Paraguay no debe nada a la Argentina por Yacyretá

Por: Ing. Ramón Montanía Fernández (*)

La prensa argentina, incluso a pesar de las reiteradas aclaraciones de voceros autorizados de las oficinas argentinas de Yacyretá y de su propio Ministerio de Planificación, insisten en publicar que la República del Paraguay debe a la Argentina por este emprendimiento energético una suma exorbitante, que incluso araña los US$ 20 mil millones.

Creemos que la tozudez de periodistas argentinos tiene una explicación política antes que técnica: seguir sometiendo, no solo a la entidad binacional, sino a nuestro país a una pretendida hegemonía regional rioplatense que zozobró en los últimos 50 años del siglo pasado. No obstante, desde la perspectiva del Tratado de Yacyretá, sabemos que el pasivo que estos señores imputan a la República del Paraguay, en primer lugar, es de la entidad binacional, tal como se describe en un artículo del Tratado de Yacyretá, que señala que “…Las Altas Partes Contratantes constituyen, en igualdad de derechos y obligaciones, una entidad binacional denominada Yacyretá con capacidad jurídica, financiera y administrativa, y también de responsabilidad para estudiar, proyectar, dirigir y ejecutar las obras que tiene por objeto, ponerlas en funcionamiento y explotarlas como una unidad desde el punto de vista técnico económico”. Si hay buena intención, no deberían confundir los aportes argentinos de capital a la entidad binacional para el cumplimiento de su propósito.

Punto conflictivo. Juan Carlos López Moreira, jefe del Gabinete Civil de la Presidencia de la República de nuestro país, uno de los líderes del grupo negociador paraguayo, en declaraciones a la prensa nacional admitía que la negociación de la deuda un punto “conflictivo”, el que deberán  “negociar mucho”.  En lo concerniente a la deuda, López Moreira reiteraba que la postura paraguaya es “reconocer los montos aportados por el Tesoro argentino para la construcción de la EBY”, aportes que sumarían US$ 6.000 millones,  no así los intereses que figuran en las cuentas de la binacional.

Aportes sin generar intereses. La denominación “aportes”, no es arbitrario, se basa también en el Tratado que señala que “… Los recursos que sean también necesarios para los estudios, construcción y operación de la central eléctrica y de las obras e instalaciones auxiliares, así como de las que se realicen para el mejoramiento de las condiciones de navegabilidad del río Paraná, serán aportados por las Altas Partes Contratantes u obtenidos por Yacyretá mediante operaciones de crédito”. También hay acuerdo que los aportes no generan intereses y mucho menos capitalización de intereses o indexaciones arbitrarias, esa es la razón por la cual López Moreira mencionaba un monto de US$ 6.000 millones y no los US$ 18.000 que arrojaban, como un guante de desafío a nuestros rostros, ciertos funcionarios del gobierno argentino, con interminables ecos en la prensa argentina.

Exhaustiva auditoría. El reclamo argentino de la deuda de Yacyretá, empero, no se agota en los puntos señalados. En efecto, cualquier conclusión exige una auditoría exhaustiva, meticulosa, exigente -o varias-, no solo de los libros contables de la entidad binacional, sesgados hacia intereses argentinos sencillamente porque sus gobiernos de turno hegemonizaron la administración de la EBY, sino un cotejo estricto entre registros y documentos respaldatorios. También debe recalcularse, de acuerdo con el Tratado de Yacyretá y no de instrumentos diplomáticos unilaterales (Nota Reversal de 1992) la cantidad facturada por la entidad binacional a  ambos países en concepto de prestación del servicio eléctrico con la intención de averiguar cuánto pagaron realmente y cuánto dejaron de pagar. Muchos técnicos sostienen que la deuda no es de la EBY con Argentina, sino al revés, de Argentina  -de sus empresas autorizadas- con la EBY.

Revisión del Anexo C. Por último, ateniéndonos una vez más a la letra y al espíritu del Tratado, supongamos que los cálculos de la comisión negociadora concluyen que la deuda de la EBY -el aporte argentino de capital al proyecto es de US$ 6.000 millones. El Art. IX, Revisión del Anexo C, establece que a la hora de la revisión de las cláusulas de este relevante documento, vencido el 27 de marzo de este año, además del “grado de amortización de las deudas contraídas por Yacyretá … debe considerarse la relación entre las potencias contratadas por las entidades de ambos países”. Traduciendo, cuánto contrató argentina en los casi 20 años de producción de Yacyretá y cuánto nuestro país. Los números de la propia entidad confirman que el consumo argentino rondó el 95% y el paraguayo no sobrepasó el 5% de esa producción, luego respetando las premisas de este artículo del Anexo C, la conclusión se precipita su propio peso: Argentina debe atender el 95% de la deuda de la EBY el nuestro solo el 5%.

Nuevo tratado para Corpus. Las nuevas obras que pretenden los argentinos, incluso Corpus, son harina de otro costal o, mejor, temas de otro tratado y, adelantamos, un tratado radicalmente diferente al actual y mucho más parecido o similar al uruguayo/argentino de Salto Grande.

(*) Director de la revista especializada “Mundo de la Electricidad”.