Categories: Idioma Guaraní

La función del idioma guaraní en la guerra del Paraguay contra la Triple Alianza

Por Tadeo Zarratea (*)

Conferencia dictada en la feria del libro de Buenos Aires el 9 de mayo de 2015.

El tema que nos convoca ante esta prestigiosa feria del libro tiene relación con el idioma guaraní y su función en la guerra y durante la guerra del Paraguay contra la Triple Alianza de sus vecinos, desarrollada entre 1864 y 1870.

Para empezar corresponde precisar que el idioma guaraní es hoy día la lengua más extendida y más usada en el Paraguay por el pueblo llano, y con mayor razón lo fue en aquella época hoy distante 150 años de nosotros. No obstante, y a pesar de esa situación socio-lingüística, es una lengua que fue ignorada por la Administración de la Provincia del Paraguay durante la colonia, y luego de la independencia por el Estado paraguayo. Dicha situación se mantiene desde la fundación del Paraguay hasta hoy. El Estado nunca usó el idioma guaraní para asuntos oficiales y en ciertas épocas incluso prohibió su uso en las escuelas. El pueblo paraguayo viene usando y defendiendo su lengua propia a lo largo de casi 5 siglos contra la abierta y aviesa voluntad de sus gobernantes.

Cuando el Paraguay se vio obligado a sostener una guerra contra sus tres vecinos, se hallaba en función de gobierno un joven militar que virtualmente heredó el cargo de su padre, y se sabe que éste, es decir don Carlos Antonio López, fue uno de los gobernantes más perversos en la persecución del idioma guaraní, porque tenía el propósito declarado de sustituirlo por el castellano. Don Carlos fue profesor de latín y de lengua castellana en las escuelas y liceos de Asunción, y por consiguiente era culturalmente un colono o por graficar mejor, seguía siendo un vasallo del Rey de España a juzgar por el empeño que puso para que el Paraguay siguiera funcionando en lo educativo y cultural como una provincia más de España. Fue el gobernante que tradujo al castellano el primer himno nacional paraguayo, que fuera escrito y cantado inicialmente en guaraní; también es el que ordenó el cambio de todos los apellidos guaraníes al castellano y lo hizo en forma grosera, traduciendo el significado inicial de los apellidos o por mera aproximación fonética. Por ejemplo mi apellido materno que habría sido “Ndavaru” lo convirtió en “Dávalos”.

Su hijo Francisco Solano no podía hacer otra cosa que seguir la misma política lingüística de su padre, apegado al castellanismo y es más, la habría profundizado si no fuera por la guerra. Este infeliz episodio político social tuvo la virtualidad de convocar al escenario público al pueblo llano, que no era un mero portador de la lengua guaraní sino monolingüe guaraní; esta lengua era su único medio de comunicación. Ya allá, en el teatro de operaciones, la administración del Estado en situación de guerra, se vio en la necesidad de usar el idioma guaraní para comunicarse con la soldadesca, también por escrito, porque oralmente como digo era el único medio. Todas las arengas militares se hacían en esta lengua así como las instrucciones y las misiones encomendadas a los regimientos y batallones.

Asumida que fue la necesidad de tener un periódico de trinchera, López encomendó la tarea a un pequeño grupo de letrados de su entorno, pero éstos le advirtieron de la posible escasa eficacia que tendría, si no se usaba en por lo menos una mínima parte el guaraní. Acosado por la necesidad, López accedió, y el 25 de abril de 1867 apareció el primer número de EL CENTINELA, en formato de tamaño oficio y con 4 páginas, impresa en los talleres de la imprenta nacional, sin mencionar a su director ni a su equipo editorial. El único responsable del periódico era un supuesto soldado de nombre “Mateo”, que se autodenominaba “El centinela Mateo”, pero en ocasiones contaba que su apellido era “Matamoros” y al final reveló que llevaba un pomposo doble apellido, bien español, era: Mateo Matamoros y Negros. Este semanario, que fue el primero, (posteriormente seguido por el “Cabichuí” y el “Cacique Lambaré”), publicó en su primer número un suelto bajo el título “Idiomas”, que dice: “Todos los pueblos de la tierra tienen su idioma peculiar. La palabra es uno de los distintivos del ser nacional. Cuando el hombre habla en su idioma, siente una especie de grata confianza y familiaridad que se advierte después que ha dejado el suelo de la Patria. Hablando el idioma nativo nos parece estar bajo el techo de nuestros Padres, recibiendo sus primeros cariños. Por eso “El Centinela” de vez en cuando hablará en su querido guaraní; por que así se expresará con mas gusto en su propia lengua” [sic]. (El Centinela Nº 1.)

