Así Inglaterra erradicó a sus barrabravas

‘Hooligans’ eran grupos de hinchas violentos que dejaron en zozobra a Inglaterra en las décadas del ’70 y los ’80. El país llevó a cabo esta serie de acciones para apaciguarlos en las canchas.

Foto: sportertv.com

En primer lugar, el Estado reconoció que este problema tenía que ser arrancado de raíz por lo que se debía de reconocer que estos barrabravas ingleses eran producto de un problema sociocultural y no del fútbol. Para ello, analizaban el comportamiento de más jóvenes, futuros ‘hooligans’, para tratar de atacar la base de sus comportamientos que eran arrastrados por la falta de educación o la ruptura familiar.

Posteriormente, hicieron cumplir la ley prohibiendo de por vida el ingreso a las canchas a las hinchas considerados más peligrosos y no les temblaba la mano para encarcelar a aquellos que rompían la norma de ingresar a los estadios con armas de fuego, alcoholizados o drogados.

También involucraban absolutamente a todos los factores que dependían para la logística de estos grupos como por ejemplo imponiendo sanciones a las líneas de tren que los transportaba.

Se les daba la regla a los clubes que creen su propio escuadrón de guardias privados y especializados, que no sean parte de la policía o de otro organismo de orden. Incluso, entrenaban a espías para que se inserten en los grupos para conocer a mayor detalles a estos aficionados.

De esta forma, se llegó a que hubo en los estadios menos policías y más guardias privados que estaban capacitados en manejar a masas.

Por otra parte, para los 92 clubes del país, se unificaron los criterios de seguridad donde a todos se le exigía cumplir las mismas normativas, pero estas se adaptaban dependiendo de la cantidad, el tamaño, los acceso y otros factores de los estadios de fútbol de las ligas. En el mismo marco, se impuso la extracción de todas las vallas y muros de contención, ya que el único apaciguador debían ser los guardias privados.

Algo importante para todo esto fue el uso adecuado de la tecnología como por ejemplo la utilización de cámaras de seguridad, numeración de los asientos (todos la gradería debía estar con sillas y enumeradas) y entradas donde estaban plenamente identificadas las personas que las adquirían.

Lo más importante de todo esto fue su implementación y para ello, el Estado otorgaba créditos a los clubes para que se adecuen a estas leyes, y si cumplían en determinado plazo, incluso los incentivaba con recompensas.

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