La era de los pospartidos
Rafael Luis Franco (frarafael@gmail.com)
“Las únicas fuerzas que cambian la historia son las mismas que cambian el corazón del hombre”. Luigi Giussani.
Y no me refiero al fútbol, sino a los partidos políticos.
Si el Estado no se achica el que termina achicándose es uno, así la clase media está pasando a ser clase un tercio luego un cuarto hasta entrar en la categoría de pobres, así se llega al “Estado Servil”, que tan lúcidamente lo explicara Hilaire Belloc hace un siglo.
Y la gente hace rato intuye que el problema social es básicamente político: los políticos; y también creo que estos nunca han estado tan desprestigiados como en la actualidad, por tanto es más que evidente que se imponen cambios, cambios que tarde o temprano deben llegar; como en una cirugía inevitable, mejor temprano que tarde; así se nos impone la era de los pospartidos.
Nuestra civilización o historia se divide en eras o edades, que cambian por algún acontecimiento importante; así hubo una del hierro, del bronce, antigua, medieval, moderna, que es la actual; y hace un tiempo se habla de la posmodernidad, en términos literarios y artísticos, esto más bien como una moda, pero no en el sentido de cambio absoluto; aunque podríamos decir que con los avances tecnológicos de las últimas décadas, con la investigación espacial, robótica y desarrollo de las computadoras, ya estamos en la era de la tecnología, la espacial, la del chip, en sus comienzos pero ya estamos inmersos en ella, algo que seguramente generaciones posteriores podrán ver más claro y le darán un nombre; estamos como los habitantes de hace siglos cuando pasaban de la edad Media, al Renacimiento o Moderna sin saberlo.
Y pienso que así se podría plantear también la era de los pospartidos políticos; algo que ya está aconteciendo en naciones más desarrolladas donde el uso de las redes sociales es masivo y reemplaza a los antiguos medios de comunicación: impresos, radio y televisión incluida; que estos no pueden dejar de comentar lo que pasa en las redes y las tendencias, a la vez que se modifica rápidamente los hábitos de consumo.
Así, hace poco, aparecieron en España un par de nuevos partidos, Ciudadanos y Podemos, que se generaron o popularizaron en las redes, logrando estos obtener importantes escaños en el Parlamento; los nuevos partidos son producto o la consecuencia de las sucesivas crisis, la corrupción reinante y el desaliento de la gente por los políticos de siempre, así es que gran parte de la ciudadanía ha optado por algo nuevo, el “que se vayan todos” es un clamor también europeo.
Pero hay que tener mucho cuidado de no caer en un nuevo engaño, porque los expertos en manipulación social están años adelantados con respecto a la sociedad y sus cambios, y se podría decir que el fin de los partidos hace tiempo lo entrevieron; de ahí que, por ejemplo, los partidos mencionados que se presentaron como algo diferente, que no son de derecha ni de izquierda, una vez en el ruedo está visto que al menos Podemos no sea absolutamente nada nuevo, es solo una versión new age del viejo nacionalsocialismo o leninismo, su líder y seguidores expresan las mismas ideas radicales de un Maduro, si es que este tiene alguna idea; además de que sus referentes fueron acusados de recibir dinero del bolivariano; mientras que Ciudadanos, se muestra como del centro, pero que no se entiende bien hacia dónde quiere apuntar, también tiene un importante caudal de votos que son críticos a la hora de aprobar leyes o dar respaldo al gobierno; y fue así, con el apoyo de estos neopartidos, que se ha hecho del poder el viejo socialismo español, el mismo que llevó a la Guerra Civil a España en 1936 y que sigue con las mismas puñeteras ideas de hace un siglo. Bien, esto es solo un ejemplo de lo que digo arriba, los expertos en manipulación con su adelantamiento en los cambios o modas hábilmente lograron que entre legalmente por la ventana el PSOE y se apodere de los bienes de todos y todas, que nada cambie, mejor dicho, que todo empeore en la madre patria.
