El stronismo de Marito

 

 

Brigitte Colmán – @lakolman

 

Se llama igualito que su papá, quien fue secretario privado del dictador Alfredo Stroessner. Una opinión mayoritaria dice que a Marito Abdo Benítez no se le pueden achacar los errores de su padre.

Los Mario Abdo Benítez padre e hijo /Imagen: abc.com.py

Supongo que tiene derecho a guardar su porción stronista en el corazón, después de todo, nació y creció en el exclusivo ámbito de los cercanos a Stroessner, con los cuidados y privilegios que el resto de la población no tenía.

Sin embargo, al parecer el mote stronista no nos va a ayudar mucho en estos tiempos. Mientras para unos cuantos es una palabra muy fea y descalificadora, que recuerda a arbitrariedades, violación de derechos, exilio y muerte; hay otros muchos que sienten orgullo al escuchar la palabreja.

Son probablemente algunos de los que dormían con las ventanas abiertas, tenían privilegios, eran felices y no lo sabían… Deben ser esos que todavía hoy participan del bombapú cada 3 de noviembre fecha feliz, en el barrio que llevaba el nombre del general-dictador.

Lo peor de todo es la amplia franja que no tiene ni idea de lo que fue la dictadura, quién fue Stroessner, quiénes los que hacían el trabajo sucio de secuestrar, torturar y matar. La mayoría de esa franja son jóvenes que no saben lo que sucedía en el Paraguay entre 1954 y 1989. Y es que el olvido es parte de la herencia del dictador.

En estos tiempos hay gente que en las redes sociales no entiende que stronismo es la palabra que evoca al peor régimen que asoló al Paraguay; que fue la dictadura más larga de Latinoamérica, que evoca recuerdos terribles y una historia que no debería volver a repetirse.

Por otro lado, también deberíamos comenzar a preocuparnos de los planteamientos del virtual presidente de este país. El candidato del Partido Colorado rechaza la despenalización de la marihuana y el matrimonio igualitario. Y repite como muchos otros que está por la familia.

En este siglo XXI necesitamos líderes modernos; que tengan el valor de enfrentar los desafíos de estos tiempos. Ya no se puede seguir desconociendo los derechos de las mujeres o rechazar la igualdad de género, que es como sostener –en pleno siglo XXI– que la tierra es plana.

Sería lindo y respetuoso y constitucional, que Marito no mezcle al Estado con las creencias religiosas. Que se diera cuenta de que el pueblo paraguayo necesita que le den salud de calidad, seguridad, que el IPS provea medicamentos para los que padecen cáncer, que ya no caigan los techos de las escuelas, que ya no se discrimine a ningún paraguayo, y que paren la deforestación y la contaminación de la tierra y el agua.

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