Razones por las cuales el idioma guaraní debería llamarse idioma paraguayo

Ing. Miguel Ángel Ávalos Fleitas (miguel_avalos@ande.gov.py)

Idioma guaraní: Origen

Podemos afirmar que el idioma guaraní o waraní, nombre que le debemos a los vikingos que residieron (1.000-1.300) en Paraguay y parte de Misiones, Argentina (según el Prof. Pistilli) es de origen indígena y proveniente de la etnia predominante en las zonas que hoy ocupan el Paraguay, la provincia de Misiones, el norte dela Argentina, el estado de Paraná, de São Paulo, de Santa Catarina en el Brasil y la zona de Santacruz en Bolivia.

En Paraguay

En el Paraguay utilizamos como idiomas el español (de origen europeo) y el guaraní (de origen americano). Sin embargo esta no es la única diferencia entre ambos idiomas sino también que el primero, a juzgar por su nombre, pertenece a la nación o país España y la segunda, a juzgar también por su nombre, pertenece ala GranNación(por las zonas extra-nacionales que abarca) Guaraní.

El estado paraguayo, a través de sus leyes, algunas décadas atrás, decidió jerarquizar el idioma guaraní proclamándolo idioma oficial al igual que lo había hecho mucho antes con el idioma español. Pero no por esto el idioma español pasó a ser paraguayo, obviamente, ni lo será jamás, como tampoco el idioma guaraní pasó a ser paraguayo, por la misma obvia razón pero con la diferencia que este último podrá serlo (paraguayo). ¿Qué hace falta?

Nacionalización

Este intento de jerarquización y reconocimiento del idioma guaraní por los paraguayos resultó exitosa, tanto a nivel nacional como internacional. Lo ha vuelto oficial pero, a mi modo de ver, Paraguay no ha conseguido nacionalizarlo tal como lo había hecho España con el idioma castellano (de la región de Castilla) al reconocerlo legalmente como español (no como castellano) o lo mismo, China con el idioma mandarín (no como mandarín), o Alemania con el teutón (no como teutón), o Irlanda con el celta (no como celta), o Dinamarca con el vikingo (no como vikingo), etc., y así, me animaría a decir, todos los países han ido nacionalizando sus idiomas originarios-primitivos otorgándoles el nombre de sus respectivos países, poniéndolos a su propio nombre y no a nombre de primitivos.

Como todos sabemos, Paraguay pertenece a esta categoría de países en el mundo que tienen idiomas propios y que tuvieron la oportunidad de jerarquizar-identificar a nivel internacional-mundial sus respectivos idiomas otorgándoles lo máximo que podían: El nombre de sus países. Si bien, esto último Paraguay todavía no lo ha hecho.  

IDIOMA PARAGUAYO

Resulta obvio, conforme lo vamos exponiendo en este artículo, que tenemos una propuesta cuyo fin es jerarquizar y nacionalizar el idioma guaraní otorgándole el nombre de nuestro país Paraguay, reconociéndolo legalmente e indudablemente como paraguayo.

Entonces el idioma guaraní pasaría a ser conocido, y también pasaría a serlo de hecho, como idioma paraguayo y adquirirá automáticamente la categoría del inglés, francés, italiano, alemán, irlandés, griego, ruso, japonés, coreano, chino, danés, portugués, finlandés, filipino, noruego, holandés, español, etc., en el aspecto resaltante y sumamente importante de llevar el nombre de su propio país.

Anécdotas y reflexiones

En Argentina, como por ejemplo es la situación de los paraguayos residentes en Buenos Aires, se desarrolla la anécdota que me relató hace poco mi tío Toto (64), treinta años residente, en ocasión de mi segunda visita a mis parientes y a Buenos Aires: “Cuando con Lito (60, Argentino) llegamos a una casa o departamento para hacer servicio de lavado de alfombras, generalmente no está la dueña y nos recibe la empleada que suele ser una paraguaya, es muy raro encontrar una peruana, una brasilera, una chilena o aún, una argentina, y me dice: “La empleada es una paraguaya, hablále en paraguayo” (de preferencia para halagarla y conseguir más rápido la aprobación del trabajo realizado, que es de primera, y no esperar a la dueña). Y yo le respondo: “No es paraguayo, es guaraní”. Entonces, él me responde: “Pero si es lo miiismo…”  “Varias veces ocurrió lo mismo y yo nunca lo pensé, nunca lo relacioné, ni se me ocurrió mirar y verlo desde ese aspecto…”

En este caso el propio extranjero sin proponérselo ya nos da la idea, de manera natural, neutral, sin malicias y lo hace porque le resulta lógico y mucho más práctico llamarlo paraguayo. ¿Acaso no es lo que todos los países que tienen un idioma propio han hecho?

En Brasil, país donde residí por cuatro temporadas por motivos de estudio, llama también la atención el hecho de que hablemos un segundo idioma e ininteligible para ellos. Uno el español, idioma europeo, sumamente civilizado, jerarquizado y dos el guaraní, idioma amerindio, incivilizado, no jerarquizado. ¿No jerarquizado?

