Rafael Luis Franco (frarafa@gmail.com)
He visto un documental de la TV alemana (título: “Cosacos, lucha e Iglesia”, DW documental), en el que se muestra la Rusia actual de Putin. Y es muy evidente la manipulación que este importantísimo medio hace, dirigiendo la información en un sentido, como lo hacen casi todos los importantes medios, dejando en evidencia su tendencia liberal de izquierda, o socialdemócrata, para nada imparcial.
A lo largo del video se hace hincapié, sobre todo, en los temas de aborto y homosexualidad, que en Occidente buscan se imponga su implementación como una “conquista democrática”; una falsa premisa de libertad individual; y si un gobierno se niega a su aprobación, como el de Rusia, o está contra estas cuestiones, la idea es mentalizar al público que entonces se estaría frente a un régimen cuasi dictatorial, opuesto a la libertad individual, antiprogresista.
Luego el documental, en un tramo, hace referencia al pasado zarista y ve en el actual gobierno ruso una especie de retorno a ese pasado, al volver este a recuperar las tradiciones perdidas o prohibidas por el comunismo, sobre todo las religiosas; es así que el informe subliminalmente lo muestra a Putin como una especie de “nuevo zar”. Parecería que los que prepararon esta historia extrañan el viejo comunismo; algo contradictorio, máxime cuando lo plantea gente que viene de un país que sufrió en carne propia por mucho tiempo esa ideología, una profunda división con el Muro.
El progreso para esos países, de no mediar el comunismo, habría sido un contrabalanceo a las potencias hegemónicas que luego de dos guerras mundiales se adueñaron del comercio planetario. Entonces, queda claro que a los que directamente más ha beneficiado la ideología comunista ha sido a las grandes potencias, eliminándoles la competencia.
Dicen que el capital no tiene patria, y es así, porque el verdadero capitalismo salvaje se mueve constantemente, no fija eternas raíces en una nación, de vez en cuando salta; y es tan poderoso que de repente puede crear recesiones a nivel global; pero sobre todo controla los grandes medios, mass media, que dirigen subliminalmente a la opinión pública, del país que sea; esta es la verdadera cara del comunismo internacional.
Por otra parte, el comunismo no desapareció con la desintegración de la URSS o la caída del Muro, tal vez solo fue herido o decidió cambiar la táctica; porque contra toda lógica y razón, después de conocerse los horrores que cometieron en donde echaron sus garras e hincaron sus dientes (ver el bien documentado “Libro negro del comunismo”, editado por Planeta, donde se calcula que hubo unos cien millones de muertos a lo largo del siglo XX por hambre y persecuciones políticas) resulta que hoy está más vivo y poderoso que nunca. Infinidad de personas famosas, superestrellas, en los que hay economistas, premios Nobel, escritores, periodistas de renombre, profesores de las principales Universidades, actores, etc., están a su servicio, consciente e inconscientemente; a la vez que en ninguna parte faltan partidos con líderes populistas que si no han tomado ya el poder están a punto de hacerlo; y en donde el éxito del libre mercado se impone contrariando sus planes la orden es desestabilizarlo con el terrorismo o la violencia callejera, como en Chile o Ecuador; o ataques yihadistas al voleo de manera de sembrar el terror; incluso en USA, cuando el actual gobierno ha logrado bajar a niveles históricos la desocupación y recuperar la economía aparece esta pandemia que tira al tacho todo el logro; mediante el terrorismo se va paulatinamente cercenando a la ciudadanía su libertad y arruinando su economía. Nada fue igual en los viajes aéreos desde el 9/11 ni siquiera viajar en los trenes después del 11/M, y nada va a ser igual después de esta mundial cuarentena.
La civilización atacada desde dos frentes, el liberalsocialista y el comunista
Las tradiciones son parte de las civilizaciones, terminar con ellas es quitarles sus raíces, su historia; y si se les quita las raíces, como a cualquier árbol, se termina por derribarla. Una tala cultural realizada desde estos dos frentes, el comunista y el liberalsocial, que actúan casi como una tenaza de la cual nadie puede escapar.
