Fernando Lugo: “Mi misión era evangelizar el ambiente político”

 

 

Por Any Ventura (*)

El actual presidente del Senado por el Frente Guasú cuenta cómo ingresó a la política, su relación con el Vaticano, su recuerdo de Perón, sus vínculos con la Teología de la Liberación y la necesidad de una reforma agraria.

Chamiga, venite a tomar mate con ajenjo y yaguareté Ka a, amargo como la verdad,” invita. Fernando Lugo, ex presidente de Paraguay desde el 15 de agosto de 2008 hasta el 22 de junio 2012,  recibe a Página12 en su casa,  en un barrio obrero de Asunción.

 Todo en el lugar es sencillo: los sillones de cretona floreados, vírgenes, crucifijos y un enorme cuadro de  José Gaspar Rodríguez de Francia (1776-1840), el principal representante del movimiento independentista e ideólogo de la emancipación paraguaya. La casa es una construcción que debe tener mas de treinta años a la que se le han anexado un escritorio y un lugar mezcla de quincho y comedor donde más tarde, ese domingo, llegarían sus dos hijos a almorzar. Antes, durante una hora y media de charla y mate, el actual Presidente del Senado por el Frente Guasú se preocupa por contestar cada pregunta.  .

¿Cómo ha sido su relación con la Iglesia y en especial con el Vaticano? Para dejar de ser obispo y dedicarse a la política hacía falta hablar con el Papa.

Según la teología. yo no podía ser candidato a presidente. Porque hay dos sacramentos en la iglesia que imprimen carácter, o sea que tienen carácter indeleble, que no se borran nunca, y uno de ellos es el sacerdocio y el otro es el bautismo. Por eso no existe el re bautismo, no existe el re sacerdocio, uno es sacerdote in aeternum hasta la muerte.

Su historia  y su manera de pensar, ¿qué relación tuvieron  con la revolución cubana, con Fidel Castro?

Ninguna.. Ecuador me abre los ojos sobre la perspectiva Latinoamericana, aquí en Paraguay teníamos una formación muy cerrada, aquí nunca en los seis años de formación hemos escuchado hablar de la teología de la liberación. Yo fui el primer profesor de teología de la liberación cuando volví  en el 82. Porque hice mi tesis sobre la teología de la liberación. Ecuador me abre los ojos. En el 78  se estaba preparando el Sínodo de Puebla y nació en Ecuador la famosa Coordinadora de la Iglesia de los Pobres. Con un grupo de sacerdotes pastoristas, muy de avanzada, biblistas. Eso marca una cierta conciencia pastoral, social también, muy comprometida.

O sea que usted tardó en relacionarse con los movimientos de la Iglesia para la liberación

Es verdad. Cuando ocurre la revolución sandinista vinieron a pedir alfabetizadores al Paraguay. Y se fueron como 100 muchachos de la parroquia, de ese grupo de fundadores de la iglesia de los pobres. Hasta ese momento no tenía ninguna relación con ningún movimiento  socialista de América latina. Se escuchaba allá por el 76 cierta relación clandestina con ciertos movimientos que venían de Argentina de Chile, pero nunca tuvimos relación.

¿Qué pensaba del peronismo?

Yo nací en el 51, en un pueblito pequeño, tengo un recuerdo muy infantil, de un hombre muy generoso que quería a los pobres y que mandaba juguetes a los niños. Pero en América Latina también se sabía de la relación de Perón algunos líderes vinculados al fascismo.

 Bueno, la relación de Perón con Stroessner no era ningún secreto.

Él estuvo aquí exiliado unos meses

¿Cómo dejó de ser militante religioso para convertirse en político y llegar a la presidencia de Paraguay?

 Yo nunca tomo una decisión solo, siempre tengo amigos compañeros, la familia, mi hermana, la que fue primera dama que vivió mi transformación. Recuerdo perfectamente lo que habíamos conversado con ella, ese día yo le pregunto a ella y  a otro hermano, qué pensaban. Y me dijeron “si pudiste dedicarle treinta años a la iglesia, te podes dedicar a un país”. La misión era la de cargar un ingrediente ético a la política, evangelizar el ambiente político. En Diciembre del 2006,  me iban a juntar unas diez mil firmas y me trajeron 120 mil. Y eso no me dejo dormir. Ahí decido pedir la reducción al estado laical para ocuparme del rol político. Para los obispos y sacerdotes es muy fácil criticar las falencias. Un profesor mío de teología me dijo “la política es una ciénaga de la cual nadie sale limpio.

(*) Entrevista completa: ver www.pagina12.com.ar,