Germán Gorraiz López (*)
Europa estaría sufriendo una aguda crisis identitaria agravada por el triunfo del Brexit y por el “proceso de balcanización europeo” ideado por EE.UU. para mediante selectivos atentados terroristas, la crisis de los refugiados y el despertar del anhelo independentista de las Naciones europeas sin Estado, provocar la aparición de fuerzas centrífugas que aceleren la desmembración de la actual Unión Europea.
Gran Bretaña, el Brexit y las Malvinas – Por caos (Khaos o «vacío que ocupa un hueco en la nada») entendemos algo impredecible y que se escapa a la miope visión que únicamente pueden esbozar nuestros ojos ante hechos que se escapan de los parámetros conocidos pues nuestra mente es capaz de secuenciar únicamente fragmentos de la secuencia total del inmenso genoma del caos, con lo que inevitablemente recurrimos al término “efecto mariposa” para intentar explicar la vertiginosa conjunción de fuerzas centrípetas y centrífugas que deberán configurar el puzzle inconexo del caos ordenado que se está gestando, de lo que sería paradigma la próxima salida de Gran Bretaña de la Unión Europea (Brexit).
Los conservadores liderados por David Cameron fieles a su política euroescéptica (nula voluntad británica de embarcarse en un proyecto en decadencia en el que la soberanía británica estaría supeditada a los mandatos de Bruselas), incluyeron en su programa electoral del 2015 la convocatoria de un referéndum sobre la salida de la UE . Con ello, Cameron tranquilizó a las bases más radicales de su partido al tiempo que arrebató la bandera al partido en alza de los euro-escépticos( UKIP) que consideraban que el Reino Unido “no necesita de Europa” ya que podría convertirse en la Singapur de Occidente desde su atalaya financiera de la City londinense al tiempo que metrópolis del comercio de Ultramar al pilotar la nave capitana de una renacida Commonwealt. Tras la sorpresiva victoria del Brexit , Gran Bretaña abandonará las estructuras europeas aunque manteniendo convenios bilaterales, siguiendo la filosofía de Winston Churchill : “Estamos en Europa, pero no en ella”, con el objetivo inequívoco de que la política exterior sirva de catalizador de los valores de la Gran Bretaña y su pasado imperial, con lo que podríamos asistir al renacimiento de la Commonwealt, al resurgimiento de la violencia partidista en el Ulster y a un nuevo conflicto de las Malvinas bajo el mandato de la actual Primer Ministro Theresa May.
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