La amistad tiene sus días contados
Por Gustavo Laterza Rivarola (*)
De un tiempo a esta parte se acostumbra a saludar por el “día de la amistad”; algunos se hacen pequeños obsequios, se reúnen en bares y confiterías o realizan sus ofrendas alrededor de la sagrada parrilla, altar mayor de la paraguayidad.
En Perú, el Día del Amigo es el primer sábado del mes de julio; la fecha fue propuesta por una marca de cerveza, con pleno y burbujeante éxito. En la Argentina, en cambio, se festeja el 20 de julio; tiene origen en que un señor Febbraro lo propuso, en el año 1969, en el emotivo día en que Neil Armstrong hollaba la Luna. Un grupo de paraguayos –“Cruzada de la Amistad”–, se había anticipado, marcando el 30 de julio, ya en 1958. Desde entonces su propulsor, el señor Artemio Bracho, concurría a Palacio a saludar a Stroessner, hacerse fotos estrechando su mano y reiterando al “líder providencial del nuevo Paraguay” su amistad incondicional. Esta fecha es la que escogieron recientemente las NN.UU.
En México, Cuba, Venezuela, República Dominicana, Ecuador y otros países celebran este Día el 14 de febrero, simultáneamente con San Valentín. Pésimo negocio para los negocios. En Colombia es igual: el Día del Amor y la Amistad van juntos, pero el tercer sábado de septiembre. Para los bolivianos es el 23 de julio, que tuvo su origen en la campaña publicitaria de una empresa que vendía tarjetas de saludos.
El día que Facebook cumplió doce años de existencia, Mark Zuckerberg propuso que ese fuera el Día del Amigo, considerando lo que la red había hecho por crear y fortalecer este sentimiento en todo el orbe. La idea no corrió hasta ahora, aunque reúne todos los méritos.
En China, el Qi Qiao Jie se conmemora el séptimo día del séptimo mes de su calendario lunar, intríngulis que sólo nuestra astróloga oficial, Carla Fabri, podrá indicarnos cuándo cae. No impide esto que China continental fijase, en 2007, otra fecha para “Día de Amistad entre China y América Latina y el Caribe”: el 16 de septiembre. En ese grupo de cuates no se wasapean Canadá, EE.UU., Belice, Surinam ni la República Cooperativa de Guyana. Y no sé si nosotros, que estamos en el grupo de Taiwán.
Al igual que aquí, en USA no se habla del “día del amigo” sino del “día de la amistad”, con lo que todo pataleo feminista queda evitado. Lo festejan el primer domingo de agosto, al igual que los indios, según cuentan. En países musulmanes esta conmemoración no existe. Ponen más entusiasmo en el de la enemistad, tal vez. Los varones saldrían a un espacio abierto y dispararían al aire sus pistolas automáticas durante algunos minutos, en medio de divertida algarabía, mientras las mujeres, ocultas tras las celosías, lamentarían su suerte de no poder, también ellas, contar con sus automáticas celebratorias.
En la mayoría de los estados islámicos está prohibido festejar el Día de San Valentín, debido a que el Corán prohíbe demostraciones de afecto en público. Así que, el 14 de febrero, los comercios no pueden exhibir mercaderías de color rojo, corazoncitos, palomitas, flores y símbolos que puedan asociarse a la pasión amorosa. Hace poco, una modelo de ropa comercial paquistaní fue asesinada por su hermano porque ella exhibió una fotografía compartiendo un café, en una cafetería concurrida, en compañía de un conocido religioso musulmán. Según el fratricida, su hermana mancilló la santidad del clérigo. Por el contrario, la amistad entre varones árabes sí puede cultivarse libremente. De hecho, con frecuencia se los suele ver caminar por las calles tomados de la mano. Y en sus bailes (siempre masculinos), también lo hacen así. El Corán no lo prohíbe.
Muchos dudan de que sea necesario un día dedicado a la amistad, con excepción del gremio comercial. Pero algo de encomiable tendrá, algo que explique el entusiasmo con que se lo celebra. Hay quien piensa que la aclamación del amigo debería coincidir con la del enemigo, porque suelen andar mucho juntos. Por eso que alguna vez se dijo: para difamarte se requiere un enemigo que lo haga y un amigo que venga a contártelo.
(*) glaterza@abc.com.py