Gobernar desde Buenos Aires

Así se titula el editorial publicado en el diario La Nación del Paraguay en el día de hoy, que por su contenido discriminatorio hacia los residentes paraguayos en el exterior, lo reproducimos incluido los comentarios de los lectores. Para emitir su opinión en forma directa, ingresar a www.lanacióncom.py

El artículo dice así:

Sin duda, la República Argentina ha sido y sigue siendo la más generosa protectora de paraguayos e hijos de paraguayos que se ven obligados por razones diversas a salir de Paraguay. Ningún país, en ninguna época, ha tenido con los paraguayos la generosidad que ha tenido Argentina.

No es un accidente, pues, que la comunidad paraguaya en Argentina, en general, y en la ciudad de Buenos Aires, en particular, sea grande y cohesionada.

Por la cercanía con Paraguay, es también una comunidad que se mantiene muy al tanto de lo que sucede en el país y que está logrando, desde la caída del régimen autoritario, una influencia cada vez mayor en la política nacional.

Y es ahí cuando la República debe reflexionar sobre cuál es el grado de influencia que pueden tener las comunidades de paraguayos en el exterior para no menoscabar el de la nación paraguaya asentada en el territorio nacional.

Si el Estado es una organización de la nación constituida para administrar la cosa pública y regular las relaciones entre sus miembros, entonces los directamente afectados por la acción de ese Estado tienen no solamente los mejores títulos, sino también los más justos derechos a ser quienes tengan el poder decisorio.

Si a esto se agregan los títulos que además merecen los contribuyentes; es decir, aquellos paraguayos con cuyo trabajo se sostiene el Estado, queda claro que quienes no son afectados directamente por él ni pagan para financiarlo no pueden participar en la dirección de la República paraguaya sin que esa participación lesione gravemente el principio de igualdad.

Sería un privilegio insoportable y una injusticia aberrante que personas que no están directamente afectadas por el Estado ni contribuyan a sostenerlo tengan en su dirección un papel igual o parecido a aquellas personas que sí están afectadas y que sí pagan para que funcione.

Para que la cosa sea justa e igualitaria, pues, la República del Paraguay solamente debe ser administrada por los habitantes del territorio paraguayo, sin perjuicio de que cada paraguayo fuera del país tenga la más absoluta garantía de recuperar la plenitud de sus derechos a participar en la gestión de los negocios públicos apenas ponga pie en el país, sin más trámites.

La pretensión de diversos grupos paraguayos en Buenos Aires de dirigir desde la capital argentina los negocios públicos paraguayos es indebida, injusta y supone un riesgo grave de enajenar la soberanía nacional, pues intereses argentinos que lógica y obviamente interactúan con las comunidades extranjeras en territorio argentino se convertirían en fuerzas influyentes en la política paraguaya.

Lamentablemente, muchos partidos y grupos políticos nacionales, por razones de mero oportunismo político y cálculo electoral, están prestando espacio a la promoción de esta pretensión indebida, injusta y riesgosa que plantean estas asociaciones paraguayas en Argentina.

A ellos hay que recordarles que sobre sus mezquinas ambiciones, hay principios de justicia y soberanía que los habitantes de Paraguay esperan ver siempre vigentes.

COMENTARIOS DE LECTORES

Carlos dijo:

Sr. director: Su editorial no hace más que discriminar a la gran mayoría de paraguayos que residimos fuera de los limites de la frontera paraguaya y en particular a los que vivimos en la Rca. Argentina. Si no lo sabe se lo cuento, cada paraguayo aporta al fisco de variadas maneras. Con las remesas de divisas que enviamos a los familiares se pagan cuotas de terreno, se construye, se paga la luz, el agua el gas, impuestos inmobiliarios, patentes, colegios de sus hijos y sustento alimentario a las familias que queda en el país. Si esa es la vara con que mide a los ciudadanos, estamos en el horno. En gran medida contribuimos a sostener al estado paraguayo y tenemos todo el derecho de opinar, elegir y ser elegidos, pero hay más, en ningún articulo de la constitución nacional dice que los que hemos migrado hayamos perdido la nacionalidad. Creo firmemente que la modificación de la constitución en su articulo excluyente (la 120) debe ser modificado y aggiornado para que seamos una nación seria e incluyente. Tenemos de ejemplo a países sudamericanos que si permite el voto en el extranjero y no vi que estén siendo devoradas sus fronteras por esto.- Italia es el mejor ejemplo a seguir en cuanto al cambio del articulo de la constitución citado. La constitución debe ser modificada para que los mas del millón de paraguayos que estamos fuera de nuestras fronteras podamos elegir y ser elegidos. Y aberrante seria que no se modifique, pues como demostré, sostenemos en gran medida al estado paraguayo con nuestros aportes de las remesas y en definitiva seguimos siendo paraguayos, ya suficiente es sentirse ciudadanos de segunda en un país extranjero, déjennos ser por los menos ciudadanos de primera en nuestro país.-

Publicado el 30.08.10 11:09:00 AM

Juan de la Cruz dijo:

Existen razones que avalan este comentario editorial, pero en cuanto a lo que afirma que los paraguayos del exterior no contribuyen en el sostenimiento de la economía nacional está muy equivocado. Son nuestros compatriotas, que por diversos motivos dejaron su «valle», los que con sus esfuerzos contribuyen a sostener a sus familiares que quedan en ella. Sus padres o sus parientes menores, que ya no pueden contribuir con sus esfuerzos para sobrevivir, hoy pueden hacerlo gracias a los envíos de esos que transpiran día a día sus camisetas para lograr los medios económicos para que sus hijos menores vayan a la escuela o que sus padres o abuelos puedan acceder a servicios de la salud. Además, el paraguayo que vive y trabaja en el exterior es mejor cumplidor en el pago de sus impuestos que los que viven en ella (caso González Daher, que no paga ni el 1% de lo que corresponde). La cantidad de paraguayos que día a día sigue engrosando el número de migrantes no es culpa de ellos sino del Estado que es incapaz de crear fuentes de trabajo ni provee de orientaciones vocacionales para que los mismos permanezcan en sus lugares de origen. El análisis a realizar es mucho más profundo que el simple hecho de acceder al voto. Nuestros ilustres representantes nunca se acordaron de estudiar sesudamente el grave problema de la emigración, simplemente porque no les interesa o porque se sigue aplicando aquella política del monge gris del coloradismo como lo fue Edgar L. Insfrán, que decía que cuanto más jóvenes emigraran el resultado era mayor ingreso de divisas y menos problemas sociales. ¿Por qué? Por que los jóvenes de aquel entonces les creaba «ronchas» con sus rebeldías y además, ser joven era tener trabajo seguro en el exterior y la ayuda a los familiares estaba asegurada y el mismo significaba al Gobierno ingreso seguro y sin ningún compromiso social (salud-educación-trabajo). El problema no es dirigir desde el exterior sino buscar la forma de no convertir a nuestros jóvenes en parias que estén signados como futuros trotamundos por simple necesidad de sobrevivir…

Publicado el 30.08.10 09:50:00 AM