Desde hace varios años Argentina atraviesa una crisis energética y el sistema eléctrico está al borde del colapso. Existe un servicio deficiente, con bajadas de tensión y cortes de luz que afectan día a día a miles de habitantes. 

En los últimos años la Nación se transformó en un país dependiente, que no produce suficiente energía y tiene que salir a comprarla en el exterior a un altísimo costo para todos los que habitan el territorio Tanto la problemática como la dependencia se cubrió con subsidios del Estado que, solo en 2015, fueron de unos $100 mil millones.

Para ordenar el sistema eléctrico, incentivar la inversión y cuidar a quienes más lo necesitan, el gobierno resolvió aplicar tres medidas desde el 1° de febrero: 

1) Recortar los subsidios a la generación y eliminar los que se aplicaban a la distribución de electricidad en Capital y Gran Buenos Aires, que eran los únicos distritos que aún recibían el beneficio. El resto del país le estaba pagando el subsidio de distribución a Buenos Aires.

2) Crear una Tarifa Social (http://www.argentina.gob.ar/tarifasocial) que mantendrá o reducirá el costo de la electricidad en el 20% de los hogares del país. La nueva tarifa alcanza a los beneficiarios de programas sociales, al 85% de los jubilados, a las empleadas domésticas, a las personas con discapacidad y a los trabajadores que cobren menos de $12.120 brutos, entre otros.

3) Para fomentar el consumo responsable de energía se establecen tarifas con descuento para quienes reduzcan de un 10% a un 20% o más su consumo respecto del mismo mes del año anterior.

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