No solo en Itaipú tiene reclamos el Paraguay, también en Yacyretá
Por Lic. Ramón Casco Carreras (*)
“De mirar pa´ arriba, se me endureció el pescuezo, De ahí?… de ahí aprendí a mirar pa´ abajo …” . El verso del poema-canción Herencia pa’ un hijo gaucho, del artista argentino José Larralde” tiene un propósito definido: recordar que las “bellas artes” son más completas cuando también ofrecen contenido y que esas infrecuentes conjunciones, de forma y contenido, permiten a diletantes, sayo que sin titubeos me pongo, aprender y retransmitir sus enseñanzas.
Claro. Además, gracias a la fecunda paráfrasis, se nos permite reutilizarlas en nuestras materias específicas, por cierto mucho más prosaicas. Por ejemplo, de tanto mirar pa’ Itaipú (ya que está muy arriba, por los inalcanzables montos que invierte, gasta y hasta derrocha) e incluso solo algunos temas de Itaipú (la línea de 500 kV, como si fuese el único reclamo, se nos endureció la cervical y perdimos de vista otras cuestiones de gran relevancia para el país, como nuestros problemas en Yacyretá, solo por mencionar los asuntos comprendidos por esa parcializada perspectiva.
Afortunadamente, de pronto recuperamos la audición y escuchamos los aldabonazos de la realidad ignorada en nuestras conciencias, como los pedidos de auxilio de los compatriotas que aún se animan o pueden gritar su desesperación desde esas importantes porciones de nuestro territorio, sacrificados casi irreflexivamente en el altar del dios del progreso, para colmo de males del excluyente progreso de nuestros socios paritarios en ese proyecto de aprovechamiento de los recursos naturales, paraguayos en un 80%.
O que el “monumento a la corrupción”, denunciado incluso por el presidente de una de las Altas Partes Contratantes del Tratado hace más de dos décadas, cuyos escultores siguen y seguirán sin castigo alguno, crezca todavía sin dique alguno, incluso en momentos políticos en que se proclama que la ansiada transparencia administrativa vino para quedarse.
El aldabonazo más fuerte, sin dudas, fue la reciente publicación del sobrecosto de las obras de regulación del Aguapey, un riachuelo transformado casi en mar interno por el embalse de Yacyretá, en territorio paraguayo, cuyas facturas provocarían la envidia de los que en el pasado esculpieron la grotesca silueta del monumento a la corrupción y, alertado a finales del año pasado por el entonces miembro paraguayo del Consejo de Administración de la Entidad Binacional Yacyretá, Ing. Ramón Montanía, a quien pocos días después le pidieron su renuncia, un camino – de denuncias y despidos -iniciado por otros funcionarios como Pali Kurz o el Ing. Víctor Ríos, en una enumeración dictada por la prisa la memoria que se vuelve cada vez más restringida por la edad que avanza.
La concentración casi exclusiva y excluyente sobre Itaipú nos hizo olvidar también – o relegar si se quiere – reclamos nacionales, tan importantes como los de Itaipú – ante nuestros socios argentinos en Yacyretá, quienes hasta detentan la dirección ejecutiva de la EBY desde finales de la década de los ’80 ante una in entendible complacencia y complicidad paraguaya.
En efecto, en Yacyretá también exigimos recuperación de nuestra soberanía energética y justo precio. Reivindicamos la revisión de una gran deuda espuria que el Tesoro argentino imputa, incluso sin respaldo documentario, tal como lo demostró la Contraloría General de la República en el 2008 a la entidad binacional.
En Yacyretá pende sobre nuestro país la amenaza del reflote de un injusto acuerdo sobre esa deuda y otros asuntos que conciernen al futuro de la binacional.
En Yacyretá resuenan, por cierto con sordina, los ecos de ciertas denuncias de abusos técnicos, como el caso de la cavitación de las turbinas, etc., pero los ignoramos, porque se nos endureció el pescuezo por tanto mirar solo hacia Itaipú.
Entonces, es necesario, imprescindible, gritar, también, nosotros, que la hora de flexibilizar nuestras cervicales, nuestra musculatura ocular y, sobre todo, de nuestra inteligencia patriótica ha sonado, incluso con estridencia y que depende de nosotros escucharla.
(*) Analista de Mundo de la Electricidad
Esta es la nueva canción ,en ritmo de bolero,que todo el pueblo paraguayo tiene que cantar y escuchar:
siempre que te pregunto, si algunos guaranies me escondes, y tu , tu me respondes QUIZAS…QUIZAS…QUIZAS…
Estan perdiendo el tiempo peeensaando y peeensaaado
Por lo que tu mas quieras ¡hasta cuaaando hasta cuaaaando !!!!
Y asi pasan los dias Juana Pueblo y sus hijos suspirando
y tú tu contestaaando QUIZAS…QUIZAS…QUIZAAAS
Diganlo cantando los mitá es mejor asi que#*#~`=%,sapos y culebras, además nosotros los paraguayos somos pacificos , romanticos y con estilo. No protestamos con palos ni piedras
no…(eso lo dejamos para la última hora). ja..ja..ja..
Juana Pueblo y sus hijos
Y…aqui (Juana pueblo) otravez vuelve a repetir preguntando:
¿ Cuantos guaranies ya ha sido consignado por Brasil al erario nacional paraguayo? o esto no fue mas que el congreso de los ratones? Quien le puso el cascabel al gato?