El Presidente soñado

Me acomodé en el sillón dispuesto a mirar por TV la transmisión del encuentro de mandatarios en Foz de Iguazú. No sé cuánto tiempo pasó desde que me senté, pero de repente lo veo a don Lugo que toma la palabra y dice a los demás mandatarios más o menos lo siguiente: “Señores presidentes, señora presidenta, es un honor para mí recibir este mandato, presidencia pro-tempore del Mercosur; y quisiera aprovechar esta oportunidad, inmejorable, ya que los tengo a todos reunidos, para efectuar algunos planteos.

Como todos saben, yo estaba decidido a no venir, por ese asunto del bloqueo a nuestras embarcaciones en el puerto de Buenos Aires, que detuvieron por mucho tiempo y crearon un enorme perjuicio económico al Paraguay; pero me dije, por qué no ir y aclarar las cosas de frente; entonces aquí estoy, para decirle a la presidenta de Argentina que esperamos desmienta las acusaciones que dicen que ella es la que ordenó dicho bloqueo y, por supuesto también queremos escuchar su palabra de que en el futuro no se repetirán más estos hechos.

 Segundo, en cuanto al pedido de la señora Kirchner, para que nos expidamos a favor de Venezuela, le recuerdo que nosotros vivimos en democracia y que esa tarea de permitir o no el ingreso de dicho país le corresponde al poder Legislativo, y de acuerdo a lo que dicen algunos senadores, en Venezuela no están dadas las condiciones democráticas para su aprobación; porque parece que nuestro amigo Chávez se está volviendo un dictador; popular, pero dictador al fin.

 Tercero, felicito al Sr. Lula por la mansión que acaba de comprar su hijo Lulinha…”.

 Alto, alto, alto… me dije, esto no encaja; entonces me di cuenta: me había quedado dormido, había sido solo un sueño. Encima, al abrir los ojos veo que en la televisión transmiten un partido, o sea que me perdí la transmisión. Entonces me fui derecho a la PC para ver vía internet qué pasó, y leo en los diarios on line que don Lugo ni remotamente tocó los temas soñados.

 Y bien, me dije, parece que sólo en sueños podemos tener un presidente como la gente.

 Rafael Luis Franco (frarafael@gmail.com)