Siete años después, la situación de nuestro país en Itaipú sigue igual

Ramón Casco Carreras

 

 

Por Ramón Casco Carreras (*)

El 25 de julio de 2016, se cumplió el séptimo aniversario de la declaración conjunta de los entonces presidentes Fernando Lugo y Luis Inácio da Silva sobre los seis reclamos paraguayos hechos a su gobierno por la injusta distribución de los beneficios de Itaipú.

itaipú 25+-07-016Si cotejamos esos reclamos con las concesiones brasileñas, veremos que el lugar que ocupa Paraguay en esta relación no cambió, excepto la triplicación del factor multiplicador de la fórmula de cálculo de la “compensación” paraguaya.

El pliego de reivindicaciones paraguayas ante Brasil incluía los siguientes puntos:

1).- Soberanía energética o libre disponibilidad de la energía que por derecho corresponde en la central hidroeléctrica al Paraguay.

2).- El JUSTO PRECIO que debe recibir nuestro país por su excedente, “cedido” obligatoriamente al Brasil.

3).- Revisión de la deuda imputada a la entidad binacional. La posición de los técnicos, algunos de ellos integrantes incluso del equipo negociador de entonces, era que “deuda 0”.

4).- Cogestión binacional plena o administración paritaria de la entidad binacional, hegemonizada por los gobiernos brasileños de turno desde el momento mismo de su instalación.

5).- Fiscalización a cargo de los organismos de control de los dos países de todo lo actuado en la administración de la entidad binacional.

6).- Realización de las obras faltantes y finalización de las inconclusas, que incluso figuran en el Tratado de Itaipú y que fueron ignoradas, como las de navegación.

Un par de “concesiones graciosas” – La retórica oficial no titubeó en calificar lo que consiguió el Gobierno como “histórico”; en rigor, mediante una estricta comparación técnica rescataríamos solo un par de “concesiones graciosas” de nuestros socios paritarios en Itaipú.

1.- La triplicación del factor multiplicador de la fórmula de cálculo de la “compensación” que debe pagar Brasil a nuestro país por aprovecharse de su cuantioso excedente energético en la gran central binacional, de 5,1 a 15,3.

2.- La financiación del tendido de una línea de 500.000 voltios entre la subestación de la margen derecha de Itaipú y la estación que fue instalada en Villa Hayes, en el Bajo Chaco, ya en las inmediaciones de la zona metropolitana de Asunción.

No hubo justo precio, pese a que el principio fue consagrado en el numeral IV del Acta Final de Foz de Iguazú del 22 de junio de 1966 y mencionado, por cierto muy genéricamente, en el Considerando del Tratado de Itaipú del 26 de abril de 1973.

La línea de 500 kV, un “presente brasileño” en el contexto de las negociaciones, que en esa coyuntura contaba inclusive con el interés activo y presencial del pueblo paraguayo y la presión de ciertos hechos en el contexto regional, como el cambio de actitud de Bolivia en su rol de proveedor de gas a Brasil, tiene numerosas interpretaciones: calmar los ánimos, por ejemplo. Otra coima, como los ya famosos “gastos sociales” e incluso como otro desplazamiento de los estrategas de la política energética brasileña para medir la real capacidad de consumo de nuestro mercado.

Los cinco puntos restantes, siete años después, terminaron en la opaca galería de las grandes expresiones de deseos.

El meneado factor 15,3 – El punto 5 de la Declaración del 25 de julio de 2009 que los presidente firmaron en nuestro país, decía: “…en relación a los seis puntos planteados en la agenda paraguaya sobre Itaipú … Registraron con satisfacción el acuerdo alcanzado para someter a la aprobación congresual nuevos valores a ser recibidos por el Paraguay a título de cesión de energía sobre la base de un factor multiplicador de 15.3”.

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