Petróleo y Guerra del Chaco

Rafael Luis Franco (frarafael@gmail.com)

Muy interesante artículo escrito en marzo de 1934, dos meses antes de las declaraciones del recordado senador Huey Long en el Congreso norteamericano, que fueron en mayo de ese mismo año, en las que denunció a la Standard Oil y a su propietario Mr. Rockefeller de estar detrás de la Guerra del Chaco apoyando a Bolivia por sus intereses petroleros.

Lo que también es claro es que nuestro pueblo no fue a defender el Chaco por la cuestión petrolera, sino por una cuestión territorial; y que Bolivia se adentró en esta aventura de guerra, no solo por la ambición territorial, que era muy anterior al descubrimiento del petróleo, sino porque creía que nuestro país, desangrado por la Guerra Grande y constantes guerras civiles, empobrecido al extremo, manejado por una clase política más interesada en sus negocios que en la Patria, un país que no tenía siquiera crédito, así los bolivianos vieron una presa «fácil»; de paso estaba la cuestión petrolera, un factor más que fundamental, con lo cual lograban apoyo económico para armarse y el de la Liga de las Naciones, de las cuales no serían ajenos los agentes de la Standard para maniobrar a favor de Bolivia.

Así también se entiende, con esta poderosa cuestión, el acuerdo final que firmaron nuestros políticos en 1938, luego de la ida y venida del mariscal posmorten J.F.E., con la consiguiente renuncia de nuestra parte al negocio de la explotación petrolera y la pérdida de decenas de miles de km2.

Como dice Arnaldo Valdovinos, no peleábamos contra Bolivia, sino contra la Standard Oil; lo que le faltó agregar es que también peleábamos contra nuestra propia gente, tal como pasó en la guerra del 70 con la Legión Paraguaya.

 

  • Artículo publicado en “El Diario”, Asunción, del domingo 18 de marzo de 1934, p. 7. – Autor: Arnaldo Valdovinos.

«MÁS ALLÁ DE LA GUERRA” 

La causa de nuestro drama no hay que buscarla en las cédulas reales sino en la zona petrolífera del Chaco.

La guerra del Chaco no es un fenómeno aislado ni indiferente a la economía capitalista. En el fondo de este drama se agita una profunda cuestión económica. Lejos de ser una descabellada aventura romántica, nuestra guerra no es sino el trágico desenlace de una confabulación imperialista contra nuestro país. Constituye ella el extremo a que apelan los vampiros del dollar que asaltaron la América latina, en su audaz codicia de dinero. Detrás de todos los títeres que aparecen en el escenario internacional para hablarnos de una confraternidad dudosa, está un sindicato de filibusteros que conoce tanto el precio de la nafta, como el de los políticos inescrupulosos y el de la Sociedad de las Naciones.

No es una simple cuestión de límites, ni un afán de glorias guerreras, las que han llegado a precipitar la tragedia de sangre de dos pueblos. Los pueblos, en su incesante lucha de mejoramiento social, no tienen tiempo de odiarse. Llegan a una lucha armada sin comprender casi nunca la causa secreta de la misma.

EL AUTÉNTICO ESTADO MAYOR. La guerra del Chaco obedece fundamentalmente a una cuestión petrolífera. El Estado Mayor boliviano no lo forman los Lanzas ni los Peñarandas, sino LOS DIRECTORES DE LA STANDARD OIL COMPANY.

Hoy más que nunca se hace imperioso insistir sobre esta verdad cuidadosamente ocultada. Ella nos da la clave de nuestra actual tragedia al mismo tiempo que nos facilita una pauta de conducta para orientaciones futuras. Esta verdad debe ser agitada como bandera de lucha y pregonada como un inquietante eco de alarma. Ella debe constituir la levadura de una fuerte conciencia antiimperialista en nuestro país. Esa conciencia será nuestro apoyo en la defensa de nuestra integridad de pueblo soberano. Por su formación debemos trabajar todos los que inspirados en un elevado sentido de patriotismo soñamos y queremos una patria libre de amos extranjeros y de sus posibles capataces, tipo Salamanca.

