Derecho a la desinformación
Derecho a la información, libertad de expresión y de prensa constituyen la base de la convivencia ciudadana y el soporte de una República, por lo cual es indispensable que su contenido refleje la realidad con transparencia y que los medios de comunicación que la difunden actúen con criterio.
Esto es, tomarse el trabajo de separar la paja del trigo y, a veces, buscar la aguja en un pajar. Caso contrario son simples repetidores de anuncios oficiales, de gacetillas institucionales o declaraciones generadas por individuos que podrían tergiversar los hechos de adrede para inducir que su versión confunda al destinatario y su interpretación.
Apelar a las medias mentiras o medias verdades es más frecuente de lo que uno quisiera admitir. También son habituales las presiones individuales, grupales o sectoriales que suelen querer inducir a la adopción de conductas contrarias a la ética informativa, o actitudes favorables al falseamiento u ocultamiento de datos.
Resistir a este tipo de maniobras interesadas, a estos intentos de interferencia, forma parte irrenunciable del ejercicio del periodismo serio. Por eso, los formadores de opinión suelen tener sumo cuidado en sopesar la información antes de difundirla, pues proceder con desaprensión socavaría la razón de ser de su misión: comunicar al ciudadano la verdad sin distorsiones.
La labor periodística practicada con independencia es la mejor garantía para que la palabra no pierda credibilidad, para que el entendimiento humano, el respeto y la tolerancia sigan teniendo plena vigencia, para que el lector, el escucha o el televidente tengan la seguridad de que las fuentes a las que recurren son objetiva y subjetivamente confiables, para que el derecho a la información mantenga su supremacía en la fe pública y se constituya en un formidable antivirus contra la toxicidad de la desinformación.
Desinformación a la cual son muy afectos los totalitarios y sus admiradores
N. de R. – Este miércoles 28 de setiembre se conmemoró el Día Internacional del Acceso a la Información Pública
Estamos de acuerdo con la importancia de la información que debe ser Imparcial, verás, obje-tiva y sugestiva, ese sistema es un valioso servicio para mentener al público bien informado ,li-bre de prejuicios y discriminaciones o intereses creados y es el principio de una Democracia bien entendida, exento de manipulaciones politicas . Ojalá que el Paraguay sea el pionero en este sistema de periodismo !
Juana Pueblo y sus hijos./