Nicanor ¿presidente de la ANR? No, rotundamente no!
Parece ser que al expresidente del Paraguay y actual embajador de nuestro país en Argentina la prensa le tiene un especial enamoramiento: no hay día en que los diarios nacionales no lo mencionen.
Se le trata indistintamente como el extendotá que quiere serrucharle el piso al Canciller; que está al servicio de los intereses argentinos, con el argumento de que “es conocida” su afinidad con la gestión de los Kirchner y no con los intereses de nuestro país, o que renunciará como representante diplomático en el curso de este año ya que no forma parte de la comisión de negociación sobre Yacyretá con el vecino país. Informaciones que han sido desmentidas en su totalidad.
Ahora anda circulando la versión que el ex presidente aspira ser el nuevo sucesor de Lilian Samaniego, actual titular de la Junta de Gobierno del Partido Colorado cargo que -según dimes y diretes- también pretenden Luis Alberto Castiglioni, Juan Carlos Galaverna y Julio César Velázquez.
Al respecto, Nicanor ha expresado que no tiene ninguna aspiración de ser presidente de la Asociación Nacional Republicana en el 2016, año de elecciones partidarias.
Alegó que ya fue titular del Partido Colorado en el 2001 y en el 2006, enfatizando que logró la presidencia gracias a la voluntad del pueblo colorado en ambas oportunidades. Dijo que espera que la conducción de la ANR se renueve, tanto con nuevos referentes, y tengan un mayor compromiso con los procesos que se generan en la sociedad paraguaya.
“Yo estoy colaborando con el Presidente Horacio Cartes, realmente me siento reconocido por el Gobierno y nuestra tarea la estamos llevando adelante con las dificultades y las posibilidades de mejores logros para la nación como una realidad totalmente natural en la gestión”, señaló
Pero como en política nunca está dicha la última palabra y que el ex jefe del Estado paraguayo tiene predicamento y es fácil “vender” las noticias que a él se refiere, los medios seguirán aguzando su imaginación y creatividad para mantenerlo en el candelero ya que la tentación es descomunal, irresistible. e imbatible.
Ah… nosotros también seguimos la misma tendencia…