Por Rafael Luis Franco

Estimado Juan Moreira, van mis reflexiones en torno a tus reflexiones sobre mis reflexiones del artículo “A qué fue Cartes a Surinam”.

Por empezar, al contrario de tu parecer, considero que nuestro país en los últimos 100 años no vivió tan aislado, también hubo en ese período otros embajadores del Paraguay aparte del polémico Chila; recorriendo el mundo estaban Erico, Paraná, Jacinto Herrera, Pérez Cardozo, el Machetero Cáceres, Los Tres Sudamericanos, Roa Bastos, Pecci, Alberto de Luque, el Nino Arrúa, Samuel Aguayo, José Asunción Flores y muchas otras figuras que representaron muy bien a nuestro país.

Un desmentido, Federico Franco no es pariente mío, ni lejano ni cercano; el hecho que nos apellidemos igual no por eso tiene que ser precisamente pariente; vos por ejemplo te llamás Juan Moreira y a mí ni se me ocurre pensar que seas descendiente del famoso gaucho argentino homónimo; aunque ahora que me fijo nunca te lo pregunté, se me pasó.

Que Lugo es senador gracias a Curuguaty, por más que suene mal es un hecho, si no se hubiera producido ese artero y bárbaro atentado seguramente habría terminado su mandato y él hoy no podría ser senador, hubiera quedado fuera de campaña al ser automáticamente senador vitalicio; así que podemos afirmar sin equivocaciones que Curuguaty lo benefició, por ende se benefició la izquierda en general; aunque personalmente creo que este beneficio es relativo, porque no me parece que alguien pueda ser beneficiado por este señor, sino pregúntenle a Hortensia Morán; pero si el partido cree que sí, ellos sabrán lo que hacen.

Que puede ser un poco exagerada la comparación de Lugo con Isidoro Cañones, lo admito; tal vez no esté bien equipararlo con dicho personaje de historieta, ya que éste siempre se mostró tal cual y nunca fue sacerdote; así que mis disculpas a Dante Quinterno; en todo caso don Lugo sería un personaje de otro Dante, el de la “Divina comedia”, gracias por hacerme notar mi error.

En la segunda parte veo que está más o menos clara mi opinión, y lo que me faltó con eso de las cojeras; en realidad no quise ser tan grosero, pero lo que quise decir entre comillas es que tantos cojos podían terminar cojiéndonos a todos; con Lugo no tenían problemas, ya que él cojeaba del mismo lado; es más, se hizo mundialmente famoso por su cojera.

Con respecto a Piñera (no Piñeyra), que tú calificas de momio, parece que al huevón le gusta ir a cualquier lugar, donde le inviten va al tiro, siempre lo pasa la raja, no tiene ni frío ni calor, y por lo que sabemos no anda encalillado con la Unasur aunque pololee con estos; tampoco tiene problemas con el Mercosur, con la UE, con los EU, ni los piensa tener, ya que Chile hace rato comercia directamente con cualquier país de la tierra sin necesidad de integrar algún bloque, que también los integra; los productos chilenos son muy apreciados en el mundo sea quien sea el huevón que gobierne esa región seguirá respetando el juego, la Constitución no se toca y cada cuatro años cada uno a su casita; nada que ver con las ideas de Evo, Correa, Chávez y Maduro.

También está eso del crecimiento, y por lo pronto lo que más creció es la deuda, que el heredero de Chávez, el visionario Maduro, está reclamando a nuestro país, algo así como 300 millones de dólares, con altísimos intereses; producto de la venta-negociado de su petróleo, altamente contaminante, que dicen envió al Paraguay.

De la venida de Cartes a la Argentina hay que hacer un punto y aparte; a ver, analízame y analízate: por empezar no imagino nada ni puedo imaginar porque cuando escribí la nota ni idea tenía de dicho viaje, ya que fue escrita varios días antes del mismo, y si lees de vuelta vas a ver que no hay nada al respecto, así que esta parte de tu análisis es pura imaginación; Juan, a ver si me cuentas qué no voy a escribir en la próxima. Y contestando lo que no dije, es correcta tu expresión, la Unión Europea prefiere comerciar con el bloque, así es, pero es con el Mercosur, no con la Unasur, que no creo que sepan los europeos que exista; esta es más bien un sello local referente para la comunidad neosocialista, liderada por dos viejitos hermanos cubanos, que ya deben estar en el libro Guiness, porque han superado a Stalin, a Mao, ni hablar de Stroessner y Pinochet.

Algo importantísimo y no sé si has tenido en cuenta, al principio de tus reflexiones haces notar que a Lugo lo votaron 800 mil paraguayos/as, y al final de la nota decís que en este último comicio son 300 mil, quiere decir que faltan o se rajaron 500 mil de las bolivarianas filas luguistas, que no es poco; lo que hay que preguntarse es el porqué de semejante merma, ¿por qué volvieron a ganar los colorados?; si acababan ayer nomás de ser derrotados y estaban en la llanura después de seis décadas, la gente no quería saber más nada con ellos, según tus palabras la Alianza derrumbó “a un aprobioso gobierno que esquilmó y corrompió hasta la médula a nuestra República del Paraguay” (sic); entonces, ¿qué pasó? Una posible respuesta: Lugo lo hizo, junto a otros compañeros de ruta como el popular Camilo; tampoco hay que quitarle méritos al liberalísimo Franco, que lo ayudó a subir, a bajar y hacer lo que más sabe: acomodar parientes y amigos; que de acuerdo con los últimos informes periodísticos en el período 2008-2013 entraron en la función pública cerca de 90 mil nuevos empleados, aportando unos 70 mil Lugo y el resto su copiloto. Como verás, lo esencial es invisible a la vista, a veces las más simples respuestas están frente a nuestras narices y no las podemos ver.

Por lo visto M. Almada cree lo mismo que yo, que para los del Unasur, Cartes es un posible Caballo de Troya, y como sabemos no hay peor regalo que un presente griego; por ser la historia popularmente conocida es evidente que están más que advertidos y ya lo miran con desconfianza, porque “el bloque de izquierda latinoamericana no es ingenuo en el juego del ajedrez político”; entonces, como expreso al cierre de mi nota: lo escucharán y al final le dirán “ejú lunes”.

 Posdata. Juan, todo va con buena onda, sin h; y por si no lo leíste te recomiendo otro artículo anterior, “El ajedrez carteano”