Trigidio González Candia
(trigidiogcandia@hotmail.com)

La militancia política cuestiona a Francia, a los López, a Jesucristo, y rechaza el guaraní.

Escuchar a través de los programas de radio el pensamiento de los políticos de la nueva –y no tan nueva- generación, cuestionando a nuestros héroes, como el Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia, Carlos Antonio López y Francisco Solano López, produce en cualquiera de los oyentes un gran rechazo.

Su intención no es la de buscar afiliados, sino el de crear conciencia a partir del debate, se sobreentiende que todos estamos en las mismas condiciones en cuanto a la información que disponemos sobre nuestros héroes; es decir, que todos hemos estudiado sobre cada uno de ellos y tenemos el conocimiento que nos permite debatir.

Es válido realizar un revisionismo histórico, si disponemos de las herramientas necesarias para disentir, pero es un arma de doble filo para el político –especialmente el que empieza su carrera- cuestionando a los héroes de la patria y no contento con ello, se permite cuestionar la liberación que propone Jesucristo, significando que dicha liberación ‘’no es más que un sometimiento a otro yugo”, desafiando así las creencias de sus compatriotas, tratándolos de desatinados, como si él fuera el único dueño de la verdad.

¿Será que este político de extracción colorada, no conoce a su pueblo, o su intención claramente responde al planteo de la política de la globalización?, que tiende precisamente a la distorsión y desplazamiento de la historia y la cultura de cada pueblo, como una especie de vaciamiento cultural, para implantar una cultura ficticia y de consumismo, dando lugar a una sociedad hibrida, de fácil manipulación.

Según este militante el camino es LA EVOLUCION; creemos que se refiere al positivismo planteado por Auguste Comte, que ubica a la humanidad como objeto de culto. Bueno eso lo dejamos ahí ya que entrar a discutir temas filosóficos, nos llevaría mucho tiempo.

Pero eso no es todo, porque en nuestro país, también tenemos casos relevantes, un parlamentario liberal, Alfredo Jaegli, califico a nuestro idioma guaraní, como retrógrado y remarcó que el gobierno no puede obligar a nadie a aprender un idioma, carente de reglas gramaticales y que solo contribuye al retroceso de la sociedad.