Aún hoy, para muchos países de América, el 12 de octubre sigue siendo el “Día de la Raza” ; en Argentina “Día del Respeto a la Diversidad Cultural”; en Venezuela, “Día de la Resistencia Indígena”; en Perú»Día de los Pueblos Originarios y del Diálogo Intercultural»; en España “Día de la Hispanidad” y en algunas ciudades de EE.UU., “Columbus Day” (Día de Colón) y/o “Día de los Pueblos  Indígenas”, “Día de los Nativos Americanos”

En el año 1568, en “Historia de las Indias” López de Gomara escribió lo siguiente:

“El inca Atahualpa, también conocido por Ataliba último soberano del imperio Inca, totalmente enardecido, respondió que no quería ser tributario de España (es decir pagar impuestos y tributos), porque era libre, que quería ser amigo del rey español, ya que debía ser un gran señor puesto que enviaba tantos ejércitos por el mundo. No quiso obedecer al papa, porque este repartía lo que pertenecía a otros.

En cuanto a la religión dijo que la suya era muy buena y que se encontraba muy bien con ella y que no quería cambiarla y que le parecía inconveniente ponerse en disputa con lo aprobada por ellos desde hacia tanto tiempo. Decía además: que Jesucristo estaba muerto, pero que el sol y la luna no morían, y le preguntó al monje que lo apremiaba, cómo sabia que el Dios de los cristianos había creado el mundo.

Entonces el Hermano Vicente le dio su breviario y le explicó que ese libro lo decía. Atahualpa lo tomó, lo abrió, lo hojeó, lo miró por todos lados, no sabia leer, lo puso al oído y dijo que el libro no le decía ni una palabra y lo dejó caer al suelo. El hermano Vicente indignado, recogió su breviario y fue hacia el conquistador Pizarro gritando. “Tiró por tierra los Evangelios, venganza cristianos, ¡Adelante!”…

          Y en nombre de la religión lo descuartizaron en la plaza de Lima”.

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Cuando Colon desembarcó en la mañana histórica del 12 de octubre, clavó en tierra la cruz y desenfundó la espada. Símbolos premonitorios de la masacre que ese día se iniciaba en lo que sería América

“La espada, la cruz y el hambre iban diezmando las familias salvajes”, escribió Pablo Neruda.

Soldados y predicadores caminaron juntos aniquilando indios y  como cortejo: el hambre venia detrás… junto a la esclavitud, la explotación y el despojo.

La autoridad política y religiosa de entonces estaba muchas veces reunida en una misma persona. Usaron la religión para consolidar el resultado de las armas, se bautizó a mansalva y se impusieron el culto, el catecismo y los rituales a torturas, lanza y muerte.

Los padres indios, rebeldes a renunciar de sus convencimientos religiosos, veían impotentes como los españoles le arrancaban de sus brazos a sus hijos pequeños, para bautizarlos y otorgarles así las supuestas gracias del  Dios importado por ellos, para que sus almas, ya purificadas según ellos por el bautismo, se vayan al cielo.

Modificaron las convicciones y costumbres de los pueblos  con el argumento de la evangelización, y usaron la violencia, la prepotencia y la intimidación. … “la pólvora para los infieles es como el incienso para el señor” decía Oviedo. Por eso la religión se convirtió en elemento complementario de la espada para someter a indios. Los esclavizaron y los forzaron a trabajar hasta morir para beneficios de si mismos y del rey de España.

La gran diferencia de los conocimientos y de la cultura entre españoles e indígenas fue tanta, que era imposible un puente,  como lo es hoy con el remanente de esas tribus que aun perviven, en remansos que se extinguen cercados por el avance civilizador, …

Todos, y creo que sin excepción, son mestizos de padre español y madre india.  Aunque  por allí cuentan como excepción de un cacique enamorado de una española de moral liviana y costumbre licenciosa.

En nuestras raíces esta incrustado ese origen, pero; los hijos no tienen la culpa del crimen del padre, por eso la dignidad de este hombre no es la de su nacimiento sino la de su historia y padecimientos. .

Me siento aborigen, oriundo de esta tierra, miembro de esta raza.

