El camino se hace angosto

Nada tan cambiante como la política. Y tan sorpresiva. Y tan traicionera.

 Estela Ruiz DíazPor Estela Ruíz Díaz (*)

Quien no está preparado para nadar en esas aguas turbulentas generalmente se ahoga.

Es lo que le está pasando al presidente Horacio Cartes desde que decidió desplazar de su entorno a un grupo de senadores tras elegir a su candidato para la ANR.

Esta semana se concretó otro golpe en el Senado como demostración de poder de la disidencia colorada (G15), aliada al bloque granítico del luguismo y algunos liberales.

No es el mejor momento político de Cartes. Lo peor es que no lo comprende.

Una vendetta. Un sorpresivo golpe se gestó entre los nuevos aliados esta vez para destituir a Óscar González Daher del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados antes que se convirtiera en su presidente. El Senado tiene allí 2 representantes y es uno de los cupos más codiciados por el control que se ejerce sobre la Justicia. Allí se maneja la vara para castigar a los jueces que no se alinean al poder de turno, y de vez en cuando la corrupción. Este es un pleito de vieja data. Enrique Bacchetta nunca se sobrepuso del golpe que le dio Cartes cuando decidió que allí vaya González Daher. Entonces todos eran cartistas. Fue el primer incidente que tuvo el presidente con un senador, pero la bancada obedeció al presidente sin chistar. Bacchetta no perdonó, ni olvidó nombres. Y llegó el tiempo de venganza con la nueva coyuntura. Juan Carlos Galaverna también se sacó la espina. Nunca le perdonará al senador luqueño la divulgación de aquel video hot.

Primavera opositora. Este episodio, que tiene como epicentro la interna colorada, tiene sus consecuencias políticas que pueden costar caro apenas finalice la elección interna. Una de ellas es que la oposición, en su afán de hacer también demostraciones de poder o simplemente avivar la división colorada, está cayendo en contradicciones severas.

El Frente Guasú, que siempre cuestionó la razón política sobre la institucionalidad con el juicio político a Lugo, se sumó alegremente a la destitución de González Daher, cuyo mandato aún no ha fenecido. Las ilógicas razones políticas tienen sentido según el bando al que uno pertenece.

Pero la izquierda tiene una agenda que quiere imponer aprovechando la división oficialista. Está el impuesto al tabaco. Quieren elevar por lo menos al 30%. Hoy apenas paga 12. Hay promesas del G15 de apoyar, pero por ahora el debate quedó en suspenso. También quieren reformar la Ley de APP de modo que el Congreso ejerza el control.

Todo mal. Pero a Cartes no solo le va mal en su relación con el Senado. En la interna colorada su candidato Pedro Alliana parece no arrancar. En discurso, en la guerra mediática y en las redes sociales gana Mario Abdo. Tanto que a dos meses de la interna se habla de cambio de candidato. El ex presidente Nicanor Duarte Frutos tuvo que salir a desmentir una información que señalaba que él sería el candidato. Señales de que Alliana no está consolidado.

Un pleito pendiente. Cartes aún no decidió si dará o no el acuerdo constitucional a Linneo Ynsfrán, candidato a la Corte Suprema designado por el Senado. Tras la destitución de González Daher, sus aliados, como Javier Zacarías Irún, le piden que rechace, lo que avivará aún más la confrontación. Sigue la versión sobre el trueque que propone: acuerdo para Linneo a cambio del juicio político de ministros de la Corte, archivado en el Senado. Sin embargo es aún un misterio lo que hará, pero la excesiva demora no es aconsejable.

Lo único claro en estas pequeñas crisis que alteran el escenario político es que el Gobierno no tiene en el entorno más inmediato políticos sutiles, inteligentes y astutos para manejar estos espasmos.

Mientras tanto no se desate este nudo, Cartes leerá en los diarios las sorpresas que le deparan sus ex aliados, hoy en feliz concubinato con la oposición.

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