Y ya no mas, en la columna de al lado, El Centinela Mateo hace uso del guaraní escribiendo una carta a su esposa diciéndole: “Miguela che Señora: Tuvicha ko che kyra: ndachekuaaichémo, che recháramo ko’äga: máichapa anichéne, ko avy’aeteíva campamento pe. Hechapyräve che rehe, tesapyso arekovae; ni taguato ndi fijo véiri chehegui, upe kamba jukápe. Catorce ma ahai che kyse váina rehe, centinela hape amongúi va’ekue. //. Rehechátamo ñande gente, máichapa oha’arö kambápe. Ombyasy vae, ikatuiha oñorairöve mante; iñakuäko aipo kamba karaja, ni ñandú nombojojáiri. //. Rejapo poräha mante ja’e, nde jeguaka mimi ereikuave’ë pávo Ñande Rivucha guasúpe — Mba’eve ete jepe ndo atáiri oréve, pero chembojahe’o torýgui ahecha ramo pe hayhuha ñane retä, ha’e ore moirüha guarini hápe. //. Upeva rehe, orohayhuve, Miguela che Señora, ha’e arahauka ndéve ko mburaheimi, che py’a remimbota. Tupä tane ra’arö, nde recha jevy haguã nde ména”. A continuación le transcribe la copla que le envía, pero escrita en castellano. Aclaro que esta no es la grafía del original, la cual, y para conocimiento de los lectores, agrego en copia fotográfica.

Esta carta es emblemática, porque viene a ser el primer documento escrito en guaraní en el ámbito oficial en la era López; y no por casualidad es usado el idioma para una comunicación entre esposos, porque es el idioma del hogar. Es una disfrazada carta de amor porque en verdad es un pretexto para hacer propaganda de guerra al interior de la familia. Luego vienen dos cartas más en guaraní: la contestación de Miguela y la carta de Rosa, una amiga de Mateo, ambas ficticias naturalmente.

Este primer número de El Centinela define el formato, los capítulos, las secciones y columnas, así como los temas que abordará en todos los números posteriores. Fue incluido un espacio titulado: Avisos generales. Allí realizaban supuestos anuncios en tono satírico tales como: Se hallan en venta: 1) Las jeremiadas de Kurupa’yty, drama escrito en verso heroico por Bartolomé Mitre. 2) El sableador, novela escrita en guaraní por un soldado paraguayo. Yo, que soy el autor de la primera novela en guaraní, aquí preanunciada, les informo que mi novela no se titula El sableador, sino Kalaíto Pombéro y disculpen la promoción.

En el Nº 4, en pág. 3, El Centinela habla de Literatura Guaraní. Allí califica al idioma guaraní como una de las lenguas más importantes de América del Sud, y luego de ensalzarlo y de reclamar que los filólogos lo investiguen, afirma: “La República del Paraguay es uno de los puntos donde más generalmente se ha conservado la pureza del idioma.//. Los pueblos de la región del Plata, que lo hablan, no conservan los jiros primitivos de su origen (…). El Centinela, hijo de esa raza de valientes, tiene el especial gusto de hablar a sus compañeros de armas en el idioma de sus mayores; por que él sabe inspirar ese ardor bélico, que dio tanta celebridad a la raza guaraní, celebridad que el paraguayo no ha desmentido hasta hoy.//. Sí, hablaremos nuestro idioma, no nos correremos como el grajo de nuestra propia lengua, ni tomaremos las plumas de otras aves para adornarnos, desdeñando las nuestras. Cantaremos en guaraní nuestros triunfos y nuestras glorias, como cantaron en otro tiempo su indómita bravura, los descendientes de Lambaré y Janduasuvi ruvicha. //. En El Centinela encontrará el sabio la índole de la literatura guaraní, y la fuente del ardoroso amor a la Patria, comunicado por medio de esa corriente eléctrica del idioma nacional, que ha contribuido poderosamente a la celebridad del soldado Paraguayo” [sic]. E.C. Nº 4. Como ven, es asombroso comprobar que los gobernantes paraguayos saben perfectamente a qué elementos echar mano en casos de apuros; pero nosotros también sabemos que una vez superada la emergencia volverán a destinar al archivo a la lengua guaraní. Eso ocurrió todas las veces.

