Los migrantes paraguayos y la lengua guaraní (Parte 1)
Miguel Ángel Verón (m_angelveron@hotmail.com.py). (*)
La lengua guaraní es la lengua propia del Paraguay, es la lengua que identifica y distingue al Paraguay de las demás naciones. Pese a ello, ha sido negada por el Estado por largas décadas y siglos
Cuando viajé en el 2011 a Minas Gerais para defender mi tesis en un curso de post grado que cursé en la Universidad Federal de Juiz de Fora, en la ciudad del mismo nombre, abordé primero un ómnibus que me llevara de Asunción a San Pablo, y de esta ciudad otro que me trasladara a la histórica ciudad de Juiz de Fora. En el primer ómnibus, me llamó la atención la cantidad de jóvenes que nos acompañaban.
Muy pronto distinguí entre ellos dos grupos: uno, conformado solamente de mujeres, todas señoritas jóvenes, y otro, integrado de hombres y mujeres. Como siempre vengo haciendo desde hace unos años, me acerqué a ambos grupos para escuchar qué lengua utilizaban y de qué clase social provenían.
Enseguida pude constatar que las integrantes del primer grupo hablaban castellano, eran de Asunción, e iban a San Pablo a pasar unos días de vacaciones. Todas ellas eran estudiantes universitarias. Asimismo, enseguida descubrí que los otros jóvenes, tres mujeres y cuatro hombres, hablaban guaraní, eran del departamento de Caaguazú y residían en la ciudad paulista, donde trabajaban como costureros. Dado que soy de tierra adentro y de origen y principio proletario, enseguida entramos en sintonía con estos jóvenes trabajadores con quienes conversé distendidamente.
Gracias a las conversaciones, descubrí un fenómeno social nuevo para mí: el éxodo de los jóvenes de mi querido departamento, Caaguazú, a la colosal ciudad de San Pablo. Descubrí, al mismo tiempo, que la ciudad receptora de los jóvenes paraguayos de este departamento, expulsados del campo, ya no era la ciudad bonaerense de otras épocas, sino la ciudad que en épocas lejanas fuera del dominio de los Ñe’ẽngatu.
Detrás de mis curiosidades lingüísticas, pude descubrir muchos fenómenos socioeconómicos nuevos que se sucedían en el quinto departamento, y en gran medida en todo el campo paraguayo. Descubrí que lamentablemente los jóvenes campesinos seguían siendo obligados por las crisis económicas a migrar a las urbes más grandes del país o a otros países de la región, que los jóvenes del departamento de Caaguazú ya no migraban solamente a Buenos Aires, como lo hicieron mis hermanos hace 20 a 30 años atrás, sino a la ciudad de San Pablo; que los jóvenes que trabajan en la ciudad paulista se dedicaban preferentemente al rubro de la confección de prendas de vestir, que los mismos eran el sostén de sus padres y de sus hermanos y hermanas menores que quedaban en el campo, y, por último, y es lo que más interesa en este artículo, que los jóvenes campesinos seguían manteniendo su lengua materna, el guaraní, más allá de las fronteras paraguayas.
La lengua guaraní es una de las lenguas indígenas más vigorosas del continente. A la llegada de los conquistadores, era el idioma de mayor prestigio y de uso más extendido en vastas regiones del continente americano. Las abundantes toponimias testimonian que esta lengua se utilizaba en los territorios que hoy ocupan Paraguay, Brasil, Argentina, Uruguay, Ecuador, Colombia y otros países del continente
La diglosia paraguaya – Históricamente el guaraní ha sido la lengua de mayor uso en el Paraguay, pero por rémoras del colonialismo cultural y lingüístico, la misma, ya que es de origen americano, ha sido subvalorada y estigmatizada, y su uso reducido al calor del hogar, a las calles, a la oralidad, a las situaciones informales; mientras el castellano, por ser de origen europeo, y a pesar de ser la lengua minoritaria, fue desde los inicios de la independencia la lengua de la administración del Estado, la lengua del sistema educativo, la lengua de la formalidad y la lengua de la clase dominante, lengua también en que esta ejercía el poder sobre la mayoría de la población de lengua materna guaraní.
