’NOSOTROS TAMBIÉN SOMOS PARAGUAYOS’’

Trigidio González Candia

¿Por qué no dejar que la alegría inunde nuestros corazones festejando los 200 años de vida de nuestro querido Paraguay? Parecen latigazos de flagelación la repetición sistemática de…’’ no tenemos nada que festejar en este Bicentenario… ’’

Que automáticamente solemos repetir o escuchamos en las reuniones de las instituciones paraguayas o en los programas de radio que cada vez son más en  la Argentina.

Si bien es cierto que hay suficientes motivos para expresar nuestro descontento, teniendo en cuenta que fuimos forzados por la falta de empleo a dejar nuestra patria, a nuestra  mujer, a nuestros hijos, padres, hermanos, amigos; para ir a otros países, cada vez  más lejanos,  en busca  del sustento para nuestros seres queridos;  con todo el dolor que eso implica, y sumado a ello el desmembramiento familiar, el desarraigo y la discriminación.

La discriminación más cruel, fue la que provino de los propios compatriotas que participaron de la Constituyente del año 1992, que decidieron nuestro destino en la Constitución Nacional, al despojarnos hasta de nuestro derecho ciudadano, de poder elegir y ser elegido en las elecciones  de nuestro país.

Histórico es el 2011, el año del Bicentenario con respecto al artículo 120, que fue modificado por unanimidad por la cámara de diputado y la cámara de senadores, que enmendaron la injusticia que se cometió con todos los paraguayos que nos  vimos forzados a dejar nuestro país, en busca de mejores condiciones de vida, para mantener a nuestras familias que se quedaron en nuestra patria.

Pero la odisea aún no terminó, porque para ponerle fin a la INJUSTICIA que los constituyentes cometieron en nombre del pueblo, ponen ahora en manos del mismo, el látigo del REFERÉNDUM, para castigarnos o premiarnos con un derecho que es legítimamente nuestro, y sin embargo nos encontramos mendigando JUSTICIA  a nuestros propios hermanos, para que voten por el sí o por el no; lavándose las manos los Pilatos y ubicándose a nuestro compatriotas en verdugos o bienhechores.

Porque nosotros también somos paraguayos les pedimos  a nuestros compatriotas que, en el referéndum, voten por ¡SI!

Muchos de nuestros parientes, que tienen a sus familiares más cercanos viviendo en el exilio, nos dicen que nosotros ya no somos paraguayos porque hemos abandonado el País; que ya somos ‘’curepí’’ y por lo tanto no tenemos derecho a decidir por los que viven adentro. Y al recibir esta respuesta es imposible no recordar ‘’La Voz del Coloradismo’’ que utilizaba la dictadura de Stroessner, para concienciar de que los que nos fuimos, éramos traidores a la patria. Pero  de allí a negarnos al disfrute de un acontecimiento que la mayoría viviremos una sola vez en la vida, me parece que es caer en un pesimismo, que no es propio de nuestra idiosincrasia guaraní.

 Siempre fuimos un pueblo azotado por el drama, por el infortunio, provocado por intereses foráneos o internos, como  el caso de las guerras, las revoluciones intestinas  y las dictaduras como la de Stroessner. Sin tener en cuenta  la mezquina transición democrática que se ha vuelto tan larga como la madre que la ha engendrado.

Sin embargo, jamás hemos perdido la capacidad de la risa, aun en las peores circunstancias la carcajada era nuestra terapia natural, que sanaba nuestras almas de todas las enfermedades y espantaba a los malos espíritus, en las rondas del mate amargo y el tereré.

No será esta la hora precisamente en que vayamos a bajar nuestros brazos y abandonemos  la lucha de tantos años por nuestras legítimas reivindicaciones. Muchos de nuestros dirigentes  hartos de tanta indiferencia por parte de los gobiernos, parlamentarios y autoridades partidarias que se sucedieron en estos años,  optaron  por alejarse de la militancia, algunos por razones de salud, otros por considerar inútil el esfuerzo realizado  ante la férrea negativa  de los que verdaderamente gobiernan nuestro país y unos pocos  porque ocuparon algún puesto estatal  olvidaron sus ideales en el camino.

Para hacer frente al pesimismo  volvamos a nuestras raíces, CONVOQUEMOS A LA ALEGRÍA! ¡A LA RISA!, ¡A LAS CARCAJADAS! y festejemos  con  patriotismo el BICENTENARIO DEL PARAGUAY en nuestro país y en cualquier parte del mundo donde residamos.

Convoquemos a FRANCIA, A LOS LÓPEZ Y A NUESTRO HEROICO PUEBLO DE HÉROES ANÓNIMOS, cuyo espíritu  se encarnarán en nosotros, para romper las cadenas que nos dividen y nos oprimen,  gritando todos juntos ¡UNIÓN E IGUALDAD! ¡UNIÓN E IGUALDAD! ¡UNIÓN E IGUALDAD!

 Si, ¡Sí!, ¡¡Sí!!