La despoblación de América
Rafael Luis Franco (frarafael@gmail.com)
Tengamos en cuenta solo las superficies en miles de km² de: Francia 640; España 505, Alemania 357, Italia 301; y sus habitantes, en millones, en el mismo orden: 67, 47, 83 y 60.
En Sudamérica veamos la superficie de: Argentina 2,78 millones km², Paraguay 406 mil; Uruguay, 176 mil, Bolivia 1 millón, y sus habitantes en el mismo orden: 44, 7, 3,5 y 11 millones.
Sumadas las superficies de estos países europeos da 1,8 millón de km² y sus habitantes 257 millones. Mientras que en América estos países suman casi 3,8 millones de km² con unos 66 millones de habitantes, promedio de habitante/km² en Europa 142, en América 17.
Si incluimos el Brasil, que tiene 8,5 millones de km², con 210 millones de habitantes daría una cifra de 24 h/km², muy lejana a los 142 que tienen en Europa. Esto es solo como ejemplo, porque hay otros de mayor densidad como Gran Bretaña y Japón.
Estas cifras poco se tienen en cuenta y poco se habla, de la despoblación de América, que es una constante, y eso hace al atraso de la región, ya que un país de las dimensiones como la Argentina, es muy difícil sostener con tan pocos habitantes, es como si un edificio de mil viviendas estuviera habitado solo un diez por ciento y sus ocupantes deben correr con todos los gastos de mantenimiento; no sería lo mismo si fuera habitado por lo menos en un 50%, aquí las expensas se harían más llevaderas.
Pero además, está la cuestión de la despoblación por el bajo crecimiento vegetativo, que va en disminución, y este asunto ya está afectando a casi todos los países.
La pregunta es ¿qué ha pasado con estos Estados?, ¿por qué tan pocos habitantes?, ¿por qué no crecieron al ritmo europeo siendo que no tuvieron como ellos en el siglo XX dos guerras mundiales, no padecieron las hambrunas provocadas por el comunismo donde perecieron decenas de millones?; países fértiles, con diversos climas y poblaciones emprendedoras; ¿por qué este estancamiento poblacional?, que muchos no se dan cuenta porque solo miran las grandes ciudades donde se han concentrado la mayoría de la población, que si sacáramos la superficie de estas y sus habitantes de este cálculo no sé si se llega a 1h/km²; ciudades populosas donde en la mayoría de las veces se decide el futuro político de un país relegándose el resto de la nación a ser un mero espectador; como sería el caso de la Capital Federal y el Gran Buenos Aires.
Las razones, es evidente, son políticas: la corrupción, los constantes desequilibrios económicos, bajo gobiernos populistas y liberosocialistas que han logrado que la gente emigre en forma constante y al revés una inmigración escasa, porque nadie o casi nadie va a un país que no ofrece oportunidades.
Un claro ejemplo de ello es la Venezuela de hoy día, donde hay cientos de miles que han emigrado desde que empezó la política bolivariana, de ser un país receptor de inmigrantes se convirtió en un país expulsador de su propia gente, y estas personas, la gran mayoría de ellas lo más probable es que se radiquen definitivamente fuera de su patria, porque son jóvenes y estos se casan y forman familias y luego los hijos mandan; o sea que a la población que sale hay que sumarle el decrecimiento poblacional que esto produce en una o dos generaciones.
Cuba es otro ejemplo, en más de medio siglo que se instaló la dictadura cubana el país no ha crecido en la proporción que debía, de tener unos 7 millones de habitantes en 1960, hoy casi seis décadas después apenas tiene 12 millones, que si hubiera sido un país normal en la actualidad debería tener cerca de 30 millones, como mínimo.
Muy distinto es la historia de América de comienzos del siglo XX, donde oleadas de inmigrantes llegaron durante décadas; pero luego vino el populismo, por supuesto que con una fuerte influencia de las ideologías del primer mundo, lo que provocó el atraso de toda la región.
Bien a todo esto ahora hay que agregarle el proyecto de control de natalidad con la legalización del aborto, que tampoco es nuevo, y es un control justamente para las clases más pobres, las más prolíficas si se quiere, ya que está visto que la clase media-alta pudiendo tener muchos hijos, son raros los casos que se da hoy día, resulta que son los menos prolíficos, porque en general prefieren acomodar primero su carrera y luego medio en la vejez tener uno o dos; son los mismos que se escandalizan cuando ven a una mujer que no sabe leer ni escribir y tiene una docena; son los que en gran parte pretenden con esta ley del aborto decir quién tiene que nacer y quién no.
Y no quiero entrar con la cuestión de los neosexos, que no solo están de moda, sino que como va la cosa hasta puede llegar a ser obligatorio el cambio, por ahora solo hay que aceptarlo como algo normal so pena de condena social; y con esto de homos con homos, que de ahí no fructifica nada, y ley del aborto, como verán, la cosa va de mal en peor para el crecimiento vegetativo; el único crecimiento que se da es el de la ancianidad, y esto también ya les molesta.
Así es que lo que se debería imponer en América, aparte de políticas realmente de progreso y estabilidad que atraigan a la inmigración, son políticas que favorezcan el desarrollo familiar, alentar a que los jóvenes se casen, políticas de educación sexual pero no para que el sexo sea una joda como en el imperio romano y solo promocionar preservativos, sino para que tengan conciencia del valor de la vida, del otro y de uno mismo; rechazar de plano el aborto porque a no dudarlo, en la forma que está planificado atenta contra la salud de las mujeres, mental y física, además que lo que necesita el país es que aumente su población no que siga decreciendo.
Y echar fuera de la región a estos movimientos de planificación familiar, que vienen fuertemente financiados por poderosos grupos económicos a los que lo único que les interesa es mantener a la región despoblada y atrasada. Este es otro fundamental motivo, de sentido común, aparte de los morales, religiosos, antropológicos y naturales, para rechazar la legalización del aborto que deberían tener en cuenta en la región.