El Papa Francisco y los movimientos populares
João Pedro Stedile (*)
Con sus posturas y pronunciamientos referidos a las injusticias en la humanidad y su posicionamiento a favor de los más pobres, de los trabajadores y, en general, de los excluidos, el Papa Francisco, desde el inicio de su Pontificado, sorprendió gratamente a los militantes de movimientos populares de todo el mundo, por contraste con sus dos antecesores.
El mismo hecho de haber elegido el nombre de Francisco, con toda la carga simbólica que tiene San Francisco de Asís, sea para el comportamiento de las personas o incluso al interior de la Iglesia, representa en sí mismo un hecho histórico y revolucionario. Ningún otro pontífice ha tenido el coraje de honrar a Francisco de Asís.
En todos los asuntos sobre los que se ha pronunciado –la guerra en Siria, el hambre, la migración de africanos a Europa, la cuestión del desempleo, las personas sin hogar, etc.–, lo ha hecho siempre con una posición clara y firme; sin temor a señalar culpabilidades, abandonando la postura diplomática anterior, que justificaba la postura del Vaticano de estar siempre al lado de los poderosos y de organismos internacionales. Por otra parte, desde un primer momento también viene impulsando cambios conducentes a un proceso de democracia interna dentro de los organismos del Vaticano, que se han convertido en verdaderas monarquías centralizadas, al tiempo que con valentía ha establecido sanciones contra aquellos miembros de la Iglesia comprometidos en actos criminales, pero que antes se los escondía bajo la alfombra.
El diálogo con los movimientos populares
Con estos vientos de cambio, desde el segundo semestre de 2013 comenzamos a recibir señales de que le gustaría tender puentes con movimientos populares de todo el mundo. Como tenía lazos históricos con movimientos de trabajadores precarios de Argentina, a través de ellos iniciamos los primeros diálogos respecto a cómo organizar una reunión mundial de movimientos populares. A finales de 2013, en el Vaticano, con la participación de la Pontificia Academia de Ciencias y de la Comisión de Justicia y Paz, tuvimos diversas conversaciones para hacer realidad la voluntad del Papa Francisco. Realizamos un primer seminario para debatir las razones de las desigualdades sociales en el mundo, y cómo las veíamos desde los movimientos populares.
Después, propusimos y entregamos un documento elaborado por nueve científicos de todo el mundo, vinculados a Vía Campesina internacional, que trata de explicar al Papa las razones de por qué las semillas transgénicas y los agrotóxicos son un peligro para la humanidad y la naturaleza. En esta secuencia de nuestro diálogo permanente, realizamos un Encuentro Mundial de Movimientos Populares con el Papa Francisco en octubre de 2014.
En la preparación del encuentro, por consenso se estableció que la representación debía ser de movimientos populares que se organizan y luchan por resolver tres derechos fundamentales de las personas: tierra para sembrar, techo para vivir y trabajo digno. También quedó explícito en nuestras articulaciones que deberíamos evitar tanto representaciones viciadas de mecanismos internacionales, como representaciones de la Iglesia, porque ya tienen otros espacios para articularse a nivel internacional. De modo que nos encontramos más de 180 representantes de movimientos de trabajadores de todo el mundo, con una amplia pluralidad de credos religiosos, etnias, género, juventud, orientación sexual y representación geográfica, de todos los continentes. No hubo de parte del Papa Francisco o del Vaticano ningún condicionamiento.
El encuentro fue histórico. Por primera vez en la historia del Vaticano, el Papa se encontró con representantes de movimientos populares. Nos reunimos en el salón del Sínodo viejo, utilizado por siglos solamente por cardenales. Él mismo reveló que nunca antes había estado en ese lugar. Y ahí analizamos los problemas que enfrentan los trabajadores/as, sus causas y las propuestas para encontrar salidas. Y en su exposición, el Papa Francisco defendió un programa síntesis de toda nuestra lucha, en la cual debemos perseverar, para que no haya más en la humanidad: ¡ninguno campesino sin tierra, ningún trabajador sin trabajo digno y ninguna familia sin vivienda digna!
Ahora, nuevamente vamos a encontrarnos en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia (9 julio 2015), con ocasión de su visita a ese país. La representación de los movimientos populares será más grande, con cerca de 1.500 compañeros y compañeras, principalmente de América del Sur, con los mismos objetivos: reflexionar sobre nuestra realidad y buscar las verdaderas soluciones que puedan contribuir para construir una sociedad más igualitaria, justa y fraterna.
(*) João Pedro Stedile es miembro de la Coordinación Nacional del Movimiento Sin Tierra -MST- y de la Vía Campesina Brasil.
(Artículo publicado en la edición 505 (junio 2015) de la revista América Latina en Movimiento, sobre “Francisco y los movimientos populares: Tierra, Techo y Trabajo”. http://www.alainet.org/es/revistas/170627)