Pronunciamiento de la izquierda paraguaya desde Buenos Aires
Tal lo anunciado, representantes de los principales sectores políticos progresistas del Paraguay, identificados con el gobierno de Fernando Lugo, brindaron anteayer una conferencia de prensa para exponer la situación política actual en dicho país y las amenazas existentes al proceso democrático.
El acto ser desarrolló en el Hotel Bauen de la ciudad de Buenos Aires; el panel estuvo formada por José Carlos Lezcano (Tekojojá), Ernesto Benítez (Convergencia Popular Socialista), Najeeb Amado (Partido Comunista Paraguayo) y Jorge Cabral (Partido del Movimiento Al Socialismo).
Hay que destacar la presencia en la misma de Jorge Creines, Secretario de Relaciones Internacionales del Partido Comunista Paraguayo) y del embajador plenipotenciario Oscar Laborde, Representante Especial para la Integración y la Participación Social de la Cancillería Argentina.
El Espacio Unitario es el mismo que protagonizó la última manifestación contra el Congreso por los recortes presupuestarios al área social, ocasión en que lanzaron la advertencia de que también se levantarán en caso de que peligre el proceso político que se inició en abril del 2008 con Lugo.
Sus organizadores lanzaron el siguiente pronunciamiento.
LA NECESIDAD DE PROFUNDIZAR EL PROCESO DEMOCRÁTICO Y DEFENDER EL GOBIERNO PARAGUAYO ANTE LAS CLARAS AMENAZAS EXISTENTES
El 20 de abril de 2008, 850.000 ciudadanas y ciudadanos paraguayos expresaron sus anhelos de cambio, eligiendo como Presidente de la República a Fernando Lugo. Se manifestaba de este modo la voluntad mayoritaria de dejar atrás un modelo político, económico y social responsable de enormes sufrimientos y postergaciones para la población paraguaya.
Durantes décadas, haciendo uso de métodos abiertamente dictatoriales –represión y silenciamiento, torturas y asesinatos-, como a través del continuismo dictatorial desde 1989, los sectores dominantes en el país, ínfimos en cantidad, pero extremadamente fuertes en cuanto al control y concentración de los recursos y del poder en el país, construyeron y consolidaron sus posiciones a costa del empobrecimiento masivo, la falta de salud, educación, vivienda digna, trabajo, esto es, a costa del futuro de millones de paraguayas y paraguayos.
Una de las expresiones más duras de este proceso de expoliación, explotación económica, opresión política y dominación cultural está dado por los millones de compatriotas que se han visto forzados a emigrar masivamente del campo a las zonas marginadas de las ciudades, así como a otros países (Argentina, España, y otros), buscando acceder a bienes y servicios mínimos que les eran negados en sus lugares de origen, por la intencional destrucción de la base productiva rural campesina desde el Estado.
Fueron estas mismas clases dominantes las que empeñaron la soberanía nacional y la posibilidad de un desarrollo que beneficie a toda la población, aceptando condiciones espurias en los Tratados de Itaipú y Yacyreta, a cambio de enriquecimientos descomunales en sus fortunas personales.
El cambio propuesto y necesario
El proyecto político y el programa transformador propuesto por Fernando Lugo y respaldado por una incuestionable mayoría electoral que lo eligió, podría resumirse en tres puntos:
La democratización profunda de la sociedad, con participación del pueblo;
La reforma agraria integral con protagonismo campesino; y
La recuperación de la soberanía nacional, especialmente la soberanía energética, territorial y cultural.
Pese a no tratarse de un programa radical, sino de reformas orientadas a dar respuesta a los grandes problemas heredados, como la extrema pobreza y exclusión social; el mismo implica sí una clara ruptura con el pasado, con cúpulas mafiosas que por más de 60 años habían convertido al Estado en un botín privado, a través de sólidos sistemas de corrupción y clientelismo.