Pero más allá de estos ejemplos, es un hecho que estamos inmersos en la era de los pospartidos, aunque en nuestro país Colorados y Liberales no lo entiendan y busquen aferrarse al viejo zoquetero sistema; pero, tarde o temprano, es de esperarse que aparezcan nuevos colores en el escenario; y si mi intuición no me falla el tal “Pasho” es producto de estos “expertos” que menciono; al que le han dado un estilo acorde al gusto local, porque ellos analizan lo que se dice en los medios, las opiniones en las redes sociales marcan el rumbo del personaje; así este, al estilo paraguayo, va creciendo en popularidad; de pintar grafittis, bajarse los pantalones y cagar en un juzgado ahora es senador, la meta siguiente el Palacio de López. Mientras tanto sus diarios escándalos o puestas en escena no faltan en los medios, multiplicándose en las redes; y esto es lo que debería hacer sospechar a sus desprevenidos seguidores, porque en la prensa nada es gratis, todo lo que se publica, a favor o en contra se sabe que es publicidad; así es que probablemente debe haber detrás un fuerte grupo económico que lo apoya y, tal vez, es una mera suposición, los mismos capitalistas que antes apoyaron al gauchito viajero Lugo, ahora lo estén haciendo con este quilombero; porque el capitalismo, aunque usted no lo crea o comprenda, también es de izquierda; y hay que entender que este es un capitalismo que no apunta al desarrollo de un país, todo lo contrario; apunta a saquear el país a la vez que desde el control estatal destruye sus fuerzas productivas; es un capitalismo de Estado, regido por un cuasimonarca al que acompaña una corte de atorrantes de la peor laya que, literalmente, se cagan en la democracia e instituciones tal como este “líder” se cagó en un juzgado; es un capitalismo que ataca el capitalismo, son antiimperialistas que sirven al imperio; el socialismo (o como quieran llamarle: colectivismo, fascismo, marxismo) es el “uróboros”, la serpiente mítica que se autodevora, y sus seguidores son gente que les gusta escupir al cielo y mientras hablan de libertad se ponen y quieren que nos pongamos los grilletes de la esclavitud, así de “coherentes” son.
Tal vez uno no lo llegue a ver, pero entiendo que no va a pasar mucho tiempo para que la gente vote en una elección general directamente por internet, desde cualquier parte del planeta; teniendo un registro en una base de datos electoral esto es fácilmente aplicable, si no lo hicieron hasta ahora es porque, como dije antes, los viejos políticos buscan aferrarse al viejo sistema con uñas y dientes; donde corre mucho dinero. Y esta es una de las razones, la principal, por la que no les interesa el cambio, porque con el actual sistema se gastan, o pueden manipular-malversar, millones y millones del erario, mientras que el cambio por la tecnología, con un sistema de seguridad como el bancario, redundaría sin duda en una agilidad a la hora del conteo de votos, de ahorro de boletas, de controladores de mesas, de punteros, etc.; inclusive en las campañas electorales se ahorraría. Lo que normalmente debería ser un mero trámite administrativo, como cualquier elección, los políticos lo han transformado en verdaderos circos romanos, para su exclusivo beneficio.
Y es notable observar que el avance de la tecnología no se corresponde con el avance humano, en el campo ético y moral, al menos en términos masivos; sin dudas hoy día existen muchos más filósofos e intelectuales que en la antigüedad, pero es como que estos pasan desapercibidos, quedando relegados por un inmenso mercado que solo demanda consumo de: cine, deportes, videojuegos, artefactos inteligentes para gente cada vez menos inteligente, literatura pasatista, etc., todo para nuestro bienestar y felicidad, que en el fondo no resulta tal cosa cuando no se acompaña con un crecimiento espiritual e intelectual.
Y esta es la base de la vieja y futura política, que los expertos en manipulación aprovechan y proponen, pospartidos inclusive: una sociedad que opina sin saber, intolerante, dividida, que no sabe lo que quiere, enceguecida y embrutecida por los medios que sirven solo a las corporaciones, una sociedad adormilada, sin Dios y sin esperanza.
La intolerancia se alimenta y retroalimenta, la intolerancia trae división y enfrentamientos violentos, donde el único que gana es el especulador; hay que educar en el diálogo, en el respeto al otro, en saber escuchar. Depende de uno no caer en ese juego. Así que cuando ve a candidatos intolerantes, verborrágicos, fanáticos y sobre todo que se presentan como líderes en anticorrupción, esté más alerta que nunca; suelen ser los peores.