El 4 de mayo de 1954, el general Alfredo Stroessner Matiauda ejecutó un golpe de Estado que produjo la caída del gobierno constitucional del presidente Federico Chaves

Así comenzaba una terrible dictadura que se prolongó durante 35 años, hasta que fue derrocado por otro golpe en el año 1989.

Para poder realizar el golpe de Estado, Stroessner -quien entonces ejercía el rango de Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas- contó con el apoyo de un determinado sector del Partido Colorado, especialmente el encabezado por Epifanio Méndez Fleitas quien, poco después, fue raleado su posición de privilegio y no le quedó otro camino que el exilio.

La situación golpista duró varios días, hasta que finalmente el 8 de mayo de 1954 se concretó con el nombramiento del Arquitecto Tomás Romero Pereira, antiguo dirigente del Partido Colorado, como presidente provisional. El 11 de agosto de ese año se realizó la elección “democrática” que, por supuesto, ganó el que más adelante manejaría el país en forma autoritaria-por una diferencia arrolladora-  y, el 15 de agosto, Alfredo Stroessner tomaba posesión “constitucional” de la presidencia de la República que inauguró una de las etapas más oscuras y aciagas en nuestro país. Durante su gobierno se instauró en el país el Plan Cóndor de triste memoria.

Una de las características centrales de su mantenimiento en el poder durante tantos años fue la implacable persecución política de sus adversarios, la creación de un ejército de pyragües, de guardias urbanas, fomentando el culto a su personalidad; construyendo además, un temible sistema de difusión y propaganda, siniestras escuchas telefónicas y, fundamentalmente, la supresión del derecho a la libre expresión, tanto de artistas, escritores como de medios de prensa oral y gráfica.

Aún hoy, subsisten resabios del sistema por él implementado que corroyó las bases de todos los estratos de la sociedad paraguaya