Aquel extraño que vino en un barco, montado a caballo, la cruz en el pecho y con un sable en la mano, encontró a mi madre que fue una india, … el le miró las caderas y sintió una pasión, … y ella lo vio como a un Dios, … ella le entrego el cuerpo, … el le tiró su semilla, ella su inocencia, , ella me crió y el me abandonó, … ese fue mi padre, … por eso amo a mi madre, porque a ella le debo todo lo que me siento y soy.

España es la causa de mi forma mestiza, tal vez me delate, la cara, el cabello, mi cuerpo, mi aspecto, a mi madre aborigen le rindo mi espíritu y el sentirme alguien, a ella le debo mi tierra, el idioma, mi canto, mis sueños, mi pueblo, y la patria, y también las profundas razones que llevo en mi alma y que son los motivos para no sentirme extraño. Pertenezco a esta gente, tengo el mismo olor que nos da el origen, hay en nosotros una misma cosa que viene de antes y es común a todos: la esencia que trasciende la distancia y el tiempo. vincula el espíritu y se convierte en alma.

12 de octubre día de la raza, reza el calendario; loor a la madre patria dicen los carteles. Se organizan fiestas y tal vez hasta los embajadores y representantes  de España presidan actos en toda América.

¡España no es madre ni es patria!.

Engaño y mentira inicua, que repiten y festejan los que actúan de memoria. Falaz y tramposa fantasía mentirosa, como el cuento de caperucita roja contada por el mismo lobo.

No fue madre porque no existió en la conquista ninguna matriz de mujer española que gestó un mestizo. No fue patria porque los aborígenes no fueron considerados hombres y solo apenas un  poco mas que las  bestias.

Si luego del atropello que se inició el 12 de octubre de 1492 nació una raza, lo fue por la deshonra y la violación, atropellando derechos y dignidades para saciar vicios, desatados de animalidad y salvajismo, abusaron y masacraron a nativos que los recibieron como a seres celestiales.

12 de octubre feriado inicuo, con la complacencia de eruditos historiadores, que se vuelven cómplices de la farsa ignominiosa y arbitraria, con la que se confunden a nuestros niños y se permite la ignorante persistencia de la ingenuidad de muchos.

Ese día memorable, feriado en toda América, se festeja una mentira absurda y cobarde. Por eso yo, sin alardes, pero con firmeza, rindo mi tributo modesto a los pobladores de estas tierras en la presencia remanente de sus representantes actuales, los indios nuestros, origen de la raza que hoy puebla el continente, que si bien no es responsable de su origen lleva como huella su progenie indigna.

En un día como hoy, esa península de Europa, e incluyo a Portugal también, … España debe arrodillarse, y avergonzada de su pasado histórico, pedir con humildad perdón a toda América Latina.

Por eso el 12 de octubre es un día triste, … y yo le doy la espalda.

Si queremos festejar el onomástico de nuestra raza nunca puede ser en este día y menos mencionar a España, porque es tan vergonzoso y repudiable como seria  para el judaísmo glorificar a la Alemania nazi recordando a los campos de concentración de Treblinka o  Auschwitz, o el Paraguay al conde D’Eu, comandante de los brasileños en la guerra del 70 por la matanza de niños en Acosta Ñú para que nosotros podamos contar con esos mártires.

Para el 12 de octubre: mi oración de desagravio al indio de mi tierra, el Paraguay.

Indios de mi patria, aborígenes de mi tierra, legítimos nativos de este suelo tu sangre es la mía, eres mi hermano, tuya también es la tierra y esta nación, tu eres puro, … humilde y manso como fue mi madre, nosotros, cruzados, llevamos veneno en el alma que nos dejara junto con su sangre el que te avasalló, … pero vendrá algún día un hijo que salga de las entrañas de esta patria amada y extrayendo el aguijón ponzoñoso que lleva clavado en el alma, haga justicia, … y entonces te sientes conmigo en la mesa, en donde come el amo, tal como somos, … de igual a igual.

Rubén Luces León (fragmento) – (Leído por el autor en Radio Nanawa día miércoles 6  de octubre de 2004 y  Radio 970 A M,  7 de octubre de 2004.)