En una oportunidad (1.989), estábamos saliendo a la tarde de un curso en São José Dos Campos, Estado de São Paulo, y mi compañero entonces Ing. Juan Almada (+) de Itaipú, delante de dos compañeros cariocas (de Río de Janeiro), me dijo en guaraní: “Hace un poco de frío hoy, tomemos un mate bien caliente después”. A lo que uno de ellos replicó, fingiendo molestia: “Faaala como gente, cara”. Entonces contesté, con ganas de jerarquizar (aunque sea apelando a la compasión, como después lo vi) a lo que le estaban negando jerarquía: “Mira, si hubiésemos hablado en alemán tampoco lo hubieses entendido pero probablemente hubieras dicho o pensado: Mas que lindo!”. El aludido se deshizo en disculpas y dijo: “Tem muita raaazão, cara!”…¿Es eso lo que piensan de nosotros por hablar un segundo idioma con nombre amerindio?

En Nueva York y Nueva Jersey, con la comunidad paraguaya residente allí (2.009), con varios años de ausencia están la añoranza y la nacionalidad fortalecidas en la distancia y en el tiempo recordando al Paraguay. Y en una tertulia con otros extranjeros en EE.UU., salvadoreños, guatemaltecos, peruanos y también paraguayos, me pregunta un mejicano delante de todos: “Cuántos idiomas hablas?” Le contesto: “4, español, paraguayo, portugués e inglés”. Me dijo: “Vaya, qué bien! Y además tienen un idioma propio!”… Mi hermana, que estaba cerca, al escuchar esto sonrió súbitamente complacida pero nunca me dijo nada al respecto. No hacía falta…

Si le hubiese dicho al mejicano: Hablo español, guaraní, portugués e inglés, me hubiese preguntado si guaraní no es un idioma indio y yo le hubiese explicado durante varios minutos otras preguntas de ese mismo tenor, aclarando que los demás paraguayos son como nosotros y, fundamentalmente, que para nada son indios, salvo algunas pequeñas comunidades que viven en reservas. Aunque no estoy seguro que con todas las argumentaciones los pueda persuadir totalmente, lo que para ellos, que no conocen el Paraguay, parece obvio con sólo oír el nombre del idioma. Tal como decir que me llamo “Toro Sentado” o “Ciervo veloz” pero insistir en que no soy indio ni por asomo.

Y me acuerdo del calificativo guarango, que etimológicamente significa guaraní-parlante. Hace varias décadas ya que no se usa en el Paraguay para increpar a los niños: No seas guarango! cuando se expresa en guaraní.

Felizmente vemos que ahora enla Argentina, donde se habla también este modismo, significa ya solamente grosero y se aplica democráticamente a todos, nacionales y extranjeros.

Un poco de racismo y un chascarrillo

En el Brasil en aquella época, yo afirmaba como muchos que en Paraguay no existía el racismo y que sería porque casi no tenemos negros. Pero para mi sorpresa una brasilera, especializada en la materia, me dijo: “Sí, hay racismo en Paraguay contra los indios porque vos, por ejemplo, contás “chistes” sobre los indios”. Desde aquella vez limité drásticamente los chistes sobre “cachiques” tanto al contar como al escuchar y le hago saber el motivo al que lo cuenta.

No obstante, con el permiso de Uds., paso a contar un chascarrillo. Un padre de un bebé varón asiste con la criatura al Registro Civil para registrar el nacimiento, nombre y apellido y demás datos del bebé. Le pide al funcionario anotar el nombre del bebé: “Tigroncio”. El funcionario se niega a hacerlo diciendo que ese “nombre” no existe y que mal se podría usar como nombre de una persona. A lo que el padre refuta: ¡Claro que existe! ¿Sino, entonces, cómo muchos se llaman Leoncio?…

Reflexionando al respecto y teniendo en mira el razonamiento internacional referente a nombres: ¿No será que, sin percatarnos, lo estamos llamando “Tigroncio” a nuestro idioma?

El idioma predominante

Como ya sabemos, en Paraguay el idioma nativo predominante y que pasó a la categoría de lengua nacional, por mérito propio del pueblo que lo usa y lo conserva, es el de guaraní, nombre ya tan familiar para nosotros que hasta ya casi nos olvidamos de su origen indígena (pero no podemos esperar del extranjero eso: No lo olvidará más bien lo tendrá muy presente cada vez que escuche el nombre del idioma).

Pero ¿que hubiese pasado si el idioma predominante hubiese resultado el guaikurú, o el maká, o el tavyterã, o el lengua, o el chamakoko, o el pytayovai, o el chulupí, o el guayakí, etc.? ¿Acaso diríamos: Hablo español, guaikurú, portugués e inglés y me llamo Tigroncio, no Leoncio?

Considerando este ejemplo imaginario, teórico por supuesto, pienso que no. Sino más bien, propondríamos de plano, en vez de usar algunos de estos nombres puros, llamarlo paraguayo para resolver este arduo problema, tal cual, ni más ni menos, lo resolvieron los demás países, también cultos, civilizados y con muchas ganas de progresar como el nuestro.

