Antes eran indios, ahora son originarios

 Por Carlos A. Ochoa Blanco (*) (calveto8ab@yahoo.es)

 El 12 de octubre debería ser declarado el día de todas las razas latinoamericanas.

La idea de llamarlos originarios está potenciada por ciertos grupos políticos, que buscan incrementar el negocio del poder, a costa del enfrentamiento de aborígenes y descendientes de la inmigración. Para ello no dudan en recurrir a la parte más negativa de la historia americana.

Y lo primero que han hecho fue convencer a sus víctimas (de que la denominación de indios es algo despectivo o insultante, cuando la realidad es que esa denominación es consecuencia de una equivocación de Cristóbal Colón, que creyó que había llegado a la India). Los indios americanos no se dan cuenta de que la aceptación sumisa de la denominación de originarios es la clave que necesitan los engañadores para saber que van por buen camino. Por lo tanto, en América ya no hay indios, hay originarios.

¡Que gran logro! Ahora ya no se asesinarán indios, se asesinarán originarios, aunque como siempre será con la complicidad de gobiernos corruptos e ineptos, cuyos grupos políticos utilizan el descubrimiento de América, como una disculpa para justifica el abandono y miseria que padecen los pueblos indígenas de la actualidad.

Cuando oigo el eufemismo de originarios, no pude dejar de preguntarme: ¿Originarias de dónde? Hasta el momento nadie puede explicar, con certeza, de dónde somos originarios los humanos, hay miles de hipótesis, desde lo divino a lo científico, pasando por la ciencia ficción, pero nadie tiene pruebas irrefutables de nuestra procedencia. Muchas tribus de indios americanos tienen gran similitud física con los habitantes de otras zonas del planeta, principalmente de Asia.  Quizás los originarios fueron invasores, como Colón. ¿Cuál fue la primera tribu en habitar el continente americano? ¿Aparecieron todas las tribus el mismo día? ¿Alguna sería que la primera?

Por lo que se desprende de las insidias que figuran en los discursos demagógicos de algunos mandatarios latinoamericanos. Colón y los suyos llevaron solo la destrucción y muerte a un paraíso donde no se conocía la tortura, el salvajismo o las guerras.

La maldad de esos discursos queda al descubierto si analizamos cómo era la América que encontró Colón. El continente estaba lleno de tribus que, como atestiguan sus rasgos físicos, tenían distintas procedencia. Los originarios, lo mismo que pasaba en Europa, tenían sus propia guerras, donde los vencedores se adueñaban de territorios, cometían violaciones, torturas, esclavizaban y mataban a sus cautivos, con la misma saña que se hacía en la Europa o África de aquellos tiempos. Existía el canibalismo, los reductores de cabezas y otras ceremonias salvajes, que no fueron introducidas por los españoles. Aquel paraíso americano tenían buenos malos, tontos y listos, como Europa y África. Los países europeos no eran todos iguales y las tribus americanas tampoco, quienes tenían distintos niveles culturales.

Estoy harto de tanta arenga teatrera, en donde algunos líderes de la izquierda americana, con apellidos bien españoles y sangre bien extranjera, culpan a España de todos los males de América. El problema de Latinoamérica no fue Colón. El problema son los que tomaron las riendas del nuevo continente, desde la independencia hasta nuestros días. Si el pan se quema, la culpa no es del campesino que sembró el trigo, sino del panadero.

En Argentina hace más de 200 años que somos independientes, ¿Cuántos indios fueron asesinados, marginados o expulsados de sus tierras en los últimos cien años? ¿Cómo viven en la actualidad los indios de nuestro país? ¿Por qué los echan de sus tierras para vendérselas a las multinacionales extranjeras? ¿Eso también es culpa de Colón y España? ¿Cuántos indios llegan a la universidad en Argentina? ¿Viven igual los hijos de los indios que los hijos de los políticos argentinos? Lo que hace falta es que los indios tomen conciencia de que el problema no es Colón, la denominación de indios o la celebración del 12 de octubre.

El problema es la manga de caraduras que, desde la política latinoamericana, los engañan con discursitos paternalistas y unos derechos humanos que no existen para los aborígenes. La cuestión no está en ser indio u originario, el problema es que las tribus que quedan en América, están siendo exterminadas por guerrillas de izquierda o derecha, terratenientes, grupos políticos y multinacionales. Es hora que los indios comprendan que sus antepasados perdieron América por estar divididos.

Hay grupos dirigidos por potencias extranjeras, que pretenden dividirnos sembrando el odio en todas las razas latinoamericanos, en donde todos somos ya originarios Por eso el 12 de octubre debería ser declarado el día de todas las razas latinoamericanas.

 * Diario del Viajero del 2-10-13