La farmacia criolla
Por Caio Scavone
Las plantas que curan tienen la misma edad de las enfermedades y eso equivale a que son tan antiguas, ya que los males habrán aparecido desde que hay vida humana en este mundo terráqueo. Se sabe que los primeros habitantes ya usaban la potencia que les otorgaba el uso de las plantas que consideraban como curativas
Los indígenas del Paraguay no quedaron atrás y es probablemente, junto al idioma, el mejor patrimonio que heredamos de la raza guaraní.
Varios científicos de fama mundial trabajaron en el Paraguay en pos de las virtudes que tiene la flora medicinal como el sabio Moisés Bertoni, Teodoro Rojas, Emilio Hassler, Aimé Bompland. Benjamín Balansa, Dionisio González Torres y otros que incursionaron magistralmente en el poderío que tienen las plantas medicinales para curar y prevenir un montón de enfermedades. En el país existen más de 700 plantas curativas.
Un mal que apura a la población por el sedentarismo, los vicios y la mala alimentación es la hipertensión arterial. Debe usarse el ñangapiry, ka’a he’ê, siempre vive, hojas de naranjo agrio, tilo, palo azul, cola de caballo, calabacita, palo santo, menta, kapi uná, insulina, nuatî pytã, cepa caballo y la kangorosa.
La diabetes apura a la gente por ser adquirida y hereditaria. El viñal chaqueño, ka’a he’ê, jaguarete ka’a, kokû, jaguarete po, Francisco Álvarez, pyno guasu y el pyno’i, yva hái, cola de caballo, zarzaparrilla, chilca melosa, calabacita, burro ka’a, ajenjo y el ñandypa reducen el nivel de azúcar en la sangre.
La gente se pone nerviosa y, ante la mala gestión de las autoridades, el cierre de rutas, el salario tan alto de algunos pocos y el tan bajo de la mayoría, los estúpidos subsidios y por el tan pobre nivel de nuestro fútbol y arbitraje, les sugiero una buena infusión de tilo, cedrón Paraguay y kapi’i cedrón, mburukuja, siempre vive, doradilla, menta, romero, naranjo agrio, kapi’i katî, orégano, amba’y, sauco, cardosanto, typycha kuratû, aromita, calaguala y el pindo.
El colesterol maligno también está consolidado en el cuerpo humano paraguayo y hay que desprenderse con un infusión de ñandypa, semilla de lino, viñal y siete sangría. Son buenos diuréticos y ante los males de las vías urinarias debe usarse el para para’i, cola de caballo, ysypo milhombre, kangorosa, batatilla, malva, mbokaja, palo santo, pata de buey y el aguacate. Con el sen, siete sangría y la rosa mosqueta se baja de peso.
Los excelentes digestivos son el jatei ka’a, cedrón Paraguay, kangorosa, boldo, jaguarete ka’a, manzanilla, doctorcito, aromita, eneldo y el anís. Para prevenir y atenuar las infecciones hepáticas debe consumirse el azafrán, koku, yerba de lucero, llantén kokue, anguja ruguái, cardosanto, marcela, borraja, doradilla, verbena y el ka’a rurupe.
Un antiestrés por excelencia es el burrito y un ayuda memoria , hasta oliendo el aroma de sus hojas, es el romero. El Parkinson con el ka’arê y altamisa. El toronjil, aguape puru’a y el mburukuja atenúan la epilepsia. Las quemaduras con el urucú, azafrán, sauco y kupay.
Las heridas y llagas deben lavarse con las hojas del agua’i, sauce llorón, ka’a tai, tapekue, manzanilla, cardosanto, cola de caballo y hojas de la verbena y del jagua pety. Las plantas que tienen la equivalencia del viagra son la katuava, quebracho blanco, ybyra ovi, jaguarete ka’a, ysypo milhombre y, no puede ser otra, el tatu ruguái.
La dosis recomendada es de 20 gramos por cada litro de agua, sea para tomar o para uso externo y si se mezclan las especies tampoco debe sobrepasarse los 20 gramos en total.
Contra la falta de apetito podrán recurrir a varias recetas de muchos miembros del Gobierno pero, eso sí, no tienen la solución para los empachos.
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