Las reacciones de los eternos enemigos del pueblo paraguayo
Las fuerzas opuestas a las reformas señaladas y a las perspectivas de cambios democratizadores han actuado desde los primeros meses de gestión del nuevo gobierno con una clara intención obstruccionista a cualquier tipo de medida que represente mínimos avances democráticos. La vieja oligarquía civil y militar, y la añeja y corrupta partidocracia, mantienen el control del Poder Legislativo, del Poder Judicial, y en buena medida, de las Fuerzas Armadas y de los órganos de seguridad. Además de ello, conservan el poder sobre los grandes medios de comunicación y las grandes propiedades y empresas urbanas y rurales.
En los últimos meses de 2009 las reacciones de estas cúpulas ultra-conservadoras se han vuelto mucho más violentas. En la medida en que se torna patente el significado y el potencial de cambio de haber perdido el control del Poder Ejecutivo, el objetivo inmediato ha pasado a ser el Presidente Lugo; obviando las corrientes sociales y políticas que se han expresado por el cambio a través de la confianza depositada en su persona y pasando por alto la situación de crisis de gobernabilidad que tal desconocimiento de los avances democráticos podría generar.
Entre los hechos más graves protagonizados por la ultra-derecha política, debemos mencionar:
La sistemática obstrucción en el Senado a las medidas de renovación del servicio exterior en países claves del MERCOSUR, rechazando a los candidatos propuestos por el Ejecutivo y aceptados por los Estados de Argentina y Brasil, por sus conocidas posiciones democráticas y en favor de los intereses nacionales y ciudadanos.
La oposición a todas las medidas de reforma, saneamiento y renovación de la Justicia Electoral y del Poder Judicial, pilares sobre los que se sostiene el atraso institucional en el Paraguay.
El criminal recorte parlamentario al Presupuesto General de Gastos propuesto por el Poder Ejecutivo para el año 2010, en las partidas destinadas a servicios sociales, pese a que el Paraguay posee uno de los presupuestos sociales más bajos en América Latina.
La feroz campaña contra el Presidente Lugo buscando desprestigiarlo y vincularlo a diferentes temas con la intención de llevarlo a un enjuiciamiento político por el Congreso Nacional. En estos momentos dicha campaña política y mediática gira en torno de tres aspectos principales: en primer lugar a través de la manipulación del secuestro de una persona ganadera, buscando vincular al Presidente con dicho secuestro; buscando vincular al mismo con un supuesto ejército guerrillero; y por último, con una violación de la Constitución Nacional, en el sentido de que la lucha contra la pobreza que está impulsado el Poder Ejecutivo, quiere ser distorsionada como un odio de clases, prohibido expresamente por la carta magna paraguaya.
Al frente de esta campaña están el ex general golpista Lino Oviedo y sus parlamentarios; Alfredo “Goli” Stroessner, nieto del dictador Alfredo Stroessner, en la actualidad senador por el Partido Colorado; Mario Abdo Benítez (h), dirigente del Partido Colorado, hijo del homónimo secretario privado del dictador Stroessner; así como el senador Alfredo Jaeggli, del Partido Liberal Radical Auténtico. Este último se ha vanagloriado públicamente de un plan para derrocar al gobierno antes de los próximos seis meses, y de los instrumentos para maniatarlo: negándole fondos de inversión social desde la Comisión Bicameral de Presupuesto y al mismo tiempo oponiéndose al Impuesto a la Renta Personal.
Estos y otros personeros del pasado son algunas de las figuras centrales promovidas desde la prensa empresarial que encabeza el conservador diario ABC Color. Sin una mínima responsabilidad en el ejercicio del periodismo, ABC Color intensifica la campaña de desprestigio hacia el Presidente de la República, como hacia el inicio de la Reforma Agraria y la regularización de las instituciones públicas.
Escenarios
La sociedad paraguaya se encuentra en un punto crucial: el de avanzar hacia la construcción de una sociedad democrática, con justicia social y bienestar para todas las personas, dejando atrás a las cúpulas mafiosas que amasaron fortunas a costa de la miseria del pueblo paraguayo, y que hoy amenazan la convivencia democrática por sus apetencias de poder desmedido y su afán de acumulación de riqueza fácil en riesgo.
En el Paraguay existe conciencia sobre el peligro de un golpe y de un grave retroceso si se permite a los sectores históricamente responsables de la postración del pueblo, retomar plenamente la conducción de los procesos políticos en el país como es su pretensión.