SOBRE LA MARCHA.- Esta preocupación adquiere actualidad a medida que vamos acercándonos al desenlace de la guerra. La causa nacional no la ganaremos únicamente con la derrota del ejército boliviano. Es necesario fundamentalmente DERROTAR A LA STANDARD OIL COMPANY. Derrotarla en sus pretensiones o en su posible intento de infiltración en nuestro país. Para ello es necesario estar prevenido, colectivamente prevenido. En la previsión está la defensa. Y ésta se hará más conciente, a medida que ejercitemos la visión del pueblo en la percepción integral del panorama imperialista que accidenta y trastorna la vida de todo el Continente Sudamericano.

La consigna antiimperialista es la más alta expresión de patriotismo en esta hora dramática de nuestra historia. Sírvanos de ejemplo la esclavitud dolorosa de otros pueblos. El pueblo boliviano sería capaz de comprar con otra sangría su soberanía y su libertad perdidas. Sus gobernantes lo convirtieron en muñeco esclavo del imperialismo yanqui.

EL PETRÓLEO Y LA GUERRA.- Sin el petróleo, la guerra del Chaco no tiene otra explicación económica. Por el contrario, ubicando la zona de ese tesoro podemos desenredar toda la trama de esta tragedia. Ella nos da la explicación de la política internacional del gobierno boliviano en lo que respecta al pleito chaqueño, la razón de ser de sus pretensiones audaces y el porqué de todos sus desesperados esfuerzos en imponer la tesis que sostiene. No disminuyen sus pretensiones los reveces de su ejército. Este va abandonando todo el territorio conquistado sin ruidos durante años. No obstante, el gobierno de Bolivia permanece irreductible en su tesis fundamental. Exigió una salida sobre el río Paraguay, cuando su ejército estuvo en Boquerón. Y sigue sosteniendo esa misma pretensión, cuando el resto de sus tropas maltrechas y espantadas están por ensayar la defensa de Ballivián, hacia el fondo del Chaco.

Existe, pues, un violento contraste entre la actitud del gobierno boliviano y el resultado de la campaña de su ejército. ¿Es lógico imaginar que esto obedezca a un mero capricho de gobernantes, a un exceso de amor propio o de vanidad patriotera?

Honrado es pensar que otras son las razones de esa conducta aparentemente ilógica. Detrás de esa malla de absurdos y contrasentidos aparentes, existe una fuerza poderosísima que inspira todos los actos del gobierno boliviano. Y ella no es otra que la STANDARD OIL COMPANY. Es aquí a dónde debemos llegar para encontrar la explicación de este bárbaro drama que ha venido no solo a sacrificar millares de vidas, sino también a descuajar del corazón de un continente, la ilusión de fraternidad en que apoyaba su orgullo y su pujanza.

LA REVELACIÓN DE NUESTRO DRAMA.- Con la ubicación de la zona petrolífera del Chaco, podemos desarrollar la ecuación de la guerra. Presentimos de antemano cuál es la incógnita buscada. No obstante, yo estoy en condiciones de aportar unos datos para la aclaración de este problema. Me apoyo para ello, en algunos documentos que llegué a conocer en el curso de mis investigaciones, tendientes a desentrañar el contenido de nuestro drama chaqueño.

Transcribo, en seguida, tres de esos documentos cuyos originales, mejor guardados que los secretos de la Standard Oil, pueden ser exhibidos en su oportunidad como libelo o como pruebas.

Planteemos previamente dos preguntas fundamentales:

1a.) ¿Por qué Bolivia nunca reconoció la línea de Statu-quo (61.o y 50’) al 62.o de Greenwich?

2a.) ¿Por qué o para qué Bolivia quiere una salida sobre el río Paraguay?

Oigamos lo que nos dice el ingeniero GREEN, UNO DE LOS CATEADORES SECRETOS DEL CHACO:

“En la zona que se dilata entre el meridiano 60.o de Greenwich, y el 62.o 30’ y 40” debajo del paralelo 20.0 hasta el 23.o y 38’, LA STANDARD OIL COMPANY CATEÓ Y COMPROBÓ LA EXISTENCIA DE DIEZ Y NUEVE YACIMIENTOS PETROLÍFEROS. Diez de ellos están entre los paralelos 20.o y 21.o. Los otros entre el 21.o y 24.o al oeste del meridiano de Greenwich.

Este dato, podemos corroborarlo con el informe de otro ingeniero también cateador, quien dice lo siguiente:

“Hay nueve yacimientos al oeste del meridiano 60.o de Greenwich, dos arriba del paralelo 21.o y los siete restantes al Sud, hasta el paralelo 24.o. Entre esos siete no se cuenta uno que se cateó cerca de Muñoz, 60.o y 40’ o 45’.

