¿15 días sin sueldo? … ¡pobrecitos!
Jorge Rubiani (jrubiani@click.com.py)
Los Diputados Baruja y Portillo están internados. Fueron afectados por una crisis respiratoria aguda motivada -a su vez- por un ataque de risa incontrolable al enterarse que sus «pares» (nunca mejor aplicado el vocablo), les suspenderían 15 y 30 días respectivamente, sin goce de sueldo, en castigo por sus «picardías» parlamentarias. La pena impuesta a Portillo es mayor, porque según adujeron sus jueces/cuates, hizo declaraciones imprudentes, además de la falta incurrida. ¡Y bue…!
No se podía esperar otra cosa de representantes que justifican la mayoría de los desbordes de sus colegas, que se dedican al ejercicio del nepotismo más desembozado; que toleran el ausentismo, la falta de productividad en el trabajo, que admiten que un parlamentario exhiba un condón en plena sesión, que otros utilicen palabras soeces, que fumen en los recintos del Congreso, para llegar a lo más grave de esta incompleta lista: que se burlan de la ciudadanía.
Porque todos sabemos que cualquier orden jurídico establece agravantes y atenuantes para el juicio de una falta o delito. Y que aquellos que tienen mayores responsabilidades, mayores jerarquías en el escalafón de gobierno y fundamentalmente la misión de representar al pueblo, de erigirse en paradigmas de sus conciudadanos, DEBEN SER CASTIGADOS con mayor rigor. Estos señores mintieron, cometieron fraude y robo (porque no devolvieron el costo del pasaje); se ausentaron injustificadamente de sus tareas por motivos que no existieron, para volver a mentir cuando intentaron excusar sus trapisondas.
Pero sin embargo, se les dará un «chas chas en la cola» como si solo hubieran llegado tarde a las sesiones, como si solo hubieran incurrido en una ausencia reiterada, en una pequeña falta de conducta. Puede entenderse -aclaremos- el mensaje de los árbitros de esta comedia: «No podemos juzgar como corresponde y dejar precedentes de rigor, porque el Parlamento Nacional podría quedar sin quórum».
Rebobinemos: el diputado colorado Jorge Baruja,»castigado» con 15 días de suspensión, viajó a Cancún en enero pasado para un Congreso sobre la Menopausia, que se realizaría tres meses después. El Sr. Diputado no quiso esperar tanto tiempo y regresó. Cuando se supo del pequeño desajuste de fechas en que había incurrido y las redes explotaban con denuncias y acusaciones, Baruja devolvió el monto del viático: 20 millones de guaraníes. El costo del pasaje, no…. por supuesto.
El diputado liberal Carlos Portillo, penalizado con 30 días de suspensión, se embolsó alrededor de 60 millones de guaraníes de viáticos para un tour por Las Vegas (EE.UU), viaje que finalmente no realizó. Por lo que, después de muchas «idas y venidas» tratando de explicar lo inexplicable, nos regaló una excusa digna de su «pienso»: que no había viajado porque llegó tarde para abordar el avión. Ante el escándalo, utilizó el «sistema Baruja» para zafar: devolvió el monto del viático pero no el monto del pasaje aéreo. En ninguno de los casos se analizó siquiera la pertinencia o utilidad del viaje y el dispendio de dinero por cada uno de ellos.
Aunque en relación a este tema, el mismo presidente de la Asociación de Agencias de Viajes y Empresas de Turismo del Paraguay (Asatur),Sr. Víctor Pavón, nos ilustró sobre los criterios utilizados: que «inventan productos turísticos porque el mercado les exige». Que los viáticos no son de su incumbencia. El Sr. Pavón debe estar viviendo en una galaxia. O, no está pagando sus impuestos… y esto ya es de incumbencia general, porque no puede dejar de pensar que TODOS los paraguayos pagamos estos «inventos». Para culminar con su desoladora apreciación, remató: “Nosotros necesitamos promocionar esos viajes, y si existen profesionales para viajar a simposios, congresos y conferencias a nivel mundial para mejorar su trabajo, vienen bien”. En otras palabras: si nos conviene a nosotros, está bien! Este muchacho merece ser parlamentario.
Y en cuanto al rigor necesario, el Sr. Miguel Abdón Saguier, presidente del PLRA, ya dio su veredicto; que, será difícil tomar medidas en contra del correligionario Portillo dentro del partido, porque «podría darse un cuasi linchamiento periodístico”. Sus expresiones también pueden entenderse dentro de la lógica de los partidos: las críticas son un «linchamiento mediático». No así el fraude, la desfachatez, la irresponsabilidad, la burla y las mentiras de los parlamentarios. Por alguna razón, NADIE, en ningún Partido, ha sido castigado por su mal comportamiento en función de gobierno, funcionario oficial o representante del pueblo. Y conste que las páginas de los medios están llenas, todos los días, de imputaciones, investigaciones sobre corrupción, nepotismo, malversación de bienes públicos a miembros del Politburó local. La falta de «linchamiento mediático» hizo que muchos zafaran de muchas acusaciones y hasta fueran reelectos, más de una vez.
Pero al parecer, la débil brisa que empezó a remover alguna basurita superficial, se va a convertir en un huracán de indignaciones movilizadas que barrerá con toda la basura que hizo imposible hasta hoy, el progreso del Paraguay.
Ya falta poco…