Presa por darle una paliza a su expareja
El hombre fue a la comisaría para denunciarla por agresión
Un nuevo caso de violencia doméstica se registró en la noche del martes, solo que esta vez la víctima no fue una mujer sino José Raúl Fleitas (38). El hombre recibió una brutal golpiza por parte de su exmujer, María Lourdes Villalba (47), en el barrio Julio Correa de Luque.
Según el informe policial, Villalba fue a un complejo deportivo donde trabaja su expareja sentimental. En plena cancha de fútbol sintético, se produjo la paliza para sorpresa de las decenas de personas que se encontraban en el predio.
El fiscal Juan Carlos Ruiz Díaz explicó que la pareja se separó hace tres años, aunque después se reconciliaron. “El denunciante señaló que su mujer, al parecer, no aceptaba la ruptura de la relación, ya que estaba muy deteriorada”, explicó el agente del Ministerio Público. “Esta diferencia de edades es la característica común de las denuncias de hombres que son golpeados por mujeres”, agregó.
En nuestro país, la violencia intrafamiliar tiene una expectativa de pena carcelaria de hasta seis años, sea cual fuere el género de la persona que comete la agresión. La suerte de Villalba se encuentra ahora en manos de un juez. La mujer se encuentra detenida a pesar de que la víctima no se acercó a ratificar su denuncia, “por vergüenza”, según trascendió.
Despecho – “No haré lo que tú hiciste. Has tirado todo a la basura. Gracias por mostrarme tu verdadero yo”, escribió la mujer en su perfil del Facebook, el pasado 20 de octubre. Cristian Paniagua, presidente de Kuimba’e Aty, señaló que este año registraron 970 denuncias de maltratos en varones, que van desde arañazos, golpes y agresiones de toda índole. “La gente toma como burla la violencia contra el hombre. Esto tiene que cambiar en algún momento”, sostuvo el titular de la agrupación.
extra.com.py
Ojalá que estos actos sean transitorios o sea el pasaje del machismo a la defenza personal a la que estan recurriendo las mujeres, es muy facil para algunos romper una relación sentimental y no darse cuenta del daño profundo que se está haciendo a la persona que ayer fué amada . Teniendo en cuenta que la cultura del «tucumbó » era la ley imperante y educadora en casi todos los hogares, pasamos de esa etapa a la juventud,o a la madurés sin modificarse para nada nuestros conceptos de corrección, que luego sale reluciendo ante cualquier circunstancia de la vida. Si se enseñara en las escuelas la importancia del dialogo antes de recurrir a la violencia para solucionar una actitud equivocada en la familia, o en la sociedad donde uno interactua .Pienso que ya es hora de reeducar a nuestras gentes que aun conservan la ley del «tucumbó» . Juana Pueblo y sus hijos.