Así, veinte mil personas se manifestaron frente al Congreso Nacional el 26 de noviembre pasado, en contra de los recortes promovidos por la ultraderecha parlamentaria y a favor de un Presupuesto Social. Existe además un avance importante en el proceso de unidad de los sectores progresistas y democráticos frente a los planes golpistas y a la crisis y descomposición de los sectores políticos tradicionales. El Espacio Unitario-Congreso Popular integrado por el Partido Convergencia Popular Socialista, el Partido Comunista Paraguayo, el Partido Movimiento al Socialismo, el Partido Tekojoja y otros, es una clara expresión de este avance. A su vez, las vinculaciones que se están profundizando entre este Espacio Unitario y los partidos progresistas de la Alianza Patriótica para el Cambio (APC) -plataforma que sustentó la candidatura presidencial de Fernando Lugo- constituye una apuesta de confluencia y fortalecimiento de las fuerzas democráticas en el Paraguay, dados los desafíos presentes.
Necesidad de apoyo internacional
El cuadro de poder en Paraguay guarda demasiadas similitudes con el de Honduras. Las fuerzas democráticas del Paraguay y de América, no podemos estar ajenas ante esta nueva amenaza de quiebre institucional y de vulneración de la voluntar popular expresada legítimamente en las urnas.
Recordemos no sólo lo acaecido en Honduras, sino también la acción popular interna y la solidaridad continental que logró resguardar el proceso de avance democrático en Bolivia frente a los embates de la sedición promovida por sectores retardatarios.
Por ello, llamamos a las y los militantes y simpatizantes de fuerzas progresistas y democráticas, a quienes componen el pueblo colorado y el pueblo liberal -sectores históricamente traicionados por las cúpulas hegemónicas de sus Partidos-, a todas las paraguayas y paraguayos -organizados y no organizados- desde el lugar donde se encuentren, a la lucha por el respeto del proceso democrático en Paraguay y por la profundización de un proceso de cambio que beneficie a todos los paraguayos y paraguayas, dentro y fuera del territorio nacional.
También convocamos a las fuerzas democráticas y progresistas de Latinoamérica a estar alertas y brindar su solidaridad a la lucha del pueblo paraguayo por su emancipación de aquellos poderes que vienen enriqueciéndose y empoderándose a costa de la lesión de los derechos elementales de las grandes mayorías de este país.
Por la DEMOCRACIA, LA LIBERTAD Y LA JUSTICIA SOCIAL EN EL PARAGUAY Y EN AMÉRICA TODA.
Partido Convergencia Popular Socialista (PCPS) / Partido Comunista Paraguayo (PCP)
Partido del Movimiento al Socialismo (P-MAS) / Partido Popular Tekojoja (PPT)
Manifiestaron su apoyo y solidaridad las siguientes organizaciones en la Argentina:
Partido Comunista Argentino, Mesa de Unidad Popular, Movimiento por la Paz, la Dignidad y la Solidaridad de los Pueblos (MOPASSOL), Movimiento Nacional Campesino e Indígena, Consejo Solidario Internacional – Comité de Defensa del Proceso de Cambio – Bolivia, Juventud Originaria del Kollasuyo –Bolivia,Partido Comunista Congreso Extraordinario, Asociación de Profesionales Paraguayos en Argentina (APPEA), Agencia de Periodistas Paraguayos en el Exterior (APE), Grupo de Estudios Sociales sobre Paraguay (Facultad de Ciencias Sociales UBA), Partido Comunista Paraguayo (regional Buenos Aires), Partido Convergencia Popular Socialista (regional Buenos Aires), Partido Popular Tekojoja (regional Buenos Aires), Alianza Patriótica para el Cambio (Regional Buenos Aires)
En Paraguay:
Movimiento Patriótico y Popular (MPP) / Frente Social y Popular / Frente Patriótico y Popular
*Presentado en conferencia de prensa por los representantes de los partidos Convergencia Popular Socialista, Comunista Paraguayo, Tekojojá y P-MAS, el día 14 de diciembre de 2009 en el Hotel Bauen de Buenos Aires.