Llora, llora urutaú en las ramas del yatay… ya no existe el Paraguay…

En los montes mas grandes de sudamericana habita un ave extraña especial a la vez, se trata de un género extraño de ave nocturna poco común: Urutaú. Pareciera que su nombre derivara de una corrupción castellana por transcripción fonética de vocablos guaraníes: guyrá, ave, pájaro, y táu, fantasma, duende.  Pero ocurre que en guaraní duende y fantasma se llama «póra». 

Tal vez el apócope de Urutaú contenga a Taú, que era un espíritu maléfico que se había enamorado de la doncella llamada Keraná, una niña de belleza extraordinaria que se pasaba los días durmiendo. Por esta razón le pusieron por nombre Keraná (dormilona). Pero especulaciones al margen, la leyenda indica  que no hay que perder el tiempo en buscar al ave urutau siguiendo su canto; escucharlo quizá sea fácil, pero encontrarlo es endemoniadamente difícil. Se queda más quieto que un tronco seco y se mimetiza con ese mismo tronco en el que está parado, como si fuera su erguida continuación  pues así es como se comportan los Fantasmas

Más bien, uno debe ser considerado un privilegiado, si escuchó  su brevísimo concierto reservado a quienes aman y respetan el bosque profundo y, muy especialmente, admiran a las  palmeras yatay..

«La leyenda más difundida –hay muchas versiones- dice que en tiempos remotos una bellísima joven se enamoró de un joven forastero, quien, luego de obtenidos su favores le dijo que era el dios Kuarahy (el sol en guaraní) y que debía regresar al cielo. La noche se aproximaba y él debía partir. Ella para poder seguir viéndolo se subió al árbol más alto, y desde allí, mientras lloraba la desdicha de perderlo, se transformó en pájaro».

Yatay (digital.image)
Yatay (digital.image)

Quizá el poeta argentino Guido y Spano se inspiró en esta leyenda para escribir su “Nenia”, lamentando el genocidio  de compatriotas en la Guerra del Paraguay contra la Triple Infamia  

Así dice el poema “Nenia”:

En idioma guaraní, / una joven paraguaya
tiernas endechas ensaya, / cantando en el arpa así,
en idioma guaraní:
¡Llora, llora urutaú, / en las ramas del yatay (1) ,
ya no existe el Paraguay / donde nací como tú!
¡llora, llora urutaú!

¡En el dulce Lambaré, / feliz era en mi cabaña;
vino la guerra y su saña, / no ha dejado nada en pie
en el dulce Lambaré!
¡Padre, madre, hermanos! ¡Ay! / Todo en el mundo he perdido;
en mi corazón partido / sólo amargas penas hay.
¡Padre, madre, hermanos! ¡Ay!

De un verde yvyrapytá / mi novio que combatió
como un héroe en el Timbó, / al pie sepultado está
¡de un verde yvyrapytá!
Rasgado el blanco typoi, / tengo en señal de mi duelo,
y en aquel sagrado suelo, / de rodillas siempre estoy,
rasgado en blanco typoi.

Lo mataron los cambá, / no pudiéndolo rendir;
él fue el último en salir, de Curuzú y Humaitá.
¡Lo mataron los cambá!
¡Por qué, cielos, no morí / cuando me estrechó triunfante,
entre sus brazos mi amante /después de Curupayty!
¡Por qué, cielos, no morí!…

¡Llora, llora, urutaú, / en las ramas del yatay;
ya no existe el Paraguay,/ donde nací como tú.
Llora, llora, urutaú.

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(1) El  yatay o yataí  es una palmera oriunda de Sudamérica