Una inmigración utopista: de Australia a Paraguay
María Victoria Benítez Martínez (*)
La Ley General de Inmigración y Colonización de 1881 condicionó los inicios de la colonización a lo largo de finales del siglo XIX. De acuerdo con la Ley de Inmigración para la Colonización de Paraguay, había dos tipos de colonias en las que los inmigrantes podían establecerse: nacionales y privadas
La Ley de Inmigración atrajo a los colonos principalmente por razones económicas. En este sentido, el Gobierno paraguayo desempeñó un papel importante en la decisión de establecer colonias, como la colonia Nueva Australia, para el desarrollo de la agricultura. Además, estableció primas para el incentivo agrícola y la industria nacional.
El australiano de origen británico William Lane fundó la New Australia Cooperative Settlement Association (NACSA) en Australia en 1891.
La propaganda en los periódicos australianos, a veces críticas y otras con opiniones positivas sobre lo que Paraguay ofrecía en el país para los inmigrantes, estos, entre otros motivos, influyeron en la decisión de emigrar para establecerse en este país.
El 10 de marzo de 1893 el Poder Ejecutivo de Paraguay concedió sesenta y un leguas de tierras para establecer entre cuatro y seis mil inmigrantes australianos en un plazo de seis años. En este contexto, W. Lane, acompañado de 250 inmigrantes, hombres y mujeres, partieron de Australia el 16 de julio de 1893 en busca de una utopía en la vida rural, para establecer una colonia socialista utopista en Paraguay.
Ese mismo año (1893), la compañía cooperativa colonizadora de W. Lane fundó la colonia Nueva Australia en la Región Oriental del país, en el Departamento de Caaguazú.
La colonia se creó con la idea de desarrollar una sociedad comunista con el asentamiento de 1.200 familias, 4.000 personas, en unas 125.000 hectáreas de tierra concedidas por el Gobierno.
Las primeras disputas entre sus miembros comenzaron en diciembre de 1893 a causa de las restricciones impuestas por W. Lane para mantener el espíritu de la colonia de llevar una vida más o menos ascética. Como resultado, en ese año, 81 colonos decidieron abandonar la colonia y regresar a Australia.
En 1909, los últimos colonos desertaron y se fueron a Argentina, mientras que otros emigraron a Australia, Inglaterra o Sudáfrica. Los que se quedaron, se casaron con mujeres paraguayas.
El Gobierno dejó sin embargo sobre esas tierras 150 colonos donde se incorporaron otras nacionalidades en 1910. Así, a pesar de la división de la colonia, un grupo permaneció en las tierras que el Gobierno compraría para los colonos no lejos de Ajos (Coronel Oviedo).
(*) Leer nota completa en ultimahora.com / Correo semanal 29-01-22