Y finalmente, aunque sin especificación geográfica, podemos transcribir esto que en 1927, dijo en una carta privada el Dr. León Suárez, conocido internacionalista argentino A UN INTELECTUAL NUESTRO QUE DOMINA EN ABSOLUTO LA CUESTIÓN DE LÍMITES Y QUE ESTÁ EN POSESIÓN DE OTROS DOCUMENTOS DE EFICACIA SINGULAR:

“Me CONSTA que hay más de veinte yacimientos petrolíferos en la zona occidental del Chaco Boreal, explotables, que necesitan de oleoductos por donde derramarse en el río Paraguay. Los que están a la altura geográfica de Bahía Negra (20.o) podrían salir arriba de Fuerte Olimpo. De no facilitar esa salida el Paraguay, vendrá la guerra con Bolivia, es decir con la STANDARD OIL COMPANY”.

EN PLENA ZONA. – El tesoro petrolífero del Chaco, de acuerdo a los datos consignados, se extiende, por lo menos, dentro de una zona de 1.400 leguas de tierras (mil cuatrocientos). Esa zona se encuentra casi íntegramente, a este lado del meridiano 62o. 30’ de Greenwich. ESTA ES LA RAZÓN FUNDAMENTAL POR LA CUAL BOLIVIA NO HA RESPETADO JAMÁS LA LÍNEA DE STATU-QUO. Detrás de sus escrúpulos leguleyos está la Standard Oil Company!

¡El Ejército paraguayo hace rato que va marchando sobre los codiciados yacimientos! Un poco más al oeste de Ballivián, ya está el límite de esa fabulosa riqueza.

¿No se halla contestada igualmente la otra pregunta referente a la necesidad invocada por Bolivia, de tener un puerto sobre el río Paraguay? Apartando del suelo disputándonos por Bolivia, el incalculable tesoro petrolífero que guarda en su entraña ¿cuáles son los productos que desea exportar por este lado? Nada dice concretamente acerca de esto. Y es que no puede decirlo, porque si lo dijera revelaría toda la trama de la guerra del Chaco. En este asunto no podría engañar a nadie. Porque sabemos qué produce Bolivia y qué consume América.

Podríamos decir, que hasta la ley de la gravedad se ha encargado de revelar el secreto de las pretensiones bolivianas. En efecto: ¿Por qué quiere Bolivia un puerto debajo de Bahía Negra (paralelo 20o.) y no se conforma con tenerlo arriba de ese lugar, como lo tiene en Puerto Suárez? Para contestar esto, recurrimos nuevamente a la zona petrolífera que comienza como ya dijimos, debajo del paralelo 20o. Y vemos que Puer [está mal impresa una línea, repetida, pero se entiende que quiere decir: “Puerto Suárez está más arriba”] del soñado oleoducto. PORQUE LA PENDIENTE NATURAL DEL CHACO ES DE NORTE A SUD Y NO DE SUD A NORTE.

Si el río Paraguay hubiera corrido en sentido contrario, Bolivia, es decir, LA STANDARD OIL COMPANY, no hubiera necesitado ni un metro de nuestra costa fluvial!.

OJO CON EL IMPERIALISMO- Alguna vez comenzará a escribirse la historia de esta guerra. Para entonces, cobrará todo el valor que acaso ahora se le niegue, los datos que se refieren a la ubicación de la zona petrolífera del Chaco, que, en apretada síntesis, hoy los ofrezco en grados y minutos. Entonces se verá, que no hubo más cuestión que la del petróleo, ni enemigo más peligroso para el Paraguay que la STANDARD OIL COMPANY.

Mientras tanto el pueblo paraguayo necesita escuchar la palabra oficial sobre este aspecto de su problema. Esa palabra debe ser dicha antes de que por algún lado se nos venga con la proposición de conceder a Bolivia un puerto franco sobre nuestro río, el río de nuestro destino. Solo así podrá resolver a conciencia el rumbo de su destino.

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De cualquier manera, puedo asegurar que esa palabra, oficial o no oficial, [y aquí el texto se continúa en la página 8 del periódico, pero lamentablemente no dispongo de la misma].