héctor Capurro e integrado por Cynthia Lovera y Juan Carlos Zárate sentenció al padre Estanislao Arévalos a 6 años de pena privativa de libertad, tras declararlo culpable de abuso sexual en niños.

Ante la gravedad del caso, el colegiado resolvió dejar sin efecto el arresto domiciliario que tenía el sacerdote y lo envió al penal de Tacumbú.

En ocasión de presentar sus alegatos finales, la fiscala Clara Ruiz solicitó una condena de 7 años de penitenciaría para el religioso.

El presidente del colegiado, Héctor Capurro, explicó que las pruebas testimoniales ofrecidas por la Fiscalía (las de las víctimas, sus padres y catequistas) merecían plena credibilidad, por ser coincidentes y uniformes.

Asimismo, el magistrado destacó que el careo realizado entre la catequista Rosa León de Rojas y el sacerdote Vicente Soria, superior de los Redentoristas, permitió dejar en evidencia que el sacerdote mintió respecto al momento en que se enteró del hecho, prácticamente un año antes de la denuncia ante la Fiscalía y el sumario en instancias religiosas (diciembre del 2014).

La catequista se ratificó en que en noviembre del 2013 informó a Soria de las quejas de sus alumnos sobre los manoseos de Arévalos, oportunidad en que el superior le sugirió realizar una reunión sorpresa ante el cura, los padres y sus víctimas. En dicha reunión, Arévalos reconoció el hecho y se disculpó y los padres exigieron que fuera trasladado y sometido a un tratamiento psiquiátrico.

Soria admitió la reunión pero no el tema tratado. Coincidentemente, días después Arévalos fue trasladado a Carapeguá.

Soria alegó que el traslado obedeció a otros motivos pero no supo explicar ni se pudo demostrar que dicha decisión haya sido resuelta con anterioridad.

Fallo similar en el Este – En octubre del 2003 un Tribunal de Sentencia de Ciudad del Este había condenado al sacerdote Juan Andrés López a 8 años de cárcel, por violar a un niño de 11 años. López permaneció en libertad mediante medidas sustitutivas. El abuso ocurrió en noviembre del 2000 en la parroquia San Antonio de Padua, donde el religioso era el encargado.

Expectativa de víctimas – “Yo nunca perdí la fe, solamente que mi hijo perdió la fe y gracias a eso espero que él vuelva a creer en Dios y vuelva a la Iglesia”, dijo la madre de una de las víctimas que acompañó el juicio.

La mamá relató los momentos de angustia vividos tras conocer los abusos sufridos por su hijo en manos del padre Estanislao Arévalos.

Comentó que el chico acompañó con expectativa el juicio y reveló su indignación cuando Arévalos negó el caso. “Con qué cara vino a negar lo que hizo, eso es lo que me molesta”, expresó, tras revelar que su hijo quedó traumado y ahora retomará su tratamiento.

“El dolor es grande, como mamá sufrí bastante (…) Mi hijo fue tocado (…)”, acotó.

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