Finalmente, ¿qué pensarías, vos paraguayo, si alguien te cuenta acerca de él (o ella) diciendo: Soy boliviano (a). Hablo español, aymara (o quechua), portugués y francés? ¿No te parecerá que el segundo idioma mencionado es un idioma de indios? Bueno, si lo hubiese llamado boliviano…sería distinta la imagen que transmite… ¿No estaría pasando lo mismo con el nombre guaraní?

Aclaro, no que yo tenga nada contra el nombre guaraní, me gusta en el nombre de la moneda paraguaya y en el nombre del Club Guaraní, del cual soy casi fanático.

Aclararé más cosas cuando acometa el abordaje de este tema desde el punto de vista nacional, interno, desde el punto de vista del que (de la que) no ha vivido fuera del país (living aboard) y no le importa tanto o no siente (no tiene la sensibilidad, el feeling) o no entiende así el pellejo de los que han emigrado o viven en situación de inmigrante (ante los ojos y el escenario extranjero totalmente distinto y donde queremos, necesitamos, al menos, algún puntito a favor).

¿Donde se hablará el paraguayo?

No podemos dejar de mencionar, en un análisis como este, el hecho de que el idioma guaraní también se habla en regiones fuera de Paraguay, como lo es en el norte dela Argentina.

Y que pasarán a hablar paraguayo (o guaraní) y español (o castellano). Esto no es problema ya que en diferentes países en América, se hablan idiomas europeos (se adoptan como idioma oficial y que no llegan a ser propios) como el inglés, el español, el francés, el portugués, etc. y nadie cuestiona ni cuestionará jamás que la gente lo hable a pesar de llevar el nombre de un país extranjero, como lo hacemos todos los países en América.

Así también otros países (o parte de él) podrán hablar el paraguayo. Como, por ejemplo, en Paraguay hay regiones donde se habla el alemán y el español (en el Chaco) y, en Brasil, hay regiones donde se habla el portugués y el alemán (en el sur).

 ¿Qué es lo novedoso? 

Que Paraguay tiene ya su propio idioma y no uno prestado. ¿La prueba? Lo tiene registrado a su nombre…bueno, en realidad, actualmente no lo tiene todavía registrado a su nombre sino a nombre de su antiguo propietario:La Nación Guaraní.

Si no pregúntenle a un nativo guaraní y él (o ella) le responderá: El idioma guaraní es nuestro y no de los paraguayos. ¿Él o ella también es paraguayo/a? Yo suelo ver y escuchar por la televisión en Paraguay cuando los nativos hablan y dicen de sí mismos: “Nosotros queremos vivir bien también como los paraguayos”, o “los paraguayos invaden nuestro territorio, nuestros bosques”, o, simplemente: “Iyaapúu paraguayo”. ..

 Argumentación final: Es la primera vez que este tema ve la luz a través de un medio de prensa y me alegra que sea este un periódico paraguayo de edición en el extranjero, como lo es “Paraguay ñane retã” en Buenos Aires. Porque la persona que vive en el extranjero siente en carne propia el raciocinio internacional, como lo ve el mundo a él (o ella) y él (o ella) comienza a ver el mundo diferente, no diría mejor pero más crudamente (really), que el (o la) que no ha vivido fuera del país o, talvez, sólo haya salido un rato por turismo pero con la certeza de volver dentro de un mes o, aún, el (o ella) que no ha salido nunca del país.

Todas las consideraciones aquí arrimadas acerca de este tema, las anécdotas expuestas y aún los chistes al respecto, jocosos o no, se verán sustancialmente modificadas, las buenas y ostensiblemente opacadas, las malas y efectivamente pasarán al olvido. Sí y sólo sí, lo llamamos idioma paraguayo al idioma guaraní. ¿Por qué? Porque con esta denominación adquiere el nombre de nuestra nación, o sea, lo nacionalizamos.

Por último, va una reflexión: cuando alguien ocupa, usufructúa un terreno (un bien inmueble) por muchos años, en términos de la ley, uno puede pedir usucapión* y apoderarse legalmente del terreno pasándolo a su propio nombre. Entonces, pasa a ser el legítimo dueño y esto queda registrado en los registros del estado…Pero ¿qué pasa si uno pide usucapión por el bien usufructuado (bien inmueble o bien cultural, etc.) y se apodera legalmente de este bien pero lo pone a nombre del antiguo propietario y no a su propio nombre?… ¿Se da Ud. cuenta del problema?

Bueno, creo que es algo parecido a esto último lo que hemos hecho con el idioma guaraní en el pasado hasta el presente. Ojalá que decidamos revertirlo y pasarlo a nombre del legítimo ocupante-usufructuante, el pueblo paraguayo, y de esa manera identificarlo con el dueño del idioma: El Paraguay.

*Usucapión: Acto jurídico por el cuál reclamo (al cabo de un tiempo de ocupación, antes eran 30 años pero ahora son 20) y obtengo la propiedad del terreno (bien inmueble) que ocupo y de la cuál era propietaria otra persona física o jurídica (añemomba`é hesé).