Esta lengua, a pesar de ser mayoritaria, fue minorizada, y el castellano, a pesar de ser minoritario, mayorizado por el Estado paraguayo. Además, el castellano ha sido la lengua de las ciudades, y el guaraní el idioma del campo, donde hasta unas décadas atrás vivía la mayoría de la población paraguaya, antes del acelerado proceso de descampesinización, producto de la expulsión campesina de parte del agro negocio
Perfil lingüístico de los compatriotas emigrantes – Hay muchas razones por las que las personas abandonan su país y emigran a otro, pero la mayoría de las migraciones obedecen a factores económicos. En Paraguay, casi la totalidad de los jóvenes que emigran del país para buscar trabajos son campesinos, y la mayoría de los mismos, sino la totalidad, son de lengua materna guaraní. La gran mayoría aprende el castellano ya en el exterior.
Los castellano hablantes, y con mayor razón los monolingües en esta lengua, moran en las ciudades grandes, especialmente Asunción, y son de clase económica acomodada. Si migran, normalmente lo hacen para proseguir sus estudios de grado y de pos grado.
Los monolingües guaraní tienen poca cabida en las ciudades, donde la lengua dominante es el castellano; y si viven en ellas, se dedican a empleos informales y de baja remuneración. Los mismos, en la práctica, no pueden ser funcionarios del Estado, dado que este usa solamente el castellano en todos sus documentos y comunicaciones en general; además, los guaraní hablantes no pueden estudiar en las universidades, puesto que estas utilizan solamente el castellano como lengua de enseñanza.
Lengua que hablan los emigrantes paraguayos Los paraguayos de la diáspora mantienen las dos lenguas oficiales de su país: el guaraní y el castellano, pero generalmente se identifican más con la primera, que es la lengua popular paraguaya por antonomasia. Los jóvenes paraguayos que estudian en los diversos países de la región cuentan que utilizan el guaraní como código secreto. En las universidades de Cuba llaman el inglés paraguayo. En la Universidad Federal para la Integración Latinoamericana (UNILA) de Brasil, los paraguayos utilizan el guaraní para comunicarse entre sí y el castellano para interactuar con estudiantes de otros países. Me contó la profesora María Eta Vieira que le llamaba la atención que muchos estudiantes de esa universidad latinoamericana utilizaran una lengua diferente del portugués y del español; cuando preguntó de qué lengua se trataba, le respondieron que era el guaraní.
Este hecho la impulsó a elaborar un proyecto para desarrollar cursos de guaraní para estudiantes y profesores de los distintos países que estudian en esa casa estudios, empresa en la que la apoyó del profesor Derlis Sandoval, alumno de esa universidad, hoy traductor guaraní-portugués del Parlasur. Los cursos de guaraní iniciaron en setiembre de 2011 y con mucho éxito siguen desarrollándose hasta la fecha. Me consta también que los paraguayos y las paraguayas residentes en Buenos Aires mantienen el guaraní al lado del castellano.
El 10 de mayo de 2010 fuimos invitados cuatro escritores guaraníes a la Feria de Libro de Buenos Aires, que ese año se convirtió en la Capital Mundial del Libro. En la fecha mencionada, los cuatro escritores, además de presentar nuestras obras en la Feria, tuvimos la oportunidad de compartir con los compatriotas en el Deportivo Paraguayo, durante cinco horas, conversando en guaraní, ante una multitudinaria audiencia. Los paraguayos que viven en otros países de América y de otros continentes también siguen hablando las dos lenguas oficiales de nuestro país.
(*) miembro de número del Guarani Ñe’ẽ Rerekuapavẽ (Academia de la Lengua Guaraní), profesor de la Universidad Nacional de Asunción, Director del Ateneo de Lengua y Cultura Guaraní, regional San Lorenzo, y Director General de la Fundación Yvy Marãe’ỹ. Es guaraní hablante, conocido militante a favor de la revalorización y la normalización de su lengua materna. Tiene en su haber decenas conferencias en nuestro país y naciones americanas y una multitud de obras escritas. Nació el 28 de abril de 1968
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