Esta leyenda de origen guaraní, indica que el primer día del décimo mes del año aparece el  “Karaí Octubre” (Señor Octubre), que significa pobreza, miseria y penuria. Esta creencia abarca al  Paraguay y todo el litoral argentino.

La costumbre indica que para ahuyentar  a ese personaje mitológico, se deben preparar variados y suculentos platos. Si no encuentra lo suficiente que queda con esa familia para todo el año.

De ahí que en todas las casas, cada primero de octubre no debe faltar una mesa bien servida  con abundancia de comida. De esa manera, por lo menos durante un año, la familia no pasará hambre. En cambio aquellos que se resistan y mezquinen el alimento de ese día tendrán que convivir con el hambre por el resto del año. Esta tradición enseña al campesino a prever el alimento para los suyos durante los meses de “vacas flacas”.

Los abundantes guisos, como el “yopará” que mezcla maíz, poroto, locro, so’ó pirú (carne seca o charque),  mandioca y batata; son la opción elegida por los que eligen para pasar esta fecha.

La imaginería popular describe a este personaje como un hombre petiso, gordo, pelado y feo que usa un gran sombrero pirí (hojas de palmeras). Vive solo en el monte, nadie lo ve sino una sola vez al año y aparece con su látigo de ysypó (liana), con el que viene preparado listo para castigar a quienes no cumplan la tradición  e incluso quedarse a convivir con ellos.