Paraguay, el coronavirus y el sacrificio de las costumbres

Por Santi Carneri (Asunción / Madrid) *

Pionero en tomar medidas, así ha logrado este país latinoamericano mantener en 2.200 los contagios y en 18 los fallecidos, mientras el vecino Brasil se convierte en epicentro mundial de contagios y muertos

Paraguay es ese país que muchos fuera de América del Sur confunden con Uruguay o incluso Panamá, pero que más allá del nombre de origen común tupí-guaraní, tienen tanto parecido como España y Rusia. Aunque su cultura afroindígena-europea, su economía desigual y su clima casi tropical lo acercan más a un país del Caribe o Centroamérica que a sus vecinos Argentina, Brasil y Bolivia, que lo rodean dejándolo sin mar.

Esta nación encajada en “el corazón de América del Sur”, como les gusta decir a sus habitantes, está también enquistada por una baja inversión en salud, dejando un sistema sanitario fragmentado y desigual, según el Banco Mundial. La población paraguaya carece de atención sanitaria universal, con empresas privadas que cobran análisis de sangre a 11 euros cuando el ingreso medio anual es de 5.800 euros, mientras lo público está saturado con esperas para cualquier consulta de entre una y ocho horas. El 73,4% no tiene ninguna cobertura de seguridad social ni privada, por lo que queda a cargo del Ministerio de Salud.

Técnicos del Ministerio de Salud en un puesto de testeo rápido de covid-19 en la costanera de Asunción. Basta pedir turno por teléfono cuando se tengan dos síntomas y se puede hacer la prueba sin bajar del auto. Paraguay ha conseguido que la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el brazo regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS) considere su gestión como “muy positiva”.(Foto:Mayeli Villalba)

Tan prohibitivo es el acceso a sanidad en Paraguay que casi cada vez que alguien de clase media o baja padece cáncer o cualquier otra enfermedad con tratamiento o medicamentos de alto coste, su familia y amigos convocan las tristemente cotidianas “polladas”, donde el dinero recaudado de la venta del pollo y otras comidas es destinado a los gastos de la persona en tratamiento

Pese a su difícil contexto sanitario, Paraguay logró en los primeros dos meses de pandemia que su respuesta a la covid-19 fuera reconocida entre las 45 mejores del mundo y las tres o cuatro mejores de América, junto a Cuba y Uruguay, según datos recabados por el New England Complex Systems Institute (NECSI), Harvard, la Universidad de California en Los Ángeles y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Por un reciente repunte ahora ha sido colocado entre los países que «deben tomar acción».

Paraguay pasó un mes sin registrar muertes relacionadas con la covid-19 hasta el 15 de junio cuando se registró el fallecimiento número 12 y suma hoy 2.221 casos confirmados, de los cuales hay ya 1.089 recuperados. Las UCIs están disponibles y se realizan unos 700 test diarios, según su Gobierno. La Organización Panamericana de la Salud (OPS), el brazo regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS), considera su gestión como “muy positiva”.

¿Cómo logró este país del tamaño de Francia, pero con siete millones de habitantes, este nivel de contención de la pandemia? Para colmo, lo ha logrado mientras su coloso vecino brasileño se convierte en uno de los más afectado del mundo con más de 1.38 millones contagiados y cerca de 60.000 fallecidos. En Paraguay, gracias a las medidas tomadas, unas 15.000 muertes han sido evitadas, según el Ministerio de Salud y las primeras estimaciones de los modelos matemáticos de expertos internacionales.

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