El comunismo o marxismo predica que la religión es el opio de los pueblos, basados en esta premisa es que han asolado y destruido templos, asesinado a monjas y sacerdotes y prohibido el culto, sea el que sea. Desde el poder imponen un único culto: el culto al líder de turno. Supuestamente se combate el capitalismo y el consumismo; bajo este régimen los únicos privilegiados son la clase política y los que ellos determinen; las modas de Occidente, películas y libros están prohibidos; lo que conlleva a un aislamiento, atraso y pobreza generalizados.
Pero bajo el liberalismo hay similitudes en cuanto a la destrucción de las tradiciones. Si bien en democracia se habla de tolerancia, de libertad de culto, y respeto individual; en la práctica no es tan así. El liberalismo impulsa el consumismo, que es la base de su desarrollo, y concentra la riqueza cada vez más en menos grupos, eliminando la competencia a gran escala. El liberalismo para poder imponerse también tuvo que destruir las viejas tradiciones, y esto lo hace muy sutilmente imponiendo modas y socavando las costumbres y creencias.
En inglés moda se dice fashion, fascinación, es así, la moda es algo que fascina y hace que la gente deje de lado viejas tradiciones, tanto en la vestimenta como en las costumbres familiares; y sabemos que las modas duran cierto tiempo, cada vez menos, de ahí que necesite una renovación constante; esto hace a un consumo desnaturalizado, consumo de cosas que no se necesitan, casi como espejitos de colores, pero sobre todo se ha logrado una exacerbación del consumo obligando a la gente a comprar, ya sea por la obsolescencia programada de permanentes nuevos modelos en tecnología, por el constante cambio de modelos o la falla de los mismos que no tienen posibilidad de repararse.
No es posible imaginar esta civilización, con su grado de conocimiento y evolución, sin la providencial aparición de la Iglesia en la Historia. El escritor de origen francés Hilaire Belloc lo expresa muy bien en su obra “Europa y la Fe”, el desarrollo, consolidación y expansión de ese continente es producto de la Fe.
Por eso hoy, ante el peligro de la aparición de un nuevo orden ateo, que por lo visto tiene su base en la China comunista, como pasó antes con la Rusia soviética, la Europa dominada por Napoleón o el nazismo, que buscaron extender su dominio al orbe y hoy gracias a la tecnología esa situación pueda llegar a dárseles, es más que imprescindible tomar conciencia de la trascendencia humana, de cuáles son los verdaderos valores a seguir, y que la Iglesia es el último baluarte o bastión donde refugiarse para salvar y recuperar esta civilización. Y con esto no me refiero a tener un futuro gobierno teocrático, para nada; es solo tomar conciencia de la historia que nos toca vivir y el camino a retomar.
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Después de la tormenta, disculpe mi tardanza en responder, es que recién veo su comentario. Primero gracias por comentar. Luego no comparto su visión en cuanto a la Iglesia y su historia, hay una leyenda negra plagada de falsedades, de todo tipo. Hay mucho material al respecto, que en forma documentada da por tierra con todo, incluyendo la Inquisición.
Para ejemplo de convivencia entre humanos y naturaleza en el actual territorio paraguayo tiene varias parcialidades indígenas que supieron hacerlo. Le comento este detalle porque no creo que Europa o la civilización occidental y cristiana sean buenas referencias en cuanto a igualdad de oportunidades entre los individuos y manejo sostenible de recursos. Además existen otras fuerzas fuera de la economía y el mercado, y lo acoto para desmarcarme de un análisis marxista del mundo. La Iglesia ha sido responsable en diversos períodos de asesinatos y torturas, así como de haber asignado un rol de servicio a las mujeres, entre otras cosas que son difíciles de levantar en su defensa. No resulta sencillo determinar si fueron peores los nazis, los stalinistas, la santa inquisición o los ejércitos que en nombre de la libertad lanzaron bombas como la de Hiroshima sobre población civil, pero sea como sea me siento muy a gusto lejos de cualquiera de ellos.
Saludos!