Preguntas de historia a quien le quepa el sayo

Rafael Luis Franco (frarafael@gmail.com)

Hay un grupo que siempre está refutando o intenta refutar verdades históricas, de manera de continuar con una historia oficial a todas luces falsa; son los que sostienen la versión que más se acomoda a los intereses políticos del liberalismo masón que se ha impuesto en la región; en nuestro caso después de la guerra de la Triple Alianza y en la Confederación Argentina con la llegada al poder de Mitre y Sarmiento.

Es así que nuestras historias han sido monumentalmente falsificadas desde la independencia hasta nuestros días; y existe una extensa bibliografía tanto de revisionistas argentinos y paraguayos que lo demuestran, aparte de los protagonistas de su tiempo que con amplia documentación han dado por tierra con la falsedad del relato oficial que se nos ha impuesto en las aulas.

En el caso argentino lo más alevoso fue el pedido que le hicieron a don Adolfo Saldías, en el siglo XIX, para que escribiera sobre el “tirano” Juan Manuel de Rozas de manera de enterrarlo para siempre; y resultó que Saldías, un gran intelectual, realizó una extensa investigación sobre la vida del Restaurador, con una profusa documentación, y como el resultado no fue del agrado del mitrismo lo relegaron al olvido, autor y obra; por suerte años después se publicó y es conocida como “Historia de la Confederación Argentina”, por este trabajo don Adolfo Saldías es reconocido como el primer revisionista argentino. En su capítulo I dice (las mayúsculas son mías): “Voy a escribir la historia de la ‘Confederación Argentina’, movido por el deseo de trasmitir a quienes quieran recogerlas las investigaciones que he venido haciendo acerca de esa época que no ha sido estudiada todavía, y de la cual no tenemos más ideas que las ideas de represión y PROPAGANDA, QUE MANTENÍAN LOS PARTIDOS POLÍTICOS que en ella se diseñaron. (…) No sirve a la libertad manteniendo los odios del pasado. Lo esencial es estudiar el cuerpo social que, a impulsos de su sangre y de los defectos de su educación, incubó y exaltó a los que tales odios inspiraron. (…) Y, sin embargo el liberalismo corruptor de nuestros días llama, a ese hecho elocuentísimo, candores patrióticos que hicieron una época. (…) La mentira erigida en sistema y la virtud puesta en ridículo: he ahí la síntesis moral que ha resultado de ese divorcio del espíritu y de la ciencia de la Revolución de 1810, contra la cual clamó el genio humanitario de Echeverría. (…) creo hacer mejor servicio que el que han hecho hasta ahora los que han escrito libros para enseñar a odiar a la tiranía, …”.

Portada del libro de Adolfo Saldías /Imagen: amazon.com

Y expresa Saldías al final, en el epílogo de su obra: «…Tampoco he consumido mi salud y mi tiempo para escribir un libro de historia que agrade a los unitarios o a los federales; o a los que siguen la tradición de estos (…) He escrito lo que tengo por verdad a la luz de los documentos, y lo que pienso que es conveniente se sepa para ejemplo y experiencia…».

Destaqué en mayúsculas “propaganda que…”, ya que de esto se trata, los falsificadores de la historia no cuentan historia, no hacen un relato fiel de los hechos, ellos se limitan a continuar con una propaganda política que en su momento se utilizó para conseguir un fin político; y dicha propaganda, a sabiendas, la toman y enseñan como verdad histórica revelada, una propaganda que no resiste ningún análisis mínimamente serio, porque cuando se revisan los documentos la mentira cae por su propio peso.

Martin MacMahon

En nuestro caso, estos falsificadores se cuidan muy bien de mencionar en sus obras a un Atilio García Mellid, a Juan Bautista Alberdi, a Martin McMahon, a Gregorio Benites, a un Luis Alberto de Herrera, Juan E. O’Leary, Guido y Spano, esto en lo que hace a la Guerra Grande; y otro tanto pasa con la Guerra del Chaco, se cuidan muy bien de citar a un Isidro Ramírez, a un Marco Antonio Laconich, a Juan Stefanich, a Rafael Franco, a Arturo Rahi, a Ezequiel González Alsina, Atilano Carisimo, Juan Bautista Ayala y tantos otros autores; y si toman algo de estos generalmente es sacado de contexto, o para intentar refutar o desacreditarlos. En el caso de Martín McMahon suelen sacar a luz que este se quedó con baúles llenos de oro que los trabajadores ingleses enviaron a sus familias, algo a todas luces falso que el héroe norteamericano se encargó de desmentir en su momento, pero esto no lo cuentan.

Como ven, este grupo reduce su bibliografía a autores que siempre estuvieron en sintonía con el catecismo liberal-legionario; una especie de Talmud, una Biblia reducida en la que no figuran los libros molestos a su prédica.

Pero como sabemos que es una pérdida de tiempo pedirle peras al olmo, no las va a dar ni si lo injertan, desde un punto de vista lógico e histórico, avalado por los documentos, uno puede hacerles unas breves preguntas al olmo o a los olmos, es decir si algunos hechos de la historia fueron ciertos o no:

  • En cuanto a la Guerra Grande:

1) Si es cierto que López ofreció su mediación pacífica, en 1864, en el conflicto brasileño-uruguayo y tuvo el apoyo norteamericano, y que los brasileños rechazaron tajantemente.

2) Si es cierto que Mitre mintió con su neutralidad ante el conflicto brasileño-uruguayo brindándole claramente su apoyo logístico a los brasileños y a los opositores al gobierno uruguayo encabezados por Flores, y otro tanto hizo cuando comenzó el conflicto paraguayo-brasileño.

3) Si es cierto que Mitre ocultó la declaración de guerra con el único fin de engañar al pueblo argentino y así ganarse el apoyo popular ante un conflicto no deseado y una opinión pública hasta ese momento totalmente adversa.

4) Si es cierto que el Tratado Secreto entre argentinos y brasileños estuvo cocinado desde mucho antes de que estalle el conflicto, de manera que el Imperio brasileño se aseguraba así la ayuda del gobierno argentino para atacar el Paraguay.

  • En cuanto a la Guerra del Chaco:

5) Si es cierto que hubo un acuerdo secreto el 9-7-1938 por el cual nuestros representantes acordaron los límites con Bolivia, pero que estos querían que fuera presentado como propuesta de los países mediadores y que pidieron se quemara este documento; por tanto todo lo que vino después fue una parodia de acuerdo.

6) Si es cierto que el plebiscito, aparte de inconstitucional, no fue un engaño a la población al preguntársele solo si querían la paz o no, y encima cometieron fraude.

7) Si es cierto que los exiliados liberales solicitaron ayuda al gobierno boliviano para derrocar al gobierno de Franco, testimonio que figura en el libro del Ministerio de RR.EE. Argentino.

8) Si es cierto que José Félix Estigarribia aceptó una pensión vitalicia de 1.500 pesos oro en diciembre de 1935, que causó un profundo malestar entre oficiales, excombatientes y población en general.

9) Si es cierto que accedieron a firmar el Tratado por un acuerdo de equidad y no de derecho como históricamente planteó el Paraguay y convenía a sus intereses.

Y espero que las respuestas sean igual que el Plebiscito que armaron en 1938, por SÍ o por NO.

Atte.