EFECTO MARIPOSA
De nuevo se aceptan las “bicocas”
Sady Salúm*
Fervientes discursos electorales del Presidente Lugo fueron cambiados por la sumisión, el sarcasmo y peor aún, el silencio… Itaipú había sido la bandera de la Alianza Patriótica para lograr los sabidos resultados de abril del 2008, se pronunciaban otros discursos, hoy se procede tal cual años atrás… ¿El cambio seguro?
No es la Guerra Grande, sino la Estafa Gigante. No estamos en medio de una contienda en defensa de territorio ni soldados paraguayos están siendo masacrados; se supone que vivimos en “tiempos de paz” y nos tratamos de vecinos, hermanos y socios, mientras somos despojados del derecho de toda nación a disponer libremente de sus recursos.
“Nunca podrá existir una verdadera integración regional mientras sigan en las mismas condiciones los términos de los tratados firmados por nuestro país, Brasil y Argentina, en el marco de los emprendimientos hidroeléctricos de Itaipú y Yacyretá”, había pronunciado el entonces presidenciable Fernando Lugo un año antes de ser electo por más de 750.000 paraguayos.
La renegociación de los tratados binacionales y la libre disponibilidad de la energía fueron la bandera de la Alianza Patriótica en campaña electoral. Su líder participó en marchas de repudio, apareció en diarios brasileños “como el vecino alborotador” que daría dolores de cabeza al Brasil, condujo una campaña nacional por la recuperación de la soberanía hidroeléctrica en Itaipú, prometió multiplicar por siete el valor que Brasil paga actualmente por la energía y aseguró que el Paraguay no aceptaría migajas, sino justicia por lo que le pertenece.
Los grandes países limítrofes saben que están siendo injustos “porque compran a precio de costo y venden a precio de mercado la energía”, exponía Lugo lleno de coraje en el 2007. Adelantaba que, si accedía a la Presidencia de la República, iba a defender “la soberanía nacional, política, económica, cultural y sobre todo la energética” y que este gobierno no iba a aceptar paquetes impuestos.
La reivindicación de nuestros derechos no es una cuestión de solidaridad que debe ser implorada al Brasil, sino una exigencia que no debería ser olvidada por quien prometió al electorado hacerse cargo de la causa nacional hasta el final. La “soberanía energética” a la que Lugo aludía al comienzo incluía la renegociación del Tratado de Itaipú y la libre disponibilidad de la energía que nos corresponde en el emprendimiento binacional, y hoy se conforma con una “bicoca” como la que tanto criticaba en época de Nicanor.
El camelo brasileño sobre el tema es una mancha más al tigre de las afrentas que soporta Paraguay a lo largo de su historia con su “vecino hermano”. El problema es de vieja data. El discurso ferviente de Fernando Lugo sobre las reivindicaciones en las binacionales ya desapareció del mapa. “A veces, el silencio es la peor mentira”, frase célebre del escritor y filósofo español Miguel de Unamuno.
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