En su Nº 5, que apareció el 23 de mayo de 1867, El Centinela saluda la aparición de su colega, el “Cabichui”. En el Nº 7 aparece la primera COPLA en guaraní. Este género pasó a ser el más abundante en estos periódicos de trinchera. Esta copla dice: “Iguapoite los brasilero/Ha’e iguápo aipo Caxia/ Porque yvykuápe ho’u/ El kiveve del había.//. Onkargáje las porteña/ Paraguaya mimi ikyráva/ Péro máicha ogueraháta/ Ko Mitre odisparáva.//. Tio Mitre ha’e ava Flores/ Peru moköi rembiguái/ Oñevendéko umi tio/ Oipotágui el Paraguay//Péina la Emperatriz/ Ombou general Caxia/ Upéva ramo ipituva/ Upe kamba tuja apía” (y sigue la copla).

En el Nº 9, en pág. 2, El Centinela publica un suelto bajo el título de Combate Anfibio. Es una sátira mordaz referente al bombardeo equivocado realizado por un acorazado brasileño contra un monte cercano a Jata’ity kora. Aparentemente por un error de información fue bombardeada la selva sin que allí estuvieran las tropas paraguayas. Nuestro semanario se mofa del error y da cuenta que ante el ataque aleve se organizaron los animales de la selva para hacer frente al agresor. Formaron varios batallones. Las fuerzas anfibias, integradas por 17 especies de animales que el periodista denomina batallones, fueron comandadas por el Almirante Jaguarete, incluyendo a todos los animales de tierra y agua. Las caballerías, compuestas de 5 regimientos, estaban comandadas por el Marqués Aguara Guasu. La artillería volante era conducida por el Barón Yryvu ruvicha y estaba integrada por 5 especies de aves. La división de cazadores rifleros era comandada por el Generalísimo Kavichu’i y estaba integrada por 17 especies de avispas e insectos. La importancia de esta sátira radica en los nombres guaraníes de un total de 44 especies de animales de la selva paraguaya; fichaje importante para lingüistas, hablantes del idioma guaraní y zoólogos.

Y hablando de zoología, es importante recordar que esta es una de las ciencias que dio origen al alfabeto guaraní y que el alfabeto guaraní actual, oficioso porque todavía no es oficial, nació aquí en Buenos Aires en el año 1910. Aquí se realizó entonces un Congreso de científicos naturalistas, incluyendo a zoólogos, médicos y botánicos. Ellos tuvieron la necesidad de escribir, todos de una misma manera, los nombres de animales y plantas americanas con denominación en guaraní. En dicho Congreso, el sabio suizo-paraguayo Dr. Moisés Santiago Bertoni presentó a sus colegas la descripción fonética de la lengua guaraní, identificando sus fonemas principales. Sobre ese mismo documento trabajaron los lingüistas reunidos en Montevideo, Uruguay, en el año 1950, donde establecieron un alfabeto fonológico para la lengua guaraní. Bertoni había propuesto un alfabeto de esa naturaleza pero solo para uso de los científicos. Sin embargo, los guaraniólogos congregados en Montevideo decidieron que fuera el alfabeto común de la lengua, es decir, para todos los usos. Y lo decidieron así porque el idioma guaraní no tenía un alfabeto tradicional. También veremos la preocupación del Mariscal López por el alfabeto del idioma guaraní y la resolución adoptada en la reunión de los periodistas corresponsales de guerra en Paso Puku.

Prosiguiendo con El Centinela informamos que en su Nº 9, pág. 4, trae un material denominado: Parte del Vigía del Ejército Aliado, que dice haber tomado de “La Nación Argentina”. Este material es sumamente llamativo por presentar el mismo texto en diez lenguas, que son: castellano, portugués, guaraní, inglés, francés, alemán, latín, italiano, quichua y aimara. Es asombroso que un puñado de paraguayos haya producido semejante documento multilingüe en plena guerra; pues, como se sabe los redactores de El Centinela no pasaban de 4 personas: Natalicio Talavera, Saturio Ríos, Juan Crisóstomo Centurión y el padre Fidel Maíz; y les puedo asegurar que, si hoy reuniéramos a mil paraguayos ilustrados, no podríamos producir este material. Tendríamos a los traductores de lenguas europeas, pero nadie podrá traducir al quichua y al aimara, por no existir hablantes ni estudiosos de esas lenguas en el Paraguay de hoy.

El Nº 10 trae una nueva copla en guaraní bajo el título de Poesía Nacional, que comienza así: “Mitre ja odisparáma / Flores oho tenonde / Caxias mante opyta / imbegue ko karumbe // Tapehóke kamba’i / mba’épa peha’arö / hetaitéma pende jopi / kavichu’i káva ñarö // Kavichu’i ha’e León / hetaitéma oporosu’u / haimetéma ojukapa / kamba katï poriahu” (y sigue).

En el Nº 11 aparece la primera cuarteta alternada en octosílabo, especie que luego sería el más extendido en la poesía popular guaraní. El poema se titula Mburahéi y está dedicado, evidentemente, al semanario Cabichui. La dedicatoria dice: Che irü rohayhuetéva, amondo ndéve ko che mburaheimi: Opavaite nderechase / ko árupi gua káva kuéra / ohecha pe nde guapoite / rejopívo kamba kuéra // Aikuaa páko che ave / umi kamba vyroeta / kyhyjégui ndehegui / opareiha oñemongy’a // Ohua’ï niko umi kamba / ñande retä oipyhývo / hevi kuéra mante ipuku / nde popía gui oñeguahëvo” (y sigue).

En los números 12 y 13 prosiguen las coplas en guaraní. El número 15 anuncia la aparición del semanario Cacique Lambaré que fue el 24 de julio de 1867. Este semanario es el primer periódico paraguayo escrito totalmente en guaraní y solo en guaraní. Otro aspecto importante que destacar son los gráficos o dibujos grabados que incluyen El Centinela en varios números. Los mismos son atribuidos al arquitecto italiano Alejandro Ravissa, entonces contratado por el gobierno nacional. También vale la pena destacar que El Centinela incluía habitualmente textos en portugués, con redacción deficiente en esa lengua pero servía para comunicar algunas amenazas a la soldadesca brasileña en su propia lengua. El Nº 26, aparecido el 17 de octubre de 1867, informa de la muerte de uno de sus redactores, el poeta Natalicio de María Talavera, y le dedica una dolorosa despedida. Talavera es considerado el primer poeta paraguayo en la cronología; fue poeta bilingüe y falleció a los 28 años de edad, en pleno ejercicio de la literatura en guaraní y en castellano, en las trincheras y en defensa de la causa nacional.

Aparentemente el Nº 36 de El Centinela fue el último de la serie, y apareció el 25 de diciembre de 1867. Incluye una octavilla octosílaba denominada Canción del Centinela Mateo estando en su Mangrullo, y es una canción religiosa dedicada al niño Dios. Es el primero de la serie de coplas que alterna los versos, uno en guaraní, otro en castellano, el siguiente nuevamente en guaraní y sigue alternando. Veamos la primera estrofa: “Quiero recitar un versito / el niño dios pyharépe / agradeciendo el favor / opa che rendu harépe / Hablando de este prodigio / añemomirï katuvépe / nació el verbo encarnado / ovecha mimi apytépe”. Esta forma de poesía popular bilingüe fue muy cultivada posteriormente, siendo una de las expresiones más directas del bilingüismo paraguayo.

Los idiomas de los periódicos de la guerra – En cuanto a los idiomas de los periódicos de la guerra, debemos señalar que El Centinela usó preferentemente el castellano pero albergó al idioma guaraní para casos concretos, como pudo verse en esta exposición.

Por su parte el Cabichui usó alternadamente ambos idiomas, es decir hubo en sus páginas mayor equilibrio del bilingüismo e incluyó como tercer medio de comunicación la expresión gráfica, los grabados en madera, la xilografía y los dibujos satíricos.

El tercer periódico Cacique Lambaré fue totalmente en guaraní y viene a ser el primer periódico paraguayo escrito totalmente en guaraní.

Por último, La Estrella,fue vocero oficial del gobierno y no oficioso como los periódicos de trinchera, se presentó hablando exclusivamente en castellano, igual que El Semanario, segundo periódico fundado por Carlos A. López después de El Paraguayo Independiente, editado en la pre guerra y cuya aparición llegó hasta 1867.

El Cabichui – No sabemos a ciencia cierta cuáles fueron los motivos que dieron origen a pluralidad de periódicos de trinchera. Lo cierto es que se hicieron una sana competencia entre ellos y tuvieron enfoques y posiciones diferentes. El Centinela era el más radicalmente oficialista, casi abyecto al servicio del Mariscal López. El “Cabichui” era más independiente. Tampoco repetían los temas publicados por los otros. Por ejemplo, los poemas satíricos de Natalicio Talavera fueron publicados por Cabichui y no por El Centinela. Allí tenemos a KA’I, JAGUA HA MBOPI cuyo testo dice: Mbohapy aña rymba/Ko yvy ári ndaje oï/Ojoguáva ha’anga/Ka’i, jagua ha mbopi //Pedro Segundo el ka’i/Bartólo Mitre el jagua/Venancio Flores mbopi/La Triple Alianza gua//Mbohapyve oñomoirü/Ä tymba vai vai/Ha ojapóma el contrrato/Oipyhývo el Paraguái//Ogueru i kamba kuéra/Ombo hasa Parana/Ohupytývo Bellaco/Opaitéma oñemona// Ogueru los ygarata/Aipo mentado coraza/Ha oguähëvo Kurupa’ytýpe/Oje’ói yguýpe en masa//Pero ñane Presidente/Ohechauka umi tenda/Ha he’íma ichupe kuéra/“Ndapehasáiri kamba!”//Ha notïri ko aña kuéra/Ipituva ko nación/Ha he’i ra’e ohua’ïvo/Jaipyhýta la Asunción// Ni añáme remandarö/Karaja tuja piru/Asunción ndapehecháiri/Kamba ky’a tajasu.

Cuando los brasileños experimentaron e intentaron realizar reconocimiento de terreno con un globo aerostático y fracasó, Talavera lo satirizó en un poemita titulado: PANDORGA VEVE, que dice: Oikóma ko umi kamba/Aipo glóvo omboveve/ha he’íma lo mitä/pandórga niko ra’e//Paraguáipe ndoje’ui/con pandorga mboveve/¡Ma’ë mba’épa opensa/El aña kamba ypykue!// Opáva ja ohechapama/umi kamba rembiapo/ ha ojejojaive haguã/Pandórga revema oiko//Ávante ko los guerreros/kachiáï jeroviaha/Oguerekóva el Brasil/Pandórga mboveveha//Tou katu los vyronáuta/Upevante jaipota/¡Chahäicha vóla itápe/yvýpe jaity haguã!

Conclusión – Para cerrar esta exposición debemos señalar que el idioma guaraní tuvo varias funciones durante la Guerra del Paraguay contra la Triple Alianza. La primera y principal fue la de oficiar como medio virtualmente único de comunicación oral entre los combatientes paraguayos.

Reiteramos que el pueblo paraguayo fue mayoritariamente monolingüe guaraní en la época. Solamente el estado no usaba el guaraní, pero dentro del estado, el ejército en campaña funcionaba exclusivamente en guaraní, tanto entre oficiales como entre éstos y la soldadesca. La segunda función fue la de oficiar de elemento de cohesión y unidad nacional, muy necesarias en el momento.

El idioma guaraní fue el alma de la identidad cultural del pueblo paraguayo. Tuvo también una función conativa en razón de que las arengas militares, las exhortaciones políticas, las protestas de patriotismo y los juramentos de vencer o morir, causaban efectos conmovedores cuando se hacían en guaraní. La siguiente función fue la periodística que, como lo tenemos expresado, elevó la moral de las tropas que por primera vez vieron su lengua propia en los papeles. Finalmente no debe descartarse que haya servido como lengua clave o secreta frente al enemigo, aunque por aquel tiempo si bien ya no hablaban, todavía entendían el guaraní argentinos y uruguayos. En suma, éstas habrían sido las funciones desempeñadas por el idioma guaraní en la guerra y durante la guerra del Paraguay contra la Triple Alianza, todas ellas de singular importancia en la defensa de la causa nacional.

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(*) Tadeo Zarratea nació en Yuty, Departamento de Caazapá, Paraguay, en 1946; es Abogado, Doctor en Ciencias Jurídicas y Licenciado en Lengua Guaraní. Alterna el ejercicio de la abogacía y la judicatura con la docencia, la literatura y la investigación de la lengua guaraní. Dedicó varios años a la defensa de los derechos de los indígenas, de los trabajadores y campesinos. Se desempeñó como catedrático de lengua y literatura guaraní en varias unidades académicas de las Universidades Nacional y Católica de Asunción, conservando en la actualidad la cátedra en el Instituto Superior de Teología de la U.C. Anteriormente se dedicó a la política en forma activa y ejerció sucesivamente los cargos de Convencional Constituyente, Asesor de la Vicepresidencia de la República, Senador de la Nación y Director Jurídico del Ministerio de Agricultura y Ganadería. Actualmente desempeña el cargo de Juez de Primera Instancia en lo Laboral en la ciudad capital, Asunción. En el campo literario optó por hacer literatura solamente en guaraní, como una prolongación de su opción preferencial de servicio a los más necesitados, decisión política asumida en su juventud.

 

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