Y la ley de lenguas

Nuestro país ejercerá por seis meses la Presidencia pro témpore del Mercosur y va a tener, por consiguiente, la oportunidad de corregir rumbos respecto a la campaña por la oficialización del idioma guaraní en el Mercosur, intento tantas veces malogrado, porque desde 1995, el Paraguay estuvo intentando con sus pares en el organismo regional y hasta hoy no ha podido lograr la oficialización de nuestra lengua nativa en el Mercosur para ubicarse en paridad de condiciones con el portugués y el castellano.

Mucho se ha hecho y se ha alcanzado, pero no se pudo lograr dicha oficialización: Se ha conseguido la adhesión del Parlamento uruguayo, gracias a la gestión del parlamentario Rubén Martínez Huelmo; se llegó a tener la adhesión del Parlamento paraguayo y, últimamente, se tuvo también la adhesión del Parlasur, gracias a la gestión directa de nuestro actual canciller, el Dr. Héctor Lacognata, quien era entonces miembro del Parlasur; pero, inexplicablemente, siempre apareció, a último momento, algún misterioso torpedeo que malogró la oficialización.

La vez que estuvimos muy cerca de esa oficialización fue cuando el 28 de abril de 2009, en Asunción, el Parlasur adoptó la Declaración para dejar instalado definitivamente al guaraní como lengua oficial del Mercosur junto con el castellano y el portugués.

En esa oportunidad, se superaron aparentemente todas las dificultades, se cumplieron todos los requisitos; el acuerdo de oficialización fue aprobado por la Reunión de los Ministros de Cultura de los países miembros de origen del Mercosur, y el proyecto llegó al Foro de Consulta y Concertación Política, que es la reunión inmediata anterior a la Cumbre de Presidentes que en aquella ocasión se reunió en Brasilia, y otra vez apareció el misterioso torpedeo; porque aquella cumbre, en lugar de declarar la oficialización del guaraní, aprobó una ambigua declaración en la que decía que “El Guaraní es una de las lenguas del MERCOSUR”. El texto de la declaración tenía que haber sido: “El Guaraní es una de las lenguas oficiales del MERCOSUR”, pero como se puede ver, desapareció del texto la palabra “oficial”. Por eso hablamos de “misterioso torpedeo”.

El guaraní debe ser declarado lengua oficial del Mercosur y recién entonces puede ser “lengua de trabajo” en dicho organismo, porque el Protocolo de Ouro Preto, en su art. 46 dice claramente que son lenguas de trabajo del Mercosur las lenguas declaradas oficiales por el organismo.

Hoy la situación es diferente a las anteriores; ya no somos los particulares solamente como estuvimos haciendo hasta ahora, los que debemos insistir sobre esta reivindicación, porque la Ley de Lenguas, ya sancionada por el Congreso Nacional y promulgada por el Poder Ejecutivo el 29/12/10 (Ley Nº 4251/10), en su art. 4º dice textualmente: “El Estado promoverá el reconocimiento del guaraní como lengua oficial de las organizaciones supranacionales que integre”, y como si esta disposición fuera insuficiente, el art. 3º de dicha Ley de Lenguas dispone en su segunda parte: “El idioma guaraní deberá ser objeto de especial atención por parte del Estado, como signo de la identidad cultural de la Nación, instrumento de cohesión nacional y medio de comunicación de la mayoría de la población paraguaya”.

De manera que la Cancillería Nacional, aprovechando el ejercicio de la Presidencia pro-témpore del paraguay, debe preparar con tiempo el acuerdo para que en el Foro de Consulta y Concertación Política se hagan las cosas correctamente y la próxima Cumbre de Presidentes del Mercosur (24 de junio 2011) trate y apruebe la oficialización del idioma guaraní en dicho organismo, y que ocupe por fin el guaraní, el lugar que le corresponde junto al castellano y el portugués, y se convierta también en lengua de trabajo del Mercosur, porque esos son los roles que le corresponde concretamente al guaraní como lengua oficial del Paraguay, así como lengua oficial alternativo en la Provincia de Corrientes (Argentina) y lengua cooficial con el castellano en Santa Cruz (Bolivia).

Si esta vez el intento de oficialización vuelve a fracasar por negligencia de los representantes paraguayos en el Foro de Consulta y Concertación Política, como ya ocurrió reiteradamente, ya serán pasibles –dichos representantes– de las consiguientes sanciones por violación de disposiciones concretas y claras de una Ley Nacional (arts. 3º y 4º de la Ley Nº 4251/10).

Además, la Cancillería Paraguaya debe saber que por las mismas disposiciones del Protocolo de Ouro Preto, las documentaciones de las reuniones del Mercosur deben ser redactadas originalmente en la lengua oficial del país que está ejerciendo la Presidencia pro-témpore del organismo regional. Esta disposición, el Paraguay nunca hizo cumplir como lo hace cumplir el Brasil, sea cual fuere el lugar en que se verifica la reunión.

El Brasil, con todo derecho, suele alegar “soberanía lingüística” para hacer cumplir esa disposición. Al Paraguay parece que no le importa que su soberanía, lingüística o cultural, sea avasallada. Hay que ver si los documentos originales de las reuniones del Mercosur, realizadas durante la Presidencia pro-témpore de Paraguay, no son redactados en castellano y en guaraní, por ser las dos lenguas oficiales del Paraguay, no configuran una burda violación de una ley nacional.

abc.com.py