Los huérfanos de esta sociedad globalizada

Beatriz Acuña

Por Beatriz Acuña – newbeauty17@hotmail.com (*)

 

En todo el mundo hoy vivimos en una sociedad de hijos huérfanos con padres vivos. Son padres que viven su función como una carga y sienten que los hijos… los apartan de sus intereses y urgencias personales.

Entonces, se desentienden de los hijos, descargan la responsabilidad de la crianza en otros: escuela, clubes, boliches, televisión, internet y todo tipo de adultos (entre ellos los narcotraficantes) que usan a los chicos. Estos padres revelan así su propia inmadurez, su negativa a crecer, a ser adultos más allá de la edad y de la imagen o el rol social.

Ser padres es ser responsables, hacerse cargo de las consecuencias de las propias acciones, vivir con valores y traducir esos valores en acciones, tener proyectos trascendentes más allá de lo económico y material. Los hijos de esta sociedad están funcionalmente huérfanos.

Quienes deben asumir las funciones paterna y materna en su gran mayoría no lo hacen. Los resultados son trágicos y están a la vista. Los jóvenes, a la deriva, son presa de la droga, de la violencia (como víctimas y ejecutores), de la ignorancia, del vacío existencial, se matan en las rutas, en los boliches, muestran una pobre capacidad de lectura, de comprender lo que leen, de expresar ideas, de formular proyectos.

huérfanos infomáticos bisLa orfandad de la que hablo no es gratuita. Y esta tendencia, también se verifica en nuestro país y en todo el interior. Relacionándonos con docentes, terapeutas, sacerdotes, personas preocupadas por lo social y escuchando sus testimonios se puede ver lo mal que estamos moralmente. Esta es una de las consecuencias no deseables de la globalización.

Recordemos que la sociedad es lo que son los individuos y estos lo que son sus familias.

Las nuevas generaciones reclaman con justicia a los adultos: “no queremos procreadores de hijos, queremos padres”. Nuestros hijos nos demandan que les dediquemos tiempo. Esto es fundamental porque, al no hacerlo, estamos delegando la formación de los seres que más queremos. Dejamos que los medios de comunicación, los amigos o bien el personal de servicio, les transmitan el cómo enfrentar la vida, siendo que no siempre, y menos aún en este momento, pueden diferenciar lo bueno de lo malo.

huerfanos informáticosEl renunciar a darles tiempo lo pagaremos muy caro, porque nuestros hijos serán lo que estos tres agentes hagan de ellos. El deber prioritario de los padres es educar a sus hijos. Educar es transmitir valores y transmitirlos con hechos, con actitudes, con un modelo de vida. No un modelo para “mostrar” a los chicos sino para adoptar como propio, un modelo en el que uno cree y respeta no solo ante otros sino aún en la intimidad más absoluta.

(